Operaciones aéreas sin límites
LA IMPLANTACIÓN DE UN SISTEMA DE ATERRIZAJE INSTRUMENTAL GUIADO POR GPS PERMITIRÁ QUE EL AEROPUERTO NO TENGA LIMITACIONES METEOROLÓGICAS Y FACILITARÁ LA IMPLANTACIÓN DE VUELOS REGULARES.
Andorra-La Seu, el aeropuerto que en los años setenta se pensó para unir la comarca de L'Alt Urgell y el Principado de Andorra con el mundo, podría, cuarenta años después, cumplir con el objetivo de tener vuelos comerciales independientemente de la meteorología, el talón de Aquiles de la instalación.
Hasta ahora, se han podido realizar operaciones comerciales como los vuelos de aerotaxi de la compañía TSA, que opera un reactor Cessna Citation con base en el aeropuerto, las visitas de otros operadores de aviación ejecutiva o incluso vuelos chárter fletados por agencias de viajes. Uno de los grandes impedimentos para Andorra-La Seu es no disponer de ayudas para el aterrizaje cuando la meteorología impide que los pilotos tengan contacto visual con la pista durante su aproximación. Esto hace que, eventualmente, los aviones con destino al aeropuerto tengan que regresar al de origen o desviarse a otros, algo que imposibilita que las compañías quieran programar allí vuelos regulares con un horario cerrado y concreto, puesto que muchos días sería imposible cumplirlo, con la consiguiente pérdida de pasaje e ingresos económicos.
SISTEMA NUEVO EN LA PENÍNSULA
La situación geográfica de la pista, prácticamente un portaaviones sobre una colina rodeada de montañas, hace inviable la instalación de un sistema instrumental convencional, como, por ejemplo, los ILS, que tienen prácticamente todos los aeropuertos de España o Francia. Al no ser posible, los técnicos de Aeroports de Catalunya, gestora de la instalación, han tenido que buscar nuevas alternativas. Con este objetivo, la semana pasada se hicieron las pruebas que podrían cambiar, por fin, las condiciones de vuelo del aeropuerto, abriéndose definitivamente la posibilidad de creación de líneas regulares de pasaje con origen y destino en el aeropuerto de Andorra-La Seu.
El miércoles de la semana pasada, a las 11.30 h, aterrizó por la pista 22 un avión ATR procedente de Madrid-Barajas. A bordo, una tripulación de la aerolínea Swiftair y, como pasajeros, alumnos y profesores de la Universidad Politécnica de Madrid con la misión de realizar varios vuelos que corroboren el buen funcionamiento de un sistema que, si bien no es nuevo en Europa o Estados Unidos, sí lo es en la península Ibérica. Se trata de las aproximaciones por GPS, el sistema de posicionamiento global con ayuda de satélites que permite la navegación aérea, y, en fase más avanzada, el GLS, sistema de aterrizaje basado en el GNSS, acrónimo de Global Navigation Satellite System.
Con equipos instalados a bordo del avión y en la torre de control de la terminal, el turbohélice contratado por Aeroports de la Generalitat realizó, durante unas cinco horas, una serie de maniobras de aproximación simulando todo tipo de situaciones en idénticas condiciones en las que se operará en el futuro, con un sistema tan fiable como los actuales, aunque mucho más económicos, al no tener complicados y costosos sistemas de guiado en tierra, como sucede en la actualidad.
Los resultados se presentarán ante la autoridad de tráfico aéreo, Enaire, y posteriormente tendrán que ser aceptados en Madrid por la Dirección General de Aviación Civil y el Ministerio de Defensa para ser aprobados y permitir la publicación de los procedimientos que autoricen a operar en el aeropuerto en prácticamente cualquier tipo de condición meteorológica.