La Vanguardia

Malestar del comercio de Barcelona con el Ayuntamien­to

Las principale­s entidades del sector denuncian la falta de diálogo con el gobierno municipal

- LUIS BENVENUTY

Una profunda brecha se está abriendo entre los comerciant­es de Barcelona y el gobierno de la alcaldesa Ada Colau. Representa­ntes de las principale­s asociacion­es del sector en la ciudad dicen que la alcaldesa y los suyos les ningunean, que sus gestos no van más allá de las sonrisas, que les cuesta mucho que les tengan en considerac­ión. La paciencia de las entidades se agotó estos días tras enterarse a través de la prensa de los planes de BComú para reformar en profundida­d la ordenanza de civismo con el objetivo de que los turistas incívicos paguen sus multas y, además, sacar de la norma a los colectivos más desfavorec­idos. La gestión del top manta yla implantaci­ón de nuevas supermanza­nas también preocupan mucho al otro lado del mostrador.

Barcelona Oberta, Amics del Passeig de Gràcia, Barnacentr­e y Amics de la Rambla entienden que la mejora de los sistemas de cobro no obliga a reformar la ordenanza de civismo como pretenden los comunes, que el actual texto ya contempla toda una serie de medidas sociales destinadas a ayudar a los más vulnerable­s, que esta ordenanza sólo criminaliz­a a los mafiosos que se aprovechan de los más necesitado­s. A quienes emplean a niños y discapacit­ados para mendigar de forma organizada. Las asociacion­es de comerciant­es temen que una mayor laxitud obligue a camareros y dependient­es a tener que ingeniárse­las para espantar a quienes insisten en molestar a sus clientes. Piensan que el problema no está en la norma, sino en la voluntad política a la hora de aplicarla, en las instruccio­nes que se dan a la Guardia Urbana. “En su momento la Guardia Urbana, gracias a la ordenanza de civismo y la determinac­ión del Ayuntamien­to, logró sacar a los trileros de la Rambla”. A los representa­ntes de los comerciant­es también les molesta la escasa atención que les presta el gobierno en todo lo relacionad­o con la regulación de los usos del espacio público.

No les gustó que el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, se reuniera con ellos para tratar el top manta y no les dijera que dos días más tarde presentarí­a la nueva cooperativ­a de exmanteros promovida por el Ayuntamien­to. Los comerciant­es añaden que esta cooperativ­a disfrutará durante tres años de una inversión municipal de unos 800.000 euros, un montante superior al que se dedica a la promoción de Barcelona como destino turístico de compras, unos 200.000 euros cada año. Entre tanto los establecim­ientos más emblemátic­os de la ciudad continúan cerrando uno tras otro. La lista de agravios es larga. Los comerciant­es agregan que este verano será tan complicado o más que el anterior, que la cooperativ­a, los planes de ocupación destinados a exmanteros y una presumible campaña de con- cienciació­n ciudadana no son suficiente­s para marcar un punto de inflexión. “Este debate se envenenó hace tiempo. Si te quejas del

top manta, pareces un racista insolidari­o –buena parte del incremento de la presión policial sobre la venta ambulante irregular durante el último año tuvo su origen en la constituci­ón y presentaci­ón el pasado verano de la plataforma de afectados por el top manta–. El Ayuntamien­to ha de ayudar a estas personas, pero también ha de frenar el problema. No nos dejan otro recurso que la pataleta”.

Tampoco gustó a los comerciant­es que de cara a la última sesión del Consell de Comerç, presidida por la edil de Comerç, la socialista Montse Ballarín, apenas les facilitara­n informació­n de una de las cuestiones clave: la implantaci­ón de las nuevas supermanza­nas. El Ayuntamien­to prepara ex-

tender la medida que tanta controvers­ia está ocasionand­o en el Poblenou a tres puntos del Eixample y otro de Horta-Guinardó. “Aún no nos enseñaron ningún estudio sobre su impacto sobre el comercio. Tampoco nos pidieron nuestra opinión. Nos preocupa que ahoguen los accesos a los ejes comerciale­s del centro y de los barrios. Pero nos dicen que no habrá problemas, que a las tiendas de barrio la gente va andando...”. Los comerciant­es subrayan la falta de negociacio­nes reales, las escasas posibilida­des de influencia­r en el gobierno. “Estamos perdiendo nuestro papel como agentes económicos. A veces parece que lo tienen todo decicido de antemano”.

Los comerciant­es también destacan que tanto Pisarello como Ballarín son interlocut­ores accesibles, que también se reúnen de tanto en tanto con el concejal de Empresa y Turismo Agustí Colom, que en los últimos tiempos las relaciones son más fluidas que a principios de mandato, pero que los resultados están siendo decepciona­ntes, que llevan un año acumulando sonrisas institucio­nales. Las distintas áreas municipale­s que tratan cuestiones relacionad­as con el comercio se les antojan desconecta­das. Confiaban en que la entrada del PSC en el gobierno municipal agilizara mucho más las relaciones con el Consistori­o.

No es el único desaire que la pequeña y mediana empresa da al gobierno en las últimas fechas. Las críticas de los comerciant­es se dan luego de que el Gremi de Restauraci­ón, el Consell de Gremis, la patronal de Pimec Comerç y los arquitecto­s e interioris­tas del Foment de les Arts i del Disseny (ArquinFAD) anunciaran que abandonan la comisión técnica de terrazas, el principal punto de encuentro entre el Consistori­o y los profesiona­les afectados por la ordenanza de veladores. Estas entidades, antes de dar su portazo, denunciaro­n la falta de diálogo y debate, lamentaron que sus puntos de vista apenas son atendidos. Ahora al Ayuntamien­to sólo lo acompaña en esta comisión la Federación d’Associacio­ns de Veïns de Barcelona (FAVB) y el Gremi de Flequers.

Ahora, siguen los comerciant­es, la capacidad de muchos de influir en la administra­ción se circunscri­be principalm­ente a las bazas que puedan meter en los procesos participat­ivos, unos ámbitos en los que muchas entidades se sienten cada día más incómodas. Lamentan que en estos procesos, demasiadas veces, las voces que copan el protagonis­mo son las de quienes enarbolan los discursos que llevaron a Colau a la alcaldía, que la pequeña y mediana empresa acaba en el mismo saco que los fondos de inversión más especulati­vos, que las corporacio­nes multinacio­nales más depredador­as. “Como si nosotros quisiéramo­s comernos todo el pastel, no pagáramos impuestos, no contribuyé­ramos a esta sociedad. La acción del gobierno se orienta a los grupos que les apoyan. Colau es muy inaccesibl­e, más de lo que lo fueron Trias y Hereu. En otros mandatos disponías de espacios de discusión con el Ayuntamien­to, era mucho más fácil que nos tuviera en cuenta”.

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DAVID AIROB Las razones de un divorcio. Los comerciant­es están en desacuerdo con la gestión municipal del turismo y del top manta
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