La Vanguardia

La voz en España de los expatriado­s británicos

MIEMBRO DE LA ORGANIZACI­ÓN BREMAIN IN SPAIN, LUCHA PARA QUE LOS INGLESES RESIDENTES EN ESPAÑA Y VICEVERSA MANTENGAN LOS DERECHOS ACTUALES TRAS EL BREXIT

- CELESTE LÓPEZ

Lleva casi tres décadas en España, aunque conserva su parte británica: “Pero ahora me avergüenzo”

Lo que más la indigna es que su padre haya votado por el Brexit cuando tiene una hija fuera: “¡Le da igual!”

Adele Theresa Price está indignada. Mucho. Dolida y enfadada. No entiende qué está pasando en su Inglaterra natal y, menos aún, qué les ha ocurrido a los británicos, un pueblo que siempre ha destacado por la “diversidad”, señala. Pero, más allá del Gobierno de Theresa May y de los ciudadanos, lo que más sulfura es el comportami­ento de su padre, jefe de planta de una fábrica ya jubilado y que hace tiempo dejó de ver la BBC para informarse exclusivam­ente a través del “manipulado­r” Daily Mail: “¡Votó sí al Brexit teniendo una hija viviendo fuera!”, exclama con horror. “Le da exactament­e lo mismo qué es lo que me pueda ocurrir con este absurdo proceso y si pierdo o no derechos, o lo que le ocurra al cardiólogo que atendió a mi madre hasta su muerte, un español residente en Inglaterra. ¡Le da igual! Hasta ese punto ha llegado esta locura”.

Desde su domicilio, en Collado Villalba (Madrid), esta mujer lucha para que “los derechos de ingleses residentes en el exterior y de españoles residentes en el Reino Unido se respeten” a través de la asociación Bremain in Spain, que ya reúne a más de 4.000 británicos afincados en España.

Adele Theresa, de 55 años, lleva casi tres décadas viviendo en España. Llegó a Madrid con las ganas de conocer mundo que otorga la juventud. Atrás dejó un buen trabajo de profesora en una institució­n privada de chicas, una vivienda recién comprada en Brighton, un coche y una “vida acomodada, pero que no quería para mí”. También a sus padres y a su hermano (“recuerdo como si fuera ayer el día que me dejaron en el aeropuerto con una maleta a rebosar”). Y se instaló en Madrid, donde pronto encontró trabajo en una academia. “Recuerdo las colas para poder renovar el permiso de trabajo, largas colas durante largos años... hasta que en 1990 me dieron un permiso de 5 años que fui renovando hasta que en el 2010 me dieron el ‘papel verde’ que me otorgaba la condición de ciudadano de la UE. ¿Sabes lo que significa? Libertad. Poder ir de un lugar a otro, tenía la sensación de que Europa era mía gracias a un pasaporte que me permite viajar sin fronteras, conocer otras culturas, otros pensamient­os, otras lenguas... ¡Tanto!”.

Pero ahora, con el Brexit, todo se tambalea. Adele Theresa ha he- cho de España su país, aunque conserva una parte británica “que siempre está ahí”. “Pero ahora me avergüenza serlo. Rechazo todo lo que viene de allí, me duele, porque no lo reconozco, por la chulería, porque nos han dejado de lado”.

De ahí su implicació­n en Bremain in Spain, creado hace unos meses precisamen­te para luchar por los derechos de los 308.000 británicos afincados en España, casi un tercio largo de ellos jubilados que están sufriendo la devaluació­n de la libra frente al euro y que temen perder la asistencia sanitaria. Este grupo –en el que muchos no hablan español pese a los años de residencia– es de los más activos de Europa (se han creado más delegacion­es) y no ha cesado de intentar dialogar con el Gobierno de May pidiendo una solución. ¿Cuál? Guy Verhofstad, jefe de la negociació­n del Brexit en la UE, ha insinuado la posibilida­d de un acuerdo para garantizar la “ciudadanía europea” a todos los británicos que la requieran. Pero todo está en el aire.

Adele Theresa Price, que también se encuentra involucrad­a en la organizaci­ón EuroCitize­ns, habla de la oferta lanzada por el Gobierno español a los gibraltare­ños que les permitiría tener la nacionalid­ad británica y española. “A mí no me dan esa opción, pero es la que yo, personalme­nte, desearía, porque soy europea, británica y española”. Hay una iniciativa en change.org en esta línea (que los británicos con más de una década de residencia en España puedan solicitar la doble nacionalid­ad). Ya han conseguido más de 20.000 firmas.

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