El Santander sube un 5% el dividendo y prioriza la rentabilidad al tamaño
Ante la posible venta del Popular, Botín afirma que no quiere “crecer por crecer”
El Santander anunció ayer una subida del 5% del dividendo para el 2017, que alcanzará los 22 céntimos por acción, repartidos en tres pagos de 6 céntimos en efectivo y uno de 4 céntimos que se podrá cobrar también en acciones. Ana Botín, presidenta de la entidad, explicó en la junta de accionistas celebrada en Santander que el banco cumple así “con el compromiso de aumentar el dividendo por acción, el beneficio por acción y el valor tangible”.
Botín recordó cómo, al poco tiempo de su llegada a la presidencia en septiembre del 2014, se vio obligada a restringir la retribución a los accionistas por la presión regulatoria y la propia situación del banco. Cuatro meses después, en enero del 2015, el Santander amplió capital por 7.500 millones en enero para elevar su nivel de solvencia y acercarse a sus competidores en este aspecto. Y hoy, apoyado también en la mejora de los resultados, el banco puede ir recuperando el terreno. “Hemos distribuido 2.468 millones de euros entre nuestros accionistas con cargo a los beneficios del 2016, más del doble de los 1.143 millones repartidos en el 2014”, apuntó Botín.
La presidenta lanzó continuos mensajes en los que dejó claro que, en estos momentos, la máxima prioridad de su equipo es la rentabilidad. Así se lo dijo a un accionista que le inquirió sobre la pérdida de algunas oportunidades en el pasado y que se podría aplicar a otras que se presenten a partir de ahora, como el posible proceso de venta del Popular: “No queremos crecer por crecer, sino hacerlo de forma rentable; esta es nuestra estrategia y somos conscientes de que eso nos llevará, en ocasiones, a dejar pasar de largo algunas oportunidades”.
Botín se mostró confiada en que el Santander sea capaz de seguir progresando en sus resultados a pesar de que el entorno sigue siendo complicado en cuanto a los tipos de interés y persisten algunas incertidumbres en los mercados. “En España, la confianza del inversor extranjero y del empresario está mejorando y esto es clave para el futuro”, aseguró la presidenta del banco.
Fuera, preocupan el Brexit, que afecta a su filial en el Reino Unido, y la presión regulatoria sobre la filial de Estados Unidos, que está ya en vías de corregir sus problemas. Este año, además, los diez países en los que está presente el banco crecerán, según las previsiones del FMI. José Antonio Álvarez, consejero delgado, dijo que espera que la entidad sea capaz de “acelerar el crecimiento de los ingresos, sobre todo en los mercados emergentes, donde prevemos crecer a doble dígito y donde los tipos de interés nos permitirán obtener buenos márgenes”. La junta aprobó todos los puntos del orden del día, entre los que se encontraba la reelección como consejera de Botín, del consejero delegado, José Antonio Sánchez, y otros consejeros. El respaldo fue del 97%.
Ante la preocupación de los accionistas por el valor de la acción –muy castigada el año pasado, pero que ha subido un 16% en el 2017–, Álvarez explicó que el precio por acción del banco “a día de hoy todavía no se corresponde con la fortaleza del balance” y con la proyección de resultados a largo plazo del grupo, aunque enfatizó que en los primeros meses del año la entidad ha aumentado “significativamente” la cotización, bastante por encima de la de algunos de sus competidores. “Confío en que la diversificación y calidad de nuestros negocios, su capacidad de crecimiento y su potencial de rentabilidad acaben reflejándose en una mayor cotización”, concluyó.
El banco confía en acelerar el aumento de los ingresos, en especial en los mercados emergentes