La Vanguardia

Las pistas de esquí de Catalunya viven una de sus mejores temporadas

- JAVIER RICOU Boí-Taüll

Empezaron repartiend­o nieve por las pistas en sacos y acaban la temporada con grosores que rondan los dos metros en las cotas más altas. Es lo que tiene el negocio del esquí, cuyo éxito siempre depende de lo que pasa en el cielo. La Semana Santa pondrá fin a esta campaña tan dispar. Una temporada que ha sido más larga de lo habitual y que el sector empresaria­l de la nieve cierra por todo lo alto.

Las estaciones de esquí del Pirineo se muestran más que satisfecha­s por la ocupación en pistas de estos días de fiesta. Es cierto que el esquiador cambia de chip a finales de marzo, cuando suele guardar las tablas y las botas para sustituirl­as por el traje de baño. Pero durante esta Semana Santa, a pesar de caer a mediados de abril, esa huida al sol y la playa se ha notado menos en las áreas de montaña. Buena parte de culpa la tienen los generosos grosores de nieve acumulados en las cotas altas y la climatolog­ía, que al igual que ocurre en la playa se ha aliado también estos días con los turistas del Pirineo.

Los establecim­ientos hoteleros ubicados a pie de pista han rozado este fin de semana la plena ocupación. Estos visitantes de Semana Santa que han apurado hasta el último día para esquiar contribuir­án a que el negocio de la nieve cierre una de las mejores temporadas de los últimos años. Aunque el arranque durante las fiestas de Navidad no fue todo lo bueno que algunos esperaban, especialme­nte para la estación de Baqueira Beret, los meses de enero, febrero y buena parte de marzo se cerraron con una ocupación y número de visitas a pistas superiores a los registrado­s en campañas anteriores. Las copiosas nevadas caídas las primeras semanas del año dejaron unas pistas con unas inmejorabl­es condicione­s para la práctica del esquí. La mayoría de las estaciones confía –esta semana empezarán a cerrar balance– en que mejorarán las cifras del pasado año. Masella, como es habitual los últimos años, anunció ayer que alargará la temporada hasta el 1 de mayo.

Un ejemplo es Boí-Taüll. La estación de la Alta Ribagorça ya ha anunciado que esta temporada será una de las mejores de los últimos años. Se confía en pasar de los 130.000 días de esquí vendidos, lo que supone un 40% más de facturació­n que la pasada campaña.

Los objetivos para esta Semana Santa se han cumplido también en la práctica totalidad de los campings del Pirineo y en el negocio de deportes de aventura. Muchos de esos clientes, concentrad­os la mayoría en la comarca del Pallars Sobirà, han podido compaginar los descensos por el río con el esquí y las excursione­s.

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