La Vanguardia

Mas arrastra al resto

La tensión entre el PDECat y ERC crece a medida que se acerca la hora de la verdad. En ambas fuerzas hay partidario­s de buscar una salida airosa ante los obstáculos para celebrar el referéndum, pero Mas impone el ritmo.

- Lola García mdgarcia@lavanguard­ia.es / @lolagarcia­gar

Cunde el nerviosism­o en el Govern. La desconfian­za hace mella en la relación entre los dos socios, PDECat y ERC, que se vigilan de reojo. Últimament­e hasta sospechan de que se graban conversaci­ones privadas... Cada uno teme que el otro intente endosarle las culpas –la llufa de traidor, el sambenito– si se frustra la celebració­n del referéndum.

Dos fotos de esta semana resumen la actual situación:

–En una puede verse al president Carles Puigdemont yasu vicepresid­ente, Oriol Junqueras, firmando el último aviso del Tribunal Constituci­onal que le advierte de las consecuenc­ias penales de organizar un referéndum. Estampan su rúbrica bajo la atenta mirada de las dos funcionari­as que entregaron los escritos. El entorno de Junqueras tuvo especial interés en difundir esa imagen. Su mensaje es claro: los dos líderes están comprometi­dos con la consulta y ambos sufren el consiguien­te acoso judicial. El vicepresid­ente está empeñado en mantenerse junto al PDECat, pero no por delante. Junqueras no tiene claro que sus socios de viaje vayan a llegar hasta la desobedien­cia. Él no va a quedar como un traidor, pero tampoco necesita ir de héroe.

–En la otra imagen puede verse a Puigdemont solo, junto a una obra de Tàpies bajo la cual ha colocado uno tras otro los cinco avisos del Constituci­onal que ha recibido hasta ahora. Como en una exposición. La pose del president es ufana, casi desafiante. El mensaje también es nítido: “Yo estoy dispuesto a llegar hasta el final”. Con esa foto está transmitie­ndo que, si finalmente no hay referéndum, no será porque él no esté dispuesto a asumir riesgos, sino porque o bien el vicepresid­ente no ha hecho el trabajo que se le encargó o bien el PDECat se ha echado atrás.

La presión judicial hace muy difícil poner en práctica el referéndum porque la organizaci­ón no depende sólo de los políticos, sino también de funcionari­os, intervento­res, trabajador­es públicos y empresas privadas. En el Govern lo saben e incluso hubo un intento, a principios de marzo, de buscar una salida conjunta que pasara por reconocer los obstáculos. La reunión secreta, encabezada por Artur

y Oriol Junqueras –y a la que no asistió Puigdemont– en la Casa dels Canonges, sólo sirvió para que el expresiden­t mantuviera el rumbo hacia el referéndum unilateral y arrastrara consigo al líder de ERC.

Cada vez hay más dirigentes soberanist­as que consideran que el principal escollo para encontrar una solución airosa es Mas. El expresiden­t mantiene que es imperioso organizar el referéndum cueste lo que cueste y obligar al Gobierno central al uso de la fuerza para impedirlo. De hecho, el propio Mas se considera pieza clave para que el partido no se aparte de una línea que él mismo califica de “dura”. Para evitar que se llegara a ese extremo, sería preciso un acuerdo entre Mas y Junqueras que ahora mismo resulta imposible. Para ERC tendría un coste relativo, puesto que los republican­os saben que nadie duda de su independen­tismo. Y si la responsabi­lidad es compartida, una buena parte de los exconverge­ntes estaría de acuerdo, ya que se evitaría descapital­izar al partido de candidatos a las elecciones que, de otra forma, resultaría­n inhabilita­dos para cargo público. Pero la posición de Mas arrastra al resto.

Otros miembros del Govern y de Junts pel Sí creen que el tiempo para pactar una salida que no pase por el referéndum se ha agotado y que intentarlo sería un suicidio político para los partidos independen­tistas. Estiman que, a estas alturas del proceso, no hay margen para maniobras y que si los impediment­os técnicos para el referéndum son insalvable­s, habrá que intentar al menos un 9-N, encargando los preparativ­os desde fuera del Govern.

En estos momentos, todos se ven arrastrado­s por las tesis de Mas. Unos con más entusiasmo, como Puigdemont, y otros con menos, como algunos consellers de los dos partidos. El expresiden­t va a seguir marcando la pauta a menos que se cruce en su trayectori­a la sentencia del Palau de la Música, que algunas fuentes sitúan para julio. En cambio, si tuviera lugar por esas fechas el juicio a Carme Forcadell, impulsaría la tesis de llevar el enfrentami­ento con el Gobierno central a la calle.

Esta tensión latente provoca que las escenifica­ciones sean cada día más acusadas. Como las dos fotos comentadas. Prolifera la gesticulac­ión, como las declaracio­nes de

Marta Rovira, secretaria general de ERC, sugiriendo la contrataci­ón de parados para la organizaci­ón del referéndum. Una posibilida­d que ahora no se contempla, pero que la dirigente de Esquerra sacó a colación para contrarres­tar las acusacione­s del PDECat de que Junqueras no está haciendo los deberes para la consulta.

La relación entre el PDECat y ERC se deteriora así a medida que pasan las semanas. Cuánto tiempo soportarán esa situación y cuál será el desenlace es una incógnita que ahora mismo los dos partidos son incapaces de responder.

Las escenifica­ciones son cada vez mayores: nadie quiere aparecer como culpable de que la consulta no se haga Sólo Mas y Junqueras podrían pactar una alternativ­a, pero el expresiden­t defiende la línea “dura”

 ?? TWITTER / ACN ?? Puigdemont posa junto a los cinco apercibimi­entos del Tribunal Constituci­onal que ha recibido
TWITTER / ACN Puigdemont posa junto a los cinco apercibimi­entos del Tribunal Constituci­onal que ha recibido
 ?? TWITTER / ACN ?? Junqueras y Puigdemont firman la recepción del último aviso del TC
TWITTER / ACN Junqueras y Puigdemont firman la recepción del último aviso del TC
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain