Moscú suspende la cooperación militar con Washington en Siria
Putin censura a EE.UU. y califica la acción de “agresión contra un país soberano”
El ataque de Estados Unidos contra una base aérea de Bashar el Asad, aliado de Rusia, puede haber roto de un tijeretazo los finos lazos que habían tejido con tantos esfuerzos Moscú y Washington para evitar hacerse daño en Siria. Además de criticar con dureza la reacción de Donald Trump al aparente uso de armas químicas por el régimen sirio, su homólogo ruso, Vladímir Putin, anunció el fin del pacto de intercambio de información militar sobre sus respectivas acciones aéreas en el país árabe. El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, calificó la acción norteamericana como “un acto de agresión, contrario al derecho internacional”. Putin dijo que fue “una agresión contra un estado soberano, miembro de la ONU”.
Según Rusia, las armas químicas han sido únicamente “un pretexto descabellado” utilizado por Donald Trump, insinuando tal vez que Estados Unidos quería deteriorar el entendimiento con Rusia en Siria, el único escenario que hoy por hoy parecía protegido del espíritu de nueA va guerra fría en el que se encuentran desde hace varios años las relaciones entre las dos potencias nucleares.
El presidente ruso reunió ayer de urgencia al Consejo de Seguridad de la Federación Rusa. En este encuentro, Rusia acordó suspender el pacto de cooperación con Estados Unidos referente al espacio aéreo sirio. El intercambio directo de información entre sus ejércitos estaba destinado a evitar incidentes entre sus aviones durante las operaciones en Siria. “Ese acuerdo ayudó a evitar un enfrentamiento directo militar en una situación de dificultad. No queremos empezar una tercera guerra mundial”, dijo Andréi Kortunov, director del Consejo de Asuntos Internacionales, un grupo de investigación creado por el Kremlin. El experto señaló que la decisión de Putin conlleva riesgos.
Puede ser, además, el primer paso para un desencuentro mayor . En la reunión también “se expresó una profunda preocupación por las inevitables consecuencias negativas que este tipo de acciones agresivas tienen para la lucha común contra el terrorismo”, señaló Peskov.
partir de ahora hay que ver si Washington y Moscú pueden salvar algo de una relación que está en mínimos, a pesar de la llegada de Trump al poder en Washington, a quien en Moscú se llegó a considerar de forma exagerada “un amigo”. Durante la reunión del Consejo de Seguridad, se constató que el ataque causará “un considerable daño” a las relaciones.
Desde Tashkent (Uzbekistán), el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, calificó el ataque como “provocaciones” y mostró su esperanza de que no conduzca a “resultados irreversibles”. Y lo comparó con la invasión estadounidense de Irak del 2003. Según declaraciones recogidas por las televisiones rusas, acusó a EE.UU. y sus aliados de intentar sabotear los esfuerzos rusos para lograr un acuerdo de paz en Siria y usar la fuerza para provocar un cambio de régimen en el país.
El canciller ruso se refería así a una cuestión que parecía ya superada: que Bashar el Asad, aliado de Moscú, deje el poder para alcanzar la paz e iniciar una transición política, como defiende Washington y sus aliados.
También se ha complicado la visita a Moscú del secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, la semana que viene. Rusia mantiene que Damasco no lanzó ningún ataque con armas químicas, sino que sus aviones alcanzaron un almacén
Rusia cree que peligra la lucha antiterrorista y Lavrov compara el ataque con la invasión de Irak del 2003
de los yihadistas con este tipo de armamento. Tillerson ha acusado a Rusia de “ser cómplice o incapaz de hacer cumplir el acuerdo del 2013”, por el que Siria renunció a las armas químicas.
Lavrov dijo que EE.UU. “tergiversó lo que sucedió en Idlib”. Y aseguró que “Damasco no tiene armas químicas, lo que confirmaron en varias ocasiones expertos de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ)”. Ni Trump ni Tillerson son los amigos que tanto esperaban en Moscú tras la victoria del primero en las últimas elecciones estadounidenses.