EE.UU. envía su flota a Corea para intimidar a Kim Jong Un
Washington señala que Pyongyang es el peligro “número uno en la región” La acción de Trump se produce tras reunirse con el presidente chino
Donald Trump ya había afirmado que consideraba al régimen de Corea del Norte como uno de los principales problemas mundiales. Y ayer dio un paso más al ordenar el envío de una flota naval a la península de Corea, una demostración de fuerza que pretende intimidar a Kim Jong Un.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prosigue con su idea de mostrar músculo militar. Cuarenta y ocho horas después de haber bombardeado una base aérea siria para castigar al régimen de El Asad por haber llevado a cabo un ataque con armas químicas, el Pentágono ha decidido enviar buques de guerra a la península coreana. Una iniciativa que tiene como objetivo advertir a Corea del Norte para que se abstenga de realizar nuevas demostraciones de fuerza y amenazar la seguridad mundial.
El portaaviones de propulsión nuclear USS Carl Vinson y su grupo naval de ataque navegan desde ayer hacia las aguas que bañan las aguas de la península coreana, según reveló el comando militar estadounidenses en el Pacífico. “El comandante americano en el Pacífico ha ordenado al grupo aeronaval desplegado alrededor del portaaviones USS Carl Vinson estar a disposición y presente en el oeste del Pacífico como medida de precaución”, anunció su portavoz, el comandante Dave Benham. Una iniciativa que Washingon ha decidido poner en marcha para frenar el programa de rearme de Corea del Norte, ante las continuas provocaciones de Pyongyang. Unas acciones “que constituyen la amenaza número uno en la región, en razón de su programa de misiles irresponsable, desestabilizador e imprudente y la continuación de sus trabajos para disponer de armas nucleares”, dijo Benham en su comunicado.
Este paso adelante decidido por Donald Trump a las pocas horas de haber finalizado su primera cumbre con el presidente chino, Xi Jinping, en su residencia de Mar-a-Lago en Florida, confirma la falta de entendimiento de los dos líderes sobre Corea del Norte. Unas discrepancias que se basan en el hecho de que el presidente de Estados Unidos piensa que China no ejerce suficiente presión para que el régimen de Pyongyang abandone su programa nuclear y de misiles. China, por su parte, sostiene que la desnuclearización solo será posible tras un largo proceso de distensión, con gestos que generen la confianza mutua, tales como que Washington deje de hacer maniobras en aguas de la península coreana.
La orden dada por el Pentágono ayer responde, por otra parte, a una acción preventiva ante los actos conmemorativos que prepara
Washington apuesta por lanzar una señal a Pyongyang ante la proximidad de fechas señaladas norcoreanas
Pyongyang para los próximos días. Unas celebraciones que el régimen de Kim Jong Un aprovecha para realizar pruebas militares con el fin de amedrentar a sus vecinos y a EE.UU.
En esta ocasión, los expertos occidentales creen que las autoridades norcoreanas podrían aprovechar para llevar a cabo un nuevo ensayo nuclear.
Éste podría tener lugar el próximo día 15, para conmemorar el 105 aniversario del nacimiento de Kim Il Sung, el presidente eterno del país y abuelo del actual dirigente, Kim Jong Un. El día 25 podría ser otra jornada propicia, ya que será cuando se recuerde la fundación de las fuerzas armadas norcoreanas.
Unos aniversarios que, por otra parte, se celebran este año en un ambiente de creciente tensión, según se desprende de las numerosas provocaciones que Kim Jong Un ha protagonizado en las últimas semanas, especialmente tras las declaraciones de Trump de actuar de forma unilateral para acabar con el régimen estalinista norcoreano. En febrero fueron cuatro misiles, que cayeron en aguas japonesas, y la semana pasada lanzó otro misil en vísperas de la cumbre entre Estados Unidos y China.
Tras la orden de Trump, todo indica que la partida de póquer no ha hecho más que empezar.