Por su mala cabeza
La frustración y un mal pronto hacen que Neymar pierda el control y quizás el clásico
Acostumbrado a ser elogiado y admirado, a Neymar no siempre se le puede aplaudir. No tienen gracia ni la expulsión por atropellar a Llorente ni el aplauso socarrón al cuarto árbitro que le puede dejar sin clásico por desconsideración. “Tonto”, le cantó el público de La Rosaleda. Había caído en su propia trampa.
A los 25 años, Ney suele acabar los partidos con las piernas magulladas. El delantero, ya sea con el Barça o con Brasil, es la diana de las patadas de los defensas. Por su forma de encarar y buscar acciones espectaculares, muchas veces acaba rodando por el césped después de una tarascada. Pero esta vez fue él quien se pasó de frenada. No le salieron las cosas, el lateral Rosales le ganó el duelo (9 regates incompletos) y dejó en el minuto 65 con uno menos al equipo, al que tampoco pudo ayudar en Riazor.
El brasileño es el jugador de la Liga que más faltas recibe (111, casi 50 más que las que le han hecho a Messi). Cuando aparecen jugadores de su estilo se reaviva el debate de si la protección a las estrellas es diferente. La permisividad de Gil Manzano con el Málaga tuvo algo que ver. Pero lo que ya no es de recibo es que un jugador creativo como él haya visto, entre todas las competiciones, las mismas tarjetas (14 amarillas y una roja) que goles ha celebrado este curso: quince también. Tan cierto es que el brasileño se ha especializado en asistir a sus compañeros en otra forma de desequilibrar los encuentros como que a veces se pierde en batallas secundarias como piques verbales con un rival o protestas al árbitro.
Una semana después de marcar su gol 100 con el Barcelona en Granada, en Málaga fue expulsado por primera vez tras 179 partidos con el Barça. Son las dos caras de un futbolista que disfruta tanto con goles y asistencias como retando a los defensas. Ha aprendido a controlarse pues no se iba a la ducha antes de hora desde 2015. Sin embargo, todavía no evita que los defensas le saquen del partido. Ney tiene al mejor ejemplo muy cerca. Leo Messi nunca ha sido expulsado en más de 570 partidos con el Barça.
La de La Rosaleda no es la primera vez en que su mala cabeza, por frustración o exceso de revoluciones, le hace un flaco favor. Hace dos veranos un calentón parecido al del sábado le dejó fuera de la Copa América de Chile ante Colombia. Con el tiempo finiquitado, Neymar chutó un balón a la espalda de Armero, lo que originó una tángana con Murillo y Bacca. El combate le costó 4 partidos de sanción.
Las expulsiones del brasileño siguen un mismo patrón. De las siete rojas que ha visto, todas excepto una (contra Colo Colo en el 2011) llegaron con su equipo perdiendo: Palmerias (2010), Atlético Mineiro (2011), Gremio (2012), Ponte Preta (2013), Colombia (2015) y Málaga (2017). Es el peligro de querer impartir justicia por su cuenta. Si su destino es suceder a Messi, en eso también necesita mejorar.
MISMO PATRÓN De las siete expulsiones de su carrera, todas excepto una llegaron con su equipo perdiendo
DOBLE VERTIENTE Es el jugador que más faltas recibe de la Liga pero ya ha visto 14 amarillas y una roja