La carrera al Elíseo se mueve
El progreso de Macron se detiene, Mélenchon va en ascenso, Fillon languidece, Le Pen estable
En dos semanas deberá aclararse si Mélenchon consolida su dinámica de ascenso sobre Fillon
Todos los candidatos a la presidencia de Francia (once) participaron anteanoche en el segundo debate televisado de esta campaña electoral, cuya primera vuelta se disputa el 23 de abril y la segunda el 7 de mayo. Había mucha gente en el plató y gestionarlo no fue fácil. Cada uno habló 17 minutos, a base de píldoras de uno o dos minutos. Y duró un poco más de cuatro horas, desde las 8.30 de la tarde hasta pasadas las 12.30.
Fue un ejercicio algo cansado y atropellado en el que la sucesión de las a veces desordenadas exposiciones de cada uno dominó claramente sobre el debate y los intercambios directos. Pese a todo fue, una vez más, un gran ejercicio democrático seguido por más de cinco millones de telespectadores.
Junto a los cinco principales con una intención de voto superior al 10% (Macron, Le Pen, Fillon, Mélenchon y Hamon) estaban los seis
teloneros, con entre un 0,5% y un 5% de la intención de voto, entre ellos dos trotskistas, un pastor pirenaico y un radical gaullista de extrema derecha. La presencia de estos seis protagonizó algunos de los momentos más animados de la larga noche.
El debate no ofreció novedades. Ningún candidato ganó puntos manifiestamente. Sin embargo la campaña se mueve. ¡Y cómo!
Desde el anterior debate televisado (16 de marzo), la carrera electoral ha cambiado significativamente. Entonces había dos claros finalistas, más o menos empatados, la ultra Marine Le Pen y el europeísta liberal Emmanuel Macron, con este batiendo ampliamente a Le Pen en la segunda vuelta. Por detrás venían el conservador François Fillon, el candi- dato de la izquierda Jean-Luc Mélenchon y el socialista Benoît Hamon. Desde entonces, Macron y Le Pen continúan en cabeza, pero el ascenso de Macron se ha detenido, mientras que Le Pen se mantiene estable.
Lastrado por los escándalos, François Fillon no levanta cabeza y uno de los seis teloneros, el gaullista Nicolas Dupont-Aignan, amenaza con arrancarle un segmento de su electorado.
En la izquierda se asiste al hundimiento de la campaña del socialista Benoît Hamon, con la deserción del electorado socialista (un 42% prefiere votar a Macron, frente a su 38%, mientras que un 15% se va hacia la izquierda de Mélenchon) y de sus compañeros, como el ex primer ministro Manuel Valls, cuya opción por Macron tiene un efecto tóxico para este.
Pero lo que más se ha movido en los últimos quince días ha sido la campaña de Mélenchon. Los sondeos le adjudican por encima del 15%, ya muy cerca de Fillon y a cinco puntos de Hamon. El voto útil de izquierda se está trasladando hacia Mélenchon, al que las encuestas dieron como ganador al término de los dos debates televisados, y cuyos mítines son los más concurridos y didácticos.
Es verdad que Mélenchon ya obtuvo en el 2012 una intención de voto del 17% que luego se desinfló, pero ahora “hay una gran diferencia, porque en el 2012 su dinámica se detuvo al chocar con el voto útil para Hollande, mientras que ahora se beneficia del voto útil”, explica Fréderic Dabi, vicedirector del instituto de sondeos Ifop.
El candidato que quiere refundar la república, renegociar los tratados europeos –bajo amenaza de salida de la UE si no se consigue–, salir de la OTAN y ensayar una economía keynesiana-ecologista es considerado “el más honesto” y el “más cercano a las preocupaciones de los franceses” (37% y 44%, respectivamente).
Todo esto sería irrelevante si no fuera porque casi la mitad de los electores aún no han decidido su voto. Que Mélenchon adelante a Fillon y convierta el binomio Macron/Le Pen en un triángulo es algo que deberá aclararse en las dos semanas que faltan para la primera vuelta.