Un coche bomba mata a decenas de evacuados chiíes en Alepo
El atentado ensangrienta un intercambio de civiles entre Damasco y la oposición
La explosión tuvo lugar en una entrada al norte de la ciudad, donde esperaban 45 autocares y ambulancias
Un coche bomba suicida estalló ayer en la entrada de Alepo, donde esperaban 45 autocares y ambulancias de unos 5.000 evacuados de los pueblos chiíes de Fua y Kefraya, bajo el asedio de las fuerzas gubernamentales. Como consecuencia murieron al menos 43 civiles, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, mientras que la Defensa Civil Siria aseguró que ha recuperado más de 100 cadáveres, entre ellos muchos de menores, de este lugar en Al Rashidin, al norte de la segunda ciudad siria.
Imágenes de los momentos posteriores a la explosión muestran los vehículos carbonizados y numerosos cadáveres esparcidos en los alrededores, así como sobresaliendo de las ventanillas de los autobuses, que estallaron con la explosión. Según el corresponsal en Alepo de la agencia SANA –el organismo de comunicación oficial de Bashar el Asad–, el coche bomba se introdujo en la zona con el pretexto de entregar ayuda humanitaria. El observatorio añadió que era un cuatro por cuatro tipo furgoneta. Entre los cuerpos se encontraban mantas, ropa y maletas.
La mayoría de los que viajaban en los convoyes eran familias y combatientes progubernamentales que estaban esperando a ser trasladados a un nuevo destino en el marco de un complejo acuerdo de evacuación entre el régimen de Damasco y la oposición, alcanzado en marzo tras dos largos años de asedio.
Ningún grupo reivindicó inmediatamente el ataque, y se desconoce si tendrá consecuencias para el pacto, que prevé el desplazamiento de alrededor de 30.000 sirios de cuatro poblaciones. Ayer, las familias de Fua y Kefraya viajaban a cambio de la movilidad de un grupo de más de 2.000 personas de Madaya, bajo control rebelde, donde decenas de personas han muerto de hambre por el asedio gubernamental. Igualmente, los habitantes de Fua y Kefraya llevan sobreviviendo a base de la entrega de suministros por vía aérea desde que los rebeldes les cortaron las comunicaciones terrestres.
Los autobuses de chiíes llevaban desde el viernes esperando a entrar en la ciudad de Alepo, controlada por el Gobierno, por unas complicaciones que bloquearon el comienzo del pacto, pero las evacuaciones continuaron tras el atentado. Los rebeldes de Madaya iban desde la zona de Al Ramusa en dirección a la provincia de Idlib, uno de los reductos que les quedan a los insurgentes después de siete años de guerra.
Aunque parece que el objetivo inicial del ataque son los civiles chiíes, también podrían serlo los insurgentes que los custodiaban en Al Rashidin. El grupo Liberación del Levante –la exfilial siria de Al Qaeda– difundió a través de Telegram información y fotografías de la explosión, de la que responsabilizó a Hizbulah. Según esta asociación, el coche bomba estaba cargado con metralla y explosivos y fue detonado de forma deliberada por un miembro de la milicia libanesa. Ningún otro grupo ha confirmado esta versión.