Un acosador en la cadena Fox
Indemnizadas cinco mujeres por los acosos sexuales de la estrella de la Fox
Bill O’Reilly, presentador estrella de la conservadora Fox, ha pagado grandes sumas para evitar acusaciones de acoso
Bill O’Really, máxima estrella de la cadena por cable Fox News, la más vista en su sector, luce aspecto de señor. Su imagen, si se le pone una toga blanca, responde plenamente al concepto de patricio de la Roma imperial. Su espacio titulado The O’Reilly Factor es el de mayor audiencia. Cada noche atrae a más de cuatro millones de espectadores, por lo general, tan conservadores o más que él, ávidos no tanto de los hechos, sino de una particular visión de esos hechos, aunque cualquier parecido con la realidad sea pura coincidencia. Esta afirmación se ampara en estudios de prestigiosos analistas, que han descubierto su capacidad manipuladora. Otros hablan de mentiras sin más.
A sus 67 años es, además, autor o coautor de una retahíla de libros superventas. Entre otros, sobre los presidentes Lincoln, Kennedy, Reagan o “el malo” de Obama. El último, Old School: life
on the sane lane (Vieja escuela, en el carril sano) suena a sarcasmo que saliera la pasada semana.
“Pretende establecer el código de decencia, honor y determinación que hizo de O’Reilly lo que es hoy”, señaló Janet Maslin en su reseña. El volumen supone una reivindicación de los valores tradicionales y aconseja cómo los hombres deben tratar a las mujeres con respeto y no como unos objetos sexuales.
¿Pero qué hay detrás de la estampa de Bill O’Really? Ya se sabe que en el imperio romano había mucho vicio y que personajes de moralidad intachable esconden a sátiros en su traje.
Más de cincuenta marcas que patrocinaban el The O’Reilly
Factor retiraron, precisamente la pasada semana, su contribución al programa. La caída en picado de ingresos se debe a que una investigación del The New
York Times desveló que cinco mujeres han recibido indemnizaciones, bien del propio O’Reilly o de la compañía. Han cobrado por renunciar a ir a la vía judicial y por su silencio respecto a las acusaciones de acoso sexual contra la estrella mediática. Los pactos supusieron el desembolso de trece millones de dólares.
Dos de estos acuerdos se produjeron después de que el antiguo presidente de la empresa, Roger Ailes, tuviera que renunciar y marcharse por otro escándalo sexual del que eran víctimas periodistas de la casa. La Fox emitió entonces un comunicado en el que sostuvo que no toleraría comportamientos de “desprecio hacia las mujeres”, propiciando un “ambiente laboral poco confortable”.
Las que plantearon estas otras alegaciones habían colaborado con O’Reilly o aparecían en su programa. Las quejas describen diferentes situaciones, desde el abuso verbal, los comentarios lascivos, las aproximaciones indeseadas hasta las llamadas telefónicas en la que el protagonista daba la sensación de masturbarse, según los documentos y entrevistas realizadas por Times.
La cadena se ha limitado esta vez a afirmar que estas cosas se las toman muy en serio. O’Reilly calla. Su audiencia, al contrario que los espónsores, se mantiene fiel. “Por lealtad, curiosidad o alguna otra razón, su ratio muestra incluso un incremento de espectadores”, indicó ayer Don Kaplan en el Daily News.
Uno de esos factores puede ser el apoyo que mostró el pasado miércoles su buen amigo y presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre quien pesan sospechas similares. “No creo que Bill haya hecho nada malo, lo conozco bien”. Lo dijo al poco de inaugurar en la Casa Blanca el mes contra el acoso sexual.
Maxine Waters, legisladora demócrata, puso voz a lo que piensan muchas y muchos. “O’Reilly debería ir a la cárcel”.