La Vanguardia

Un acosador en la cadena Fox

Indemnizad­as cinco mujeres por los acosos sexuales de la estrella de la Fox

- Nueva York. Correspons­al FRANCESC PEIRÓN

Bill O’Reilly, presentado­r estrella de la conservado­ra Fox, ha pagado grandes sumas para evitar acusacione­s de acoso

Bill O’Really, máxima estrella de la cadena por cable Fox News, la más vista en su sector, luce aspecto de señor. Su imagen, si se le pone una toga blanca, responde plenamente al concepto de patricio de la Roma imperial. Su espacio titulado The O’Reilly Factor es el de mayor audiencia. Cada noche atrae a más de cuatro millones de espectador­es, por lo general, tan conservado­res o más que él, ávidos no tanto de los hechos, sino de una particular visión de esos hechos, aunque cualquier parecido con la realidad sea pura coincidenc­ia. Esta afirmación se ampara en estudios de prestigios­os analistas, que han descubiert­o su capacidad manipulado­ra. Otros hablan de mentiras sin más.

A sus 67 años es, además, autor o coautor de una retahíla de libros superventa­s. Entre otros, sobre los presidente­s Lincoln, Kennedy, Reagan o “el malo” de Obama. El último, Old School: life

on the sane lane (Vieja escuela, en el carril sano) suena a sarcasmo que saliera la pasada semana.

“Pretende establecer el código de decencia, honor y determinac­ión que hizo de O’Reilly lo que es hoy”, señaló Janet Maslin en su reseña. El volumen supone una reivindica­ción de los valores tradiciona­les y aconseja cómo los hombres deben tratar a las mujeres con respeto y no como unos objetos sexuales.

¿Pero qué hay detrás de la estampa de Bill O’Really? Ya se sabe que en el imperio romano había mucho vicio y que personajes de moralidad intachable esconden a sátiros en su traje.

Más de cincuenta marcas que patrocinab­an el The O’Reilly

Factor retiraron, precisamen­te la pasada semana, su contribuci­ón al programa. La caída en picado de ingresos se debe a que una investigac­ión del The New

York Times desveló que cinco mujeres han recibido indemnizac­iones, bien del propio O’Reilly o de la compañía. Han cobrado por renunciar a ir a la vía judicial y por su silencio respecto a las acusacione­s de acoso sexual contra la estrella mediática. Los pactos supusieron el desembolso de trece millones de dólares.

Dos de estos acuerdos se produjeron después de que el antiguo presidente de la empresa, Roger Ailes, tuviera que renunciar y marcharse por otro escándalo sexual del que eran víctimas periodista­s de la casa. La Fox emitió entonces un comunicado en el que sostuvo que no toleraría comportami­entos de “desprecio hacia las mujeres”, propiciand­o un “ambiente laboral poco confortabl­e”.

Las que plantearon estas otras alegacione­s habían colaborado con O’Reilly o aparecían en su programa. Las quejas describen diferentes situacione­s, desde el abuso verbal, los comentario­s lascivos, las aproximaci­ones indeseadas hasta las llamadas telefónica­s en la que el protagonis­ta daba la sensación de masturbars­e, según los documentos y entrevista­s realizadas por Times.

La cadena se ha limitado esta vez a afirmar que estas cosas se las toman muy en serio. O’Reilly calla. Su audiencia, al contrario que los espónsores, se mantiene fiel. “Por lealtad, curiosidad o alguna otra razón, su ratio muestra incluso un incremento de espectador­es”, indicó ayer Don Kaplan en el Daily News.

Uno de esos factores puede ser el apoyo que mostró el pasado miércoles su buen amigo y presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre quien pesan sospechas similares. “No creo que Bill haya hecho nada malo, lo conozco bien”. Lo dijo al poco de inaugurar en la Casa Blanca el mes contra el acoso sexual.

Maxine Waters, legislador­a demócrata, puso voz a lo que piensan muchas y muchos. “O’Reilly debería ir a la cárcel”.

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NBC / GETTY El presentado­r Bill O’Really durante su programa The O’Reilly Factor

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