Masacre en dos iglesias cristianas en Egipto
Más de 40 muertos y 130 heridos en los atentados reivindicados por el EI
De nuevo la minoría cristiana de Egipto, los coptos, una comunidad de tradición milenaria, ha sido víctima de la barbarie yihadista. Al menos 44 personas perdieron la vida y unas 130 resultaron heridas ayer en sendos ataques contra dos iglesias mientras se celebraba la misa del Domingo de Ramos.
Los brutales atentados, reivindicados por el Estado Islámico (EI), fueron un serio aviso a las fuerzas de seguridad egipcias, a menos de tres semanas de la visita que efectuará Francisco a El Cairo. El Papa modificó el texto que tenía preparado para después del ángelus e incluyó un mensaje de condolencia y una reflexión sobre las últimas acciones terroristas, en Suecia y en Egipto.
El primer ataque se produjo contra la iglesia de San Jorge, en la ciudad de Tanta, en el delta del Nilo, a un centenar de kilómetros al norte de la capital. La detonación de una bomba –no está claro si por un terrorista suicida o activada a distancia–, en plena misa, mató a 27 fieles e hirió a casi 80. El segundo atentado tuvo lugar en Alejandría, la capital copta. Los terroristas no podían escoger un objetivo más simbólico. Un kamikaze trató de entrar en la catedral de San Marcos, sede del papa copto, Tawadros II, que se hallaba en el edificio pero resultó ileso. El terrorista no pudo superar la verja de seguridad, dotada de puerta giratoria, y activó el explosivo. Murieron 17 personas, incluidos tres policías, y unos 50 heridos.
El presidente egipcio, Abdul Fatah al Sisi, condenó los ataques, convocó una reunión urgente del Consejo de Defensa Nacional, decretó tres días de luto nacional y movilizó el ejército para proteger edificios estratégicos. Tawadros II aseguró que “estas acciones no dañarán la unidad y la cohesión del pueblo”. Llegaron asimismo condenas y muestras de solidaridad de todo el mundo, incluidos la mayoría de líderes europeos, los dirigentes israelíes y palestinos –también los de Hamas-, además del presidente de EE.UU., quien recibió hace pocos días, en Washington, a Al Sisi. “Tengo gran confianza en el hecho de que el presidente Al Sisi gestionará la situación del modo adecuado”, escribió Trump en un tuit.
El EI es una presencia amenazante que va a más en Egipto. Desde hace años operan como guerrilla en la península del Sinaí, provocando un éxodo de familias cristianas. Pero sus tentáculos se extienden más allá de esa base territorial. En diciembre pasado los yihadistas atacaron una iglesia adyacente a la catedral copta de El Cairo, causando una masacre entre los fieles.
Los coptos (palabra que significa “egipcios”) son unos 9 millones, sobre una población total de unos 93 millones. Su presencia es anterior a la invasión árabe, en el siglo VII después de Cristo. En su inmensa mayoría son coptos ortodoxos. Los católicos llegan, como máximo, a 200.000. Pero entre coptos ortodoxos y católicos las diferencias dogmáticas son mínimas.
Francisco tiene previsto viajar a Egipto los próximos días 28 y 29 de este mes. Poco después de aterrizar en El Cairo, y tras visitar al presidente de la República, Jorge Mario Bergoglio se trasladará a la Universidad de Al Azhar –el principal centro mundial de enseñanza del islam suní–, donde se reunirá con el gran imán de la mezquita, el jeque Ahmed Mohamed el Tayyib, quien ayer también condenó los atentados y se solidarizó con Tawadros II.
El Pontífice argentino, después del ángelus, en la plaza de San Pedro, imploró a Dios por las víctimas del atentado del pasado viernes en el centro de Estocolmo y por quienes murieron en los ataques contra las iglesias coptas egipcias. Francisco puso al mismo nivel a los terroristas y a quienes fabrican y venden las armas. “El Señor convierta el corazón de las personas que siembran el terror, la violencia y la muerte, y también el corazón de los que producen armas y trafican (con ellas)”, afirmó el Papa.
Los atentados se producen a menos de tres semanas de la visita del Papa Trump expresa su confianza en Al Sisi, quien moviliza al ejército