La Vanguardia

Un día para la convulsión

El Barcelona confía en el derbi del Bernabeu y se impone ganar en Málaga

- ANTONI LÓPEZ TOVAR Barcelona

“¿A qué hora es? Sí que lo veré, si no me duermo durante la siesta, que también puede ser y así uno no sufre tanto”. Después de dirigir el entrenamie­nto de ayer, Luis Enrique bromeó sobre el derbi que se disputará esta tarde en el Bernabeu. Es evidente que en el hotel de Málaga, cuatro horas y media antes de que empiece su partido, el entrenador asturiano estará pegado al televisor. Y no le entrará somnolenci­a. El Barcelona tiene grandes esperanzas depositada­s en esta jornada, una prueba de fuego para el líder en vísperas de una fecha de Champions League trascenden­tal. Un error del Real Madrid puede devolver al conjunto azulgrana el liderato provisiona­l, pero sobre todo el privilegio de depender de sí mismo en la batalla por el título. Quedan ocho jornadas, entre las cuales la visita del Barça a Chamartín, pero la de hoy se presenta determinan­te para medir las posibilida­des futbolísti­cas y anímicas de cada cual.

Luis Enrique no quiere elucubrar. “La Liga pasa por Málaga y nada más –sentencia–. Las cuentas de la lechera están muy bien, pero se cumplen muy pocas veces y nosotros tenemos que centrarnos en lo que podemos controlar”. Aunque considera que su equipo está capacitado para hacerlo si consigue centrarse en objetivos inmediatos, no cree que ninguno de los aspirantes vaya a sumar los 24 puntos (27 para el Madrid) pendientes. Tomando como referencia las últimas cinco temporadas, el Barça ha extraviado entre 2 (el pasado curso) y 9 puntos (el año de Gerardo Martino) en este tramo. Pero si un dato ilustra la magnitud de la dificultad que representa para el Barcelona revalidar el título es que nunca en toda la historia del campeonato ha conseguido imponerse en las últimas ocho jornadas del campeonato. El Madrid, por su parte, concluyó la temporada pasada con 12 victorias consecutiv­as precisamen­te después de la derrota en el Bernabeu (0-1) contra el Atlético.

Así, el Barça emprende un desafío contra la historia y necesita aliados. Presenta como avales un magnífico estado de forma, ejemplific­ado en la incontesta­ble victoria contra el Sevilla; y la convicción, después de la asombrosa remontada contra el PSG, de que para este equipo no existen barreras infranquea­bles. Aunque el Málaga tiene algo que Luis Enrique no ha identifica­do con precisión pero le preocupa. Suele plantear complicaci­ones al Barcelona, y en la primera vuelta obtuvo un empate (0-0) en el Camp Nou, el primero de los tres consecutiv­os (Real Sociedad y Real Madrid) que condiciona­ron las opciones barcelonis­tas en la Liga.

Las bajas de Piqué y Rakitic por acumulació­n de amonestaci­ones no plantean ningún drama, pero pueden provocar la recuperaci­ón de la fórmula 4-3-3. André Gomes y Denis Suárez se disputaría­n un puesto en el centro del campo, aunque podrían actuar los dos si el técnico decide dar descanso a Iniesta. Al Málaga todo esto le preocupa poco. Con su triunfo en Gijón después de 6 partidos sin ganar es un equipo liberado, casi salvado. El partido “llega en un momento cojonudo”,dijo Míchel, el nuevo entrenador, que busca su primera victoria en La Rosaleda.

OTRO DESAFÍO HISTÓRICO El equipo azulgrana nunca ha conseguido un pleno de victorias en las últimas ocho jornadas de Liga

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ANDREU DALMAU / EFE Luis Enrique, durante el entrenamie­nto preparator­io del partido de hoy

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