Leer sin miedo
En su circo del miedo, al cazador de terrores lo acompaña un conejo con rostro humano. El cazador de terrores es un domador de pánicos y bestias extrañas. Junto a él, en el Pati de les Dones, están las tejedoras de lazos, la gata calentadora de inviernos, la coneja arrulladora de infancia, la zurcidora de corazones rotos. Les Irréels han incorporado su poesía al Món Llibre, el festival literario para niños y jóvenes, que este año ha llegado a su decimotercera edición. Quién teme a las supersticiones.
Durante todo el fin de semana, los alrededores del CCCB y el Macba se han convertido en una biblioteca inmensa. O en un especie de Sant Jordi Kids.
¿Cuántas vidas tiene un libro? ¿Tantas como lectores? En la plaza del Àngels están los aparadores de intercambio. Un chico alto con un piercing se interesa por El
libro de las ilusiones, de Paul Auster, pero para llevárselo debe aportar otro en su lugar. Lástima, aún no ha acabado el que tiene en la mochila y no quiere dejarlo. Llega una pareja con una maleta trolley cargada. La vacían de esos cuentos que su hijo ya se sabe de memoria, y seleccionan otros, algunos descatalogados. Al hijo lo han acompañado al autocar, de camino a unas colonias. Vienen cada año, y la madre comenta, experta, que no está siendo la mejor cosecha. La excepción, añade mostrándolo, es De punta a punta, en el que José Luis Berenguer recorre las sensaciones que nos hablan de la guerra. Se lo queda.
El cielo es tan azul como los trajes de nubes estampadas de unos hombres que, aquí y allá, anuncian el inicio del próximo taller utilizando globos como los de las viñetas de tebeo. Cada escenario tiene su propia actividad; están el rojo, el blanco, el verde, el espacio del ratón Gerónimo Stilton. “Los que estáis a la sombra no estáis al sol”, dice uno de esos trajeados azules sobre el escenario del Teatret Taronja, “yo estoy en las nubes”. Presenta a la ilustradora María i Punto, que le explica a su público, de entre cuatro y seis años, cómo hizo Les aventures del jove Saturnino Calleja: “Los cuentos no brotan de los árboles ni se pescan en el mar”.
En la sala Raval, la compañía Minimons abre las puertas a Un
conte per estar per casa. El Col·lectiu Terrón construye una
Tierra efímera en el auditorio del CCCB. Libros que hablan, cuentacuentos, El comte Arnau, incluso Pinocho animan a los más pei queños a acercarse a los libros. Según el CIS, aunque cada vez se editan más, el 39% de los españoles no leyó ninguno en 2015. La mayoría argumenta que no les interesa. Los que más leen son los jóvenes, los universitarios y los que viven en ciudades que superan el millón de habitantes.
Han aumentado las recomendaciones on line. Por una parte, están las algorítmicas, como las que ofrecen Amazon o la Casa del Libro. Y por otra, las de los nuevos prescriptores. Es decir, los blogueros y booktubers. Un centenar de ellos han sido los protagonistas del BookCon BCN, una iniciativa de la empresa Boolino amparada por el Ayuntamiento, dirigida a los adolescentes. Estos podían participar en un slam de microrrelatos, en un juego interactivo con dispositivos móviles por la ciudad, acudir a charlas que les enseñaban cómo hacer crecer sus plataformas, o hacer un curso de fanfictions. Son relatos basados en una obra original, como por ejemplo inventar un capítulo imposible con los personajes de Harry Potter.
Andrea Izquierdo nació en Zaragoza en 1995. En el 2014 creó el canal de YouTube literario Andreo Rowling, que cuenta con decenas de miles de seguidores. En el auditorio del Macba, prácticamente lleno de gente de su edad, entrevista al escritor Jordi Sierra Fabra. Entre el público está Sven Huber, cofundador junto a Toni Montserrat de Boolino, el proyecto web para fomentar la educación a través de la lectura. Hay snacks de plátano para los asistentes, ositos de gominola, un sorteo de libros. Alicia Roca, autora de Los gatos no comen con tenedor y Almost blue (ambos en Edebé), ha hablado de su proceso de escritura. A diferencia de otras presentaciones más adultas, al final le han hecho un montón de preguntas. Por lo visto, los complejos crecen con la edad.
Le toca a Sierra i Fabra. Con 490 títulos publicados, cuenta que es lento pensando, pero muy rápido en cuanto tiene la historia en la cabeza. En una semana, te hace un libro. Dice que las ideas son como esos chicos a los que conoces una noche de fiesta, que te parecen supermonos y te encantan. A la mañana siguiente, tu opinión es muy distinta. El público llora de risa. De pequeño, Sierra i Fabra leía un libro al día y era tartamudo. Tuvo un accidente y en el hospital empezó a escribir. Se dio cuenta de que, cuando escribía, no tartamudeaba. Desde entonces no para. Prepara los guiones en los aviones que le llevan a islas caribeñas, se pasa medio año viajando y el otro medio en Barcelona. Tiene más de treinta mil vinilos, “discos antiguos, los llamáis vosotros”, y le hizo muy feliz que Bob Dylan ganara el Nobel de Literatura, porque la poesía es esencial. Concluye: “Ahora me lo pueden dar a mí, por pesado”. Más risas.
A la salida, el sol brilla y familias enteras le sacan fotos al cazador de terrores. Si alguna vez lo tuvieron, le han perdido el miedo (y la pereza) a la lectura.
LA CONVOCATORIA Món Llibre, el festival literario para niños y jóvenes, este año ha llegado a su 13.ª edición
DESTACADO PROTAGONISMO Una de las novedades de este año ha sido la incorporación de blogueros y ‘booktubers’