Tortosa, 400 años de devoción
La Generalitat concede la Creu de Sant Jordi a 27 personalidades y 13 entidades
Cuenta la tradición que, en el siglo XII, la Virgen apareció en Tortosa y entregó a un sacerdote, la Santa Cinta, de seda e hilo de plata. Siglos después, en 1617, se creó la Confraria de Santa Maria de la Cinta (ahora Arxiconfraria) para fomentar su devoción. La entidad –que mantienen viva más de 2.000 cofrades– está inmersa de lleno en su año jubilar, concedido por el papa Francisco. A la celebración se ha sumado ahora la Creu de Sant Jordi, un reconocimiento más a los 400 años de devota tradición.
“La Creu de Sant Jordi nos ayudará a reforzar y promover las acti- vidades que nos habíamos propuesto para celebrar el cuarto centenario”, explica Francesc Viñes, primer mayordomo de la Arxiconfraria. Las actividades empezaron a prepararse hace dos años: “Además de los actos religiosos, hemos preparado conferencias y tres peregrinaciones con el nuevo relicario”, explica Luis Javier Muñoz, comisario del año jubilar.
En febrero, el obispo de Tortosa, Enrique Benavent, y el sacerdote Josep Alanyà, del Arxiu Capitular de la catedral de Tortosa, fueron los encargados de colocar un pequeño fragmento de la Santa Cinta en un nuevo relicario. De esta forma se ha recuperado la situación anterior a la Guerra Civil, cuando había dos relicarios: uno que permanecía en la catedral y el otro que se trasladaba a la corte para proteger los partos de las reinas e infantas desde que Felipe V así lo ordenó.
A principios de este mes, medio centenar de cofrades llevaron en peregrinación el nuevo relicario a la iglesia del Pi de Barcelona, tienen previsto hacerlo en mayo en Villar de Cañas (Cuenca), donde hay una ermita dedicada a Nuestra Señora de la Cinta, y han organizado una tercera peregrinación a Vic en julio.
La devoción que sigue despertando la Santa Cinta, además del representativo número de tortosinas que llevan su nombre, es la respuesta que ha obtenido la Arxiconfraria en todas las actividades que ha organizado tanto religiosas como sociales. En la campaña de recogida de alimentos, se consiguieron 60.000 kilos de comida. Se buscaban voluntarios para poder abrir la capilla de la Catedral todos los días del Año Jubilar y ya se han apuntado unas 400 personas. “Queríamos que siempre hubiera alguien para acompañar a quien quiera ir a rezar y que también pudiera dar alguna explicación”, explica Muñoz. Otra de las actividades estrella será la colocación de una gran imagen de Santa Cinta de tres metros, que se está esculpiendo con mármol de Ferrara, en la fachada principal de la catedral de la Tortosa.