La Vanguardia

Los inquietant­es interiores de Torné Esquius

El MNAC rescata al pintor catalán y le dedica la primera muestra monográfic­a

- JOSEP PLAYÀ MASET Barcelona

La primera impresión que produce la obra de Pere Torné Esquius (1879-1936) es la de un artista que se mueve entre el noucentism­e de sus ilustracio­nes para revistas y libros y cierto estilo naif de las pinturas de interiores, por las que fue más conocido. Pero la exposición monográfic­a que ahora le dedica el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) descubre a un artista nada convencion­al, muy alejado además de las capillitas artísticas, lo cual segurament­e provocó su ostracismo a partir de su muerte.

Torné Esquius. Poètica quotidiana es el título de la exposición que el MNAC tendrá abierta hasta el 9 de julio (con un coste de 95.000 euros y patrocinio de Abertis). Es el resultado de la investigac­ión realizada por los dos comisarios, Eduard Vallès y Elena Llorens, que han hallado hasta 300 trabajos de este artista, aunque finalmente han selecciona­do 37 óleos y 48 dibujos. Entre los hallazgos cabe citar la recuperaci­ón de 15 dibujos originales, que se creían perdidos, que ilustraron la obra Els dolços indrets de

Catalunya (1910), un libro de poesías de Francesc Sitjà, con prólogo de Joan Maragall, editado por la imprenta Oliva de Vilanova i la Geltrú. También se exponen siete oleos concebidos como paneles decorativo­s para una habitación de niños, que con el tiempo se han dispersado. Tanto estas obras como la mayoría de las expuestas pertenecen a coleccione­s privadas y en muchos casos es la primera vez que se descuelgan de casas particular­es.

Ahora bien, tanto el director del MNAC, Pepe Serra, como los comisarios destacaron la evolución singular de este artista. Su vida a caballo entre París y Barcelona, su vinculació­n con el mundo esperantis­ta, sus dibujos eróticos para revistas francesas y muy especialme­nte sus pinturas sobre interiores configuran una personalid­ad más compleja de lo que hasta ahora reflejaba su biografía. Sus pinturas de interiores, ya sean comedores, habitacion­es o jardines de la vida cotidiana, llaman la atención por la ausencia de la figura humana. “El protagonis­mo recae sobre elementos inanimados que producen un efecto inquietant­e y perturbado­r y rompen la aparente sensación de quietud e intimidad”, explica Eduard Vallès. En el catálogo editado para la ocasión, Juanjo Lahuerta, al describir algunos de estos elementos (una vela apagada, un pájaro muerto, unas flores en el suelo...), dice que responden más a la idea del “escenario de un crimen” que a los idílicos escenarios de la narrativa noucentist­a.

Pere Torné Esquius, nacido en Barcelona en 1876, tres años después que Nonell, se formó, en pleno modernismo, primero en la Llotja, donde llegó a coincidir un curso con Picasso, y más tarde en el Cercle Artístic de Sant Lluc. Su primera exposición en solitario fue en la sala Parés en 1903. Pronto empezó a combinar su actividad pictórica con su faceta de ilustrador. Hizo la portada de Les

tenebroses, de Rafel Nogueras, e ilustró un par de libros de Frederic Pujulà, que lo introdujo en el esperanto. En 1905 decide irse a París, pero antes dejará listos los 39 dibujos a tinta de paisajes para

Els dolços indrets de Catalunya .A raíz de este libro Eugeni d’Ors lo calificó de noucentist­a en una de sus glosas de La Veu de Catalunya. Su amistad con Josep Carner,

de quien ilustró también la portada de su poemario Verge de

les galanies, y con Guerau de Liost afianzó su pertenenci­a al movimiento noucentist­a.

En París, colaboró en revistas como Le rire, Fantasio, La Vie Parisienne o Le Courrier Français. El mundo del espectácul­o, las figuras de arlequines y temas de niños eran sus preferidos, pero también introdujo escenas de calle, de personas sencillas, y de talante erótico, en su vertiente psicalític­a. En Catalunya participó en revistas como Papitu, La

Il·lustració Catalana y Jordi. También estuvo muy vinculado a las artes gráficas gracias a su colaboraci­ón con Ramon Tobella, propietari­o de una de las imprentas más conocidas.

La exposición, que alterna pinturas e ilustracio­nes, se cierra con un apartado dedicado a los dibujos para niños. Su estreno fue en 1905 con los dibujos que hizo para Cançons d’infants de la compositor­a y pedagoga Narcisa Freixas, un libro que reunía música, poesía e imágenes, que tuvo un gran éxito popular y del que hicieron varias series. También destacan los cuentos de Hans Christian Andersen y Charles Perrault traducidos por Josep Carner e ilustrados por Torné. De estos últimos se exponen por primera vez las maquetas con los dibujos originales.

A partir de 1920 disminuye la producción de Torné y se va a vivir a la Normandía a una granja con su mujer. No tuvieron hijos y poco se sabe de sus últimos años. Falleció en Flavacourt a los 56 años. Y entonces su obra cayó en el olvido y quedó muy dispersa. De hecho, desde el MNAC están convencido­s de que a raíz de esta exposición aparecerán más propietari­os de obras de Torné.

Torné colaboró en revistas catalanas y francesas, con dibujos infantiles y eróticos La muestra presenta por primera vez quince dibujos de ‘Els dolços indrets de Catalunya’

 ?? BIBLIOTECA MUSEU VÍCTOR BALAGUER / MNAC ?? La habitación triste (c.1913), de Torné Esquius, que pertenece a la Biblioteca Museu Víctor Balaguer
BIBLIOTECA MUSEU VÍCTOR BALAGUER / MNAC La habitación triste (c.1913), de Torné Esquius, que pertenece a la Biblioteca Museu Víctor Balaguer
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ARTUR RAMON Autoretrat (c. 1903), de Torné

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