El pacto PP-PNV
Los nacionalistas vascos aprobaron los presupuestos del Gobierno vasco gracias a la abstención del PP.
Estaba firmado desde hace semanas pero ayer se escenificó. El PNV sacó adelante los presupuestos vascos de este año gracias a la abstención de los nueve diputados del PP. El Ejecutivo de Urkullu, que gobierna en minoría junto al PSE, necesitaba del apoyo de los populares para aprobar las cuentas, un paso más en el acercamiento entre partidos que, se da por hecho, tendrá su contrapartida en Madrid, donde los jeltzales facilitarían los presupuestos de Rajoy.
Con 37 votos a favor (PNV y PSE) y 29 en contra (EH Bildu y Elkarrekin Podemos), la abstención del PP permitió dar luz verde a unas cuentas de 11.059 millones, que suponen un incremento del 1,2% con respecto a las del pasado año. Las negociaciones previas que permitieron el apoyo del PP supusieron un cambio de 29 millones, sólo un 0,29% del total, un hecho que tanto para EH Bildu como Podemos evidencia el futuro acuerdo en el Congreso. “El pacto –explicó Julen Boian, parlamentario dePodemos– no tiene ni principio ni final en Euskadi: el PP se ha vendido barato para lograr un cambio de cromos a la vuelta de la esquina”. En la misma línea se expresó la izquierda abertzale, que relacionó los “presupuestos del tripartito a la madrileña” con las negociaciones a nivel estatal: “Por 29 millones del total, el Gobierno vasco ha sacado adelante unos presupuestos sin cambios”, lamentó Leire Pinedo de EH Bildu.
El PNV no respondió a estos comentarios en la sesión parlamentaria pero, fuera de ella, su presidente, Andoni Ortuzar, reconoció que han comenzado las negociaciones “serias” entre ambas formaciones, aunque advirtió que su partido “nunca ha vinculado” las cuentas vascas con las de Madrid. El dirigente jeltzale explicó que sobre la mesa ya hay cuestiones “importantes” como “el cupo, el concierto y el autogobierno, así como infraestructuras, energía eléctrica y asuntos relacionados con la competitividad de empresas”.
Esta amplia batería de temas sigue la estrategia de un PNV que, tras años de distanciamiento con el Ejecutivo de Rajoy, trata ahora de aprovechar al máximo su papel relevante a nivel nacional con un PP en minoría y sin el apoyo tradicional catalán. El propio Ortuzar reconoció este lunes que su partido va a pedir “contrapartidas contantes y sonantes” si Rajoy quiere su apoyo, ya que en el PNV son conscientes de que el acuerdo con los populares (para el que se han marcado como “fecha límite” el 3 de mayo) sólo puede ser presentado en Euskadi como una victoria. “No es fácil hacerse socio del PP porque de la foto uno puede salir quemado”, resumió.
Mientras el PNV no respondió durante la sesión parlamentaria de ayer a los ataques de EH Bildu y Podemos, el PP se limitó a destacar que los cambios introducidos con sus enmiendas “mejoran sustancialmente” el proyecto. A su vez, ratificó su predisposición a continuar la “dirección emprendida” con el acuerdo, que a su juicio “debería seguir toda la legislatura”. La sintonía entre ambos partidos ha quedado patente en acuerdos como el compromiso del Gobierno central de agilizar la construcción de la ‘Y vasca’ de alta velocidad, el desbloqueo de las oposiciones de la Ertzaintza e incluso en un tema siempre espinoso como el desarme de ETA, en el que los jeltzales reconocieron la “comunicación continua” de Urkullu con Rajoy, un “compromiso” del lehendakari de informarle de un proceso en el que el presidente del Gobierno se ha mantenido públicamente aparte.
El deshielo entre Urkullu y Rajoy responde a una táctica bidireccional, cocinada también por la directiva popular española, que lleva meses trabajando ese acercamiento y, de hecho, ya el pasado enero mostró su disposición a apoyar las cuentas vascas.
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