Hermano mayor
Dani Alves se reencontrará con Neymar, a quien tuteló en su llegada a Barcelona
Ejerce de hermano mayor aunque lleva dentro un niño. El espíritu bromista no le ha abandonado. Hace unos días, en pleno entrenamiento del Juventus, se dedicó a incordiar a un periodista del club en una conexión en directo al pasar por detrás del informador medio agachado y darle un susto. Un clásico de Dani Alves, uno de los futbolistas más histriónicos y más activos en las redes sociales (ayer pidió que se acabe la violencia en Siria y Venezuela con un mensaje muy sentido). La alegría va con él, como se pudo volver a comprobar en la fotografía que colgó el equipo la pasada semana tras clasificarse para la final de Coppa. Pero 391 partidos y 23 títulos, los que disputó y los que ganó como barcelonista, no se olvidan fácilmente. Sus fructíferas ocho temporadas en el Camp Nou dieron para mucho. En Barcelona ejerció de mentor de Neymar, como ha reconocido en diversas ocasiones el delantero, en Sant Joan Despí era el líder espiritual del clan brasileño, completado por Rafinha, Douglas o Adriano, y el rey de las bromas en un trono compartido con Gerard Piqué. En Catalunya disfrutaba del sol pero apostó por cambiar de aires y no se puede decir que no siga en primera línea porque un contrato de dos temporadas más otra opcional con la Juve no es un retiro dorado qatarí ni una escapada a Estados Unidos.
Estaba dispuesto a reinventarse, cambiando de nuevo de dorsal. Tras lucir en el Barcelona el 20, el 2, el 22 y el 6 esta vez escogió el número 23 para emular a LeBron James porque la estrella del baloncesto también dejó un conjunto con el que había sido campeón.
Sólo llegar a Turín Alves se instaló con su compañera en un ático de 300 metros cuadrados con piscina y unas vistas espectaculares sobre la ciudad. Situado en la vía Roma, esquina con la plaza CLN, es un espacio privilegiado para empaparse de su nuevo día a día. En el campo se ganó la titularidad con premura pero una lesión el 27 de noviembre en Génova interrumpió su adaptación. La fisura de peroné le mantuvo apartado dos meses de los terrenos de juego. Justo antes de este percance Alves ya había regresado a Barcelona para darle un empujón al restaurante que regenta en la calle Còrsega y aprovechó para quedar con Neymar. Los dos se añoran. Aunque no tardó en volver porque realizó parte de su recuperación en Catalunya.
La lesión ha provocado que sólo haya participado en 16 de los 31 partidos de la Serie A pero en la Champions ha jugado en 7 de los 8 encuentros. La experiencia europea y las 30 finales en las que ha estado en su carrera han pesado mucho en las decisiones de su entrenador, Massimiliano Allegri. Sin embargo, en Italia se especula con la suplencia de Alves para mañana. El brasileño no quería emparejarse con el Barcelona. Si llegaba el enfrentamiento lo prefería en la final. No deseaba pasar por el túnel de vestuarios del Estadi como visitante, por mucho que su relación con la directiva blaugrana no terminó bien y siempre que puede lo recuerda. Allegri maneja la opción del suizo Lichtsteiner, que tiene la misma edad que Dani (33) pero es más disciplinado a la hora de defender. Si se diera esa circunstancia se frustraría su duelo con Neymar o al menos se aplazaría hasta el encuentro de vuelta aunque pocos conocen al barcelonista como Alves. Incluso han compartido habitación en las concentraciones de Brasil. Conociendo el gen competitivo de Alves ningún aficionado juventino puede dudar de la intensidad con la que se aplicará el exblaugrana si es alineado.
“Seguro que ellos me echan de menos”, afirmó el lateral en referencia al Barça en la segunda parte de una entrevista concedida hace unas semanas a la web de la FIFA y que hoy verá la luz. Pero también seguro que Alves siente morriña por el Barcelona. Aunque, según explica a este diario una persona que lo conoce al detalle, Dani “es feliz esté donde esté y esté con quien esté”.