Ultraderecha al alza en Estrasburgo
Para el 2019 podría disponer del grupo más coherente en el Parlamento Europeo, con entre 100 y 150 diputados
La ultraderecha formará el grupo “más coherente y estructurado” del Parlamento Europeo que surja de las elecciones europeas del 2019. Sean cual sean los resultados en las elecciones nacionales previas, lo que convertirá a la ultraderecha en el grupo más fuerte de la cámara será, “la naturaleza transeuropea de su progresión”. Es la previsión que estudia el LEAP, un
think tank parisino en su último análisis de anticipación política.
La extrema derecha es “una de las raras corrientes políticas organizadas a escala transeuropea”. En el Parlamento se va a articular alrededor del grupo Europa de las Naciones y de las Libertades (ENL), que hoy forma el grupo parlamentario más pequeño, con 40 eurodiputados, nutrido por partidos de extrema derecha de Francia, Austria, Holanda, Alemania, Italia, Bélgica y Polonia. La previsión del independiente LEAP (Laboratorio Europeo de Anticipación Política) es que el ENL adquiera relevancia atrayendo hacia su grupo a otros partidos de extrema derecha presentes en la cámara y también como resultado del previsible incremento del voto ultraderechista en cada país.
El ENL se va a beneficiar de la desaparición de los británicos del Parlamento Europeo como consecuencia del Brexit. Los euroescépticos británicos del UKIP no están en el ENL. Sus 20 diputados aportan el grueso de la composición del ELDD (Europa de las Libertades y de la Democracia Directa). Sin ellos el grupo dejará de existir y algunos de sus diputados emigrarán hacia el ENL. Lo mismo ocurrirá con otro grupo parlamentario afín al ENL el de los Conservadores y reformistas europeos (CRE), 74 diputados, compuesto por los tories británicos, los también gobernantes polacos del partido Derecho y Justicia, y por el Partido Popular Danés.
“De los tres grupos parlamentarios que hoy se reparten la oferta de la extrema derecha europea, dos son emanaciones británicas (ELDD) o británico-polacas (CRE), y el tercero (ENL) es un producto franco-holandés”, resume el LEAP. La suma de estos aportes con el previsible incremento del voto ultra en los países centrales de la UE hace pensar que el ENL podría formar un grupo de “entre 100 y 150 eurodiputados” en el Parlamento Europeo del 2019.
La extrema derecha no va a rechazar ni abandonar el juego europeo, porque la UE concentra mucho poder, así que lo que harán sus partidos será más bien intentar conquistar ese poder, explica Marie-Hélène Caillol, presidenta del LEAP. En Francia, Marine Le Pen ya no habla de irse de la UE, sino de organizar un referéndum sobre la pertenencia francesa al club europeo. Los franceses son muy críticos hacia la UE, pero no quieren abandonarla, por lo que incluso en la hipótesis poco probable de que llegara a realizarse, tal referéndum se perdería.
La verdadera perspectiva es la de un “programa común” europeo de la extrema derecha que podría tener como eslogan, parafraseando a Donald Trump, “Make Europe great again” (Volver a hacer grande a Europa). Esta empresa, que ya viene anticipada por las reuniones de los líderes ultraderechistas europeos como la de Coblenza, surfearía sobre la ola Trump, y afirmaría la existencia de una identidad europea blanca, una “unión de patriotas, no necesariamente hostiles a una mínima integración destinada a proteger la diversidad nacional y regional de Europa contra el multiculturalismo en general y el islam en particular”, según la descripción de Fabien Escalona, del portal independiente francés Mediapart.
En la previsión del LEAP este supuesto contaría, además, con otra ventaja respecto a los propósitos transeuropeos de izquierda, como el que anima el exministro griego Yanis Varufakis (DiEM25): la presencia de un establishment en Bruselas que teme menos a los nacionalistas ultras que a los demócratas.
“Un proyecto de Europa social podría unir a la izquierda transeuropea, pero tal proyecto está en oposición frontal con la ideología ultraliberal del actual sistema institucional europeo de gobiernos nacionales, más lobbies, más instituciones”, observa el análisis del
think tank parisino. Tal proyecto “es etiquetado como populista de izquierda, es decir, al mismo nivel de radicalidad que las visiones defendidas por la extrema derecha”, dice. “Y eso, sin tener en cuenta que el ultraliberalismo no es en absoluto contestado por la mayoría de las fuerzas de extrema derecha”, observa.
La ultraderecha comienza a ser una de las raras corrientes políticas organizadas a escala transeuropea La herencia del Brexit y los avances nacionales engordan al ENL, su principal grupo parlamentario