Dos incendios queman diez barcos en el Port Fòrum
El primer fuego, del que se desconocen las causas, se dio por extinguido al mediodía pero volvió a reavivarse una hora después
Pasó poco más de una hora. Desde las 13.30 horas hasta las 14.30.Una hora en la que los bomberos dieron por extinguido el primer incendio y en la que empezó el segundo cuando el fuego se reactivó. Dos incendios calcinaron ayer diez yates que estaban atracados en el Port Fòrum de Sant Adrià de Besós. El primero fue inesperado, el segundo aún más.
Por la mañana los ocupantes de varios barcos del pantalán D5 se levantaron sobresaltados. “¡Fuego, fuego!”. “Empezaron a picar a las puertas y a despertarnos”, relataba con angustia Thomas Egerstrom, el propietario de un barco que se salvó. Su yate se quedó a pocos metros de que le alcanzara el fuego. Las embarcaciones situadas a su lado ya no existían. Fueron engullidas primero por el fuego y luego por el agua. Cinco barcos fueron calcinados, de los cuales cuatro se hundieron. Las llamas se propagaron con mucha rapidez por causas que aún se desconocen. Saltaron de un barco a otro sin parar. Las bombonas de butano y los cristales explotaron. Los ocupantes de los barcos–extranjeros y turistas– salieron corriendo y algunos incluso saltaron al agua. “Fue un momento de terror”, definió el navegante Sandro Caponi. El pavor y el pánico también se apoderaron de Eva Morera, la propietaria de un barco chárter que se quedó a pocos metros de las llamas. “Daba miedo. El fuego no respeta a nadie”.
Una veintena de bomberos trabajaron durante más de seis horas para apagar las llamas que ardían con virulencia. “Todos son fibras y derivados del petróleo y esto va quemando sin parar”, destacaba el jefe de los bomberos de la región metropolitana norte, Guillem Recio. Los trabajos se prolongaron hasta el mediodía. Un pequeño retén se mantuvo en la zona una hora más, hasta que a las 13.30 horas se retiraron. Una hora más tarde el fuego ardió de nuevo. “No teníamos indicios de que esto pudiera pasar”, salió al paso el conseller de Interior, Jordi Jané, que se desplazó hasta el Port Fòrum de Sant Adrià.
“La confianza mata al hombre”, se lamentaba un trabajador del puerto ya por la tarde, mientras observaba como de nuevo los bomberos se empleaban intensamente para atajar las llamas. En el segundo incendio una de las embarcaciones que estaba medio hundida volvió a prender, el viento empujó el fuego y junto con el combustible que había esparcido por el agua incendió los barcos que encontró a su paso. Fueron cinco yates más. Dos quedaron completamente arrasados y acabaron hundiéndose. Otros tres sufrieron afectaciones de diversa consideración. El Port Fòrum de Sant Adrià instaló barreras de contención flotantes para evitar la propagación de los residuos y el combustible a aguas abiertas y protección civil activó la alerta por contaminación en la marina.
Las embarcaciones afectadas eran barcos privados, barco hoteles y algunos que sirven como alojamientos turísticos, yates que cuestan alrededor de un millón de euros. El paisaje que quedó en el puerto era desolador. El agua quedó impregnada de una capa negra de la que sobresalían los cascotes de los barcos hundidos. El humo lo embargaba todo. Los patrones pasaron del susto inicial a la preocupación. Muchos de ellos permanecieron en vilo a la espera que el puerto tomara una decisión sobre si les dejaban cambiar el yate de sitio. Este sentimiento afectó sobre todo a los dos barcos del pantalán D5 que quedaron indemnes. Finalmente fueron autorizados. Los yates fueron trasladados a un nuevo pantalán más alejado del vertido de combustible.
Una de las propietarias se preguntaba si el fuego estaba relacionada con los “barcos piratas”. Se refería a las embarcaciones que son utilizadas como alojamientos turísticos ilegales. “Los legales tenemos que tener unas licencias y nos sometemos a inspecciones constantes. En estos casos no se sabe en qué condiciones tienen los barcos”.
El humo no sólo impregnó ayer el Port Fòrum. También la desolación que expresaba Eva. “Un barco lo quieres como a una persona. El daño moral no te lo quita nadie”.