Puigdemont quiere agotar la vía del referéndum pactado antes de fijar fecha
Junqueras sugiere que el día de la consulta puede anunciarse dentro de dos meses
A pesar de la insistencia de la CUP en que lo haga, el Govern considera que todavía no es el momento de fijar la fecha y la pregunta del referéndum. Es más, entiende que antes es necesario agotar la vía del acuerdo y sostiene que, en consecuencia, no podrá cerrar el calendario al menos hasta dentro de un par de meses. Una estrategia que ayer defendieron de forma separada, pero coincidente, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras.
“El camino del referéndum acordado lo tenemos que recorrer hasta el final, y un poco más si conviene”, aseguró el presidente de la Generalitat durante la sesión de control en el Parlament, en respuesta a la enésima exigencia de la CUP, planteada esta vez por Anna Gabriel, de poner fecha y pregunta a la consulta de autodeterminación. Carles Puigdemont, de hecho, no mostró ningún interés especial en satisfacer la demanda del socio del Govern en el Parlament, porque “la fecha y la pregunta tienen que ser objeto de un acuerdo amplio, no puede ser el capricho del presidente o de un grupo parlamentario, y todos los actores, que son muy plurales, son los que deberán decidir fecha y pregunta”. Y pidió explícitamente, en este sentido, tiempo para “dejar trabajar” al Pacte Nacional pel Referèndum, que entiende que tiene aún “camino por recorrer” y “nos puede ayudar con aquella gente del Estado que sabe que este es un conflicto que sólo se puede resolver con política y de manera democrática”, argumentó.
La intención del Govern es conceder al comité ejecutivo del Pacte Nacional pel Referèndum, que encabeza Joan Ignasi Elena, el “margen de tiempo de un par de meses que nos ha pedido para culminar su trabajo” y entonces fijar la fecha y la pregunta del referéndum, según explicó en este caso el vicepresidente Oriol Junqueras en declaraciones a RAC1. Un calendario que supondría que el Pacte Nacional pel Referéndum seguiría recabando apoyos durante el presente mes de abril –existe la idea de una recogida masiva de firmas aprovechando la festividad de Sant Jordi– y el próximo mes de mayo y que, una vez presentados públicamente y remitidos al Gobierno español –incluidos los respaldos internacionales que finalmente se consigan–, probablemente a principios de junio se daría a conocer la fecha y la pregunta.
Todo ello, en cualquier caso, con tiempo suficiente tanto si la consulta de autodeterminación se mantiene para la segunda quincena del mes de septiembre, que es el plazo máximo anunciado en su día por el presidente de la Generalitat, como si se adelanta, por ejemplo, a antes del verano, que es lo que querría la CUP y con lo que también coincide Francesc Homs después de haber aceptado el encargo de Carles Puigdemont de asesorarle, precisamente, para poner a punto el referéndum. “Yo personalmente lo haría antes del verano, porque el debate está maduro y el adversario –el sistema político español– está débil, pero si es en septiembre, también me parecerá bien”, remarcó en declaraciones a Catalunya Ràdio el exconseller y exdiputado en el Congreso inhabilitado por el 9-N.
La estrategia del Govern, sin embargo, no acaba de convencer a la CUP, porque, según Anna Gabriel, “fijar fecha y pregunta no excluye nada, ni tan siquiera que haya quien quiera continuar trabajando para pactarlo. Y se puede hacer en paralelo a los trabajos del Pacte Nacional pel Referèndum, pero no utilicemos el Pacte Nacional pel Referèndum como escollo”, lamentó. A diferencia de la fecha, la pregunta, en cambio, no parece presentar dificultades dentro del bloque soberanista, en el que todos los actores están en principio de acuerdo con la fórmula de interrogar sobre la creación de una república catalana independiente. “Una pregunta lo más clara posible que pueda responderse con un sí o con un no”, remachó, en todo caso, el presidente de la Generalitat.
Un criterio que, en el otro plato de la balanza, no comparten ni Cs ni PP, que en la misma sesión de control coincidieron en exigir a Carles Puigdemont que abandone el “esperpéntico proceso independentista” y convoque elecciones de inmediato. “Usted sabe que no va a haber ni referéndum ni independencia, deje de mentir a los catalanes”, le recriminó Inés Arrimadas, mientras Xavier García Albiol le acusó de “hacer volar la democracia” y “ser un peligro para la convivencia pacífica”, en una actitud “irresponsable y de desobediencia” que “está provocando que los que no tienen dos dedos de frente utilicen estos argumentos para actuar de manera violenta, como ocurrió la semana pasada delante de la sede del PP”, en alusión a la protesta de Arran, las juventudes de la CUP.