Goles y valores
Messi reaparece con doblete y el compromiso en la lucha contra el cáncer infantil
Coincidiendo con el comienzo del partido los implicados en la comisión de investigación del Congreso sobre el uso partidista del Ministerio del Interior se aplicaban con intensidad. Dos españolistas –seguidores del Espanyol– defendían sus posiciones con el ardor que no había tenido su equipo en San Mamés el día anterior. “Esto parece el Bernabeu”, protestaba el diputado Rufián, que calificó de hooligans a los representantes del PP que aclamaban las intervenciones del exministro Fernández Díaz. Había presión en aquella sala, pero no más de la que impuso el Barcelona sobre el Sevilla para apoderarse del relato desde el primer instante. El equipo blaugrana quiso mostrarse preparado para afrontar el maratoniano ciclo de nueve partidos contenidos en el calendario de abril, todos decisivos para el desenlace del final de la era de Luis Enrique. Difícilmente tendrán alguna consecuencia las pesquisas del Congreso, pero las comparecencias del Barça desde ahora son, sin excepción, determinantes.
En estas circunstancias disponer de Messi en un correcto estado de forma física y anímica es una garantía impagable. Ausente por sanción el pasado domingo contra el Granada, el argentino estuvo doce días sin ponerse la indumentaria azulgrana de competir. Una eternidad para un calendario tan extraordinariamente comprimido, un descanso fundamental para emprender el maratón. De manera premonitoria Messi y Luis Suárez llegaron juntos al Camp Nou. Conducía el argentino, el mismo que condujo la jugada del primer gol por el carril derecho. El uruguayo definió con una chilena explosiva ante Sergio Rico. Si en lugar de un balón hubiera rematado una tostadora o una caja de zapatos hubieran acabado de todas formas alojados en la portería sevillista.
Es como si en el auto que les llevó al estadio hubieran planificado la estrategia de demolición de un Sevilla que va perdiendo opciones al ritmo que baja el suflé de Jorge Sampaoli, el técnico que ha caído en sus cuatro enfrentamientos contra el Barça en esta campaña. En la segunda diana de la tarde fue Suárez quien sirvió para la transformación de Messi, que dedicó el gol a una causa solidaria. En primer plano, el argentino hizo ademán de pintarse dos rayas en la mejilla con los dedos. Es el símbolo de la campaña del hospital Sant Joan de Déu, la fundación Leo Messi y el IESE para la construcción de un centro para el tratamiento del cáncer infantil. Para los Valientes ha recaudado más de 4 millones de euros de casi 3.200 colaboradores camino del objetivo de los 30 millones. Goles y valores. Por cierto, la zona de animación aclamó enérgicamente a Piqué por haber puesto en tela de juicio los valores que emanan de la grada del Bernabeu. Pero esto, como la tensa discusión entre periquitos el Congreso, es otra historia. Colateral, tal vez, pero diferente.
Messi todavía no había dicho la última palabra, y menos en el sistema que le ha proporcionado más intervencionismo, más territorio y mayor libertad en el frente de ataque. Cuando poco después de la media hora Pareja dejó una pelota huérfana en el área grande, Leo la atacó sin compasión con una volea de zurda de altísima dificultad técnica. Entró pegada al palo izquierdo de Rico por la única trayectoria posible. Esta vez, a diferencia del minuto 4 cuando estralló un obús en el larguero, la madera no evito el gol del argentino. Y entonces Messi se colocó en modo ecológico, administrando las energías con vistas a un mes terrible que el Barcelona inauguró de manera óptima tanto en resultado como en nivel de espectáculo y de sensaciones. El crack de Rosario, que ayer firmó dos goles y se atribuyó la fabricación de otro, ha marcado en las últimas seis visitas del Sevilla al Camp Nou. Para el conjunto andaluz es peor que un interrogatorio de Rufián. 29 dianas ha celebrado en 30 enfrentamientos contra los sevillistas.
EL LIDERAZGO Leo presenta su mejor versión en el estreno de un mes frenético y decisivo
29 GOLES EN 30 PARTIDOS Para el Sevilla el argentino es más temible que un interrogatorio de Gabriel Rufián