La Vanguardia

“La música es mi segunda naturaleza, me es fácil”

Bejun Mehta, contrateno­r, debuta en el Palau con un programa de cantatas

- MARICEL CHAVARRÍA Barcelona

Su apellido no ha sido ni un problema ni una ventaja en su carrera, dice el sobrino del maestro Zubin Mehta. Su calado artístico y ese meloso timbre vocal fueron suficiente­s para convencer a propios y extraños de su papel en el mundo de la música culta cuando hace dos décadas hizo su inesperada aparición como contrateno­r. Bejun Mehta (Laurinburg, Carolina del Norte, 1968) es una bestia escénica que atrapa no sólo en la interpreta­ción de obras barrocas y clásicas, sino también en sus comprometi­das y bellas incursione­s en la música contemporá­nea. George Benjamin le escribe óperas... como a un Farinelli del siglo XXI. Y aunque Philippe Jaroussky le lleva ventaja mediática en el mercado español o Franco Fagioli le adelanta con un sello discográfi­co potente, allá donde Mehta acude convence. El Teatro Real ha disfrutado estos días de él con la Rodelinda de Händel que en un par de años llegará al Liceu. Y ahora inicia una minigira por España con un programa que explora la cantata como forma “y no como género religioso, pues también las había seculares”. El 23, Auditorio Nacional; el 24, debut en el Palau de la Música Catalana, y el 27, en Oviedo. Händel, Vivaldi y Bach en el atril de la fidedigna Akademie für Alte Musik Berlin. La voz afable de Bejun suena al teléfono desde Berlín...

Su voz suena hermosamen­te grave para ser un contrateno­r...

Es que hoy aún no he hablado mucho.

Usted fue soprano de niño y después creyó ser barítono un tiempo. ¿Una voz camaleónic­a? Mi carrera como soprano empezó a los seis años y acabó a los 16, cuando me cambió la voz. Ahí paré un tiempo, investigué y me reinicié como barítono, pero era un registro erróneo para mí, no estaba usando bien mi voz. Nunca planeé ser contrateno­r, pero algo no funcionaba. Así que paré de nuevo y gradualmen­te me fui redescubri­endo.

¿Qué tienen que decir los profesores en estos casos?

La verdad es que lo descubrí por mi cuenta. Tenía sentido que usara mis ejercicios de niño soprano y así fue como fui reconstruy­endo la voz durante tres meses. Cuando vi que aquello tenía entidad se lo mostré a algunos profesores y rápidament­e lo dieron por bueno. Mi primer trabajo llegó enseguida.

¿Y durante su etapa de barítono tenía maestros?

Sí, y muy buenos, pero el instrument­o era el equivocado. Ahora hace tiempo que no recibo una lección, ellos te dan herramient­as que luego tú usas por tu cuenta.

Comenzó tarde en un registro de corto recorrido. ¿Cuánto cree que le queda de carrera?

Entre diez o quince años más. Pero ahora he comenzado a dirigir de nuevo y tal vez en diez años pueda hacer una transición fácil, porque estoy totalmente fascinado por la música, el teatro, la ópera, los textos, las letras... no me puedo imaginar retirado. No hay fin para las artes y la música. Mi propio padre, pianista, sigue practicand­o cada día y dando conciertos a los 83 años. Y me parece lo más sano.

¿Es una bendición venir de una familia de músicos? ¿Qué papel ha tenido su tío en su carrera? Mi tío no ha sido una influencia directa en mi carrera porque nuestros repertorio­s son totalmente distintos y no nos movemos en los mismos círculos. Tuve suerte y logré el éxito por mi cuenta muy rápido. Pero la gran ventaja de tener una familia como la mía es que nunca nadie te dirá que las artes son mala idea. Tengo amigos cuyas familias no lo entendiero­n. Y le estoy muy agradecido a mi padre, que me enseñó teoría y musicologí­a cuando era pequeño. Aprendí pronto a relacionar­me con la música, para mí es como una segunda naturaleza, me resulta muy fácil. Tanto que a veces soy impaciente con los demás, me pregunto por qué no lo pillan más rápido, es uno de mis defectos.

Nació y creció en Estados Unidos, pero estudió literatura alemana. ¿Por qué?

Porque supongo que inconscien­temente intuía que mi carrera acabaría en las artes, y Alemania es esencial en la música clásica.

Sí que es intuición. No soy muy de astrología, pero los cáncer somos así, intuitivos, emotivos, hogareños...

¿Si le pudiera preguntar algo al castrato Farinelli, qué sería? Si es verdad lo que dice la leyenda de que su personaje era tan extraordin­ario que superó las convencion­es de los sexos. Es interesant­e cómo el movimiento transgéner­o ha llevado a la sociedad una mezcla de géneros que durante siglos había sido un asunto de la ópera.

Compositor­es de su tiempo escriben para usted. George Benjamin le hizo Dream of the song. ¿Es

LA ESTIRPE FAMILIAR “Mi tío Zubin Mehta no ha restado ni sumado en mi carrera, el éxito me llegó muy rápido” LA VOZ TRANSGÉNER­O “El movimiento trans ha llevado a la sociedad algo que durante siglos era asunto de la ópera”

consciente de su suerte? Tengo mucha suerte. Desde que le estrené Written on Skin, George vive de manera muy íntima mi voz, lo que hago, quién soy como persona. Creo que es muy importante que exista esta mirada sobre el contrateno­r, que se le vea como una voz y no sólo como alguien que hace barroco. Es una voz y puede ser lo que quiera, generar nuevo repertorio.

Raíces indias, cuna estadounid­ense, profesión europea... ¿Se siente un americano? No sé cómo responder a eso. Mi padre era muy europeo, y él y mi madre, americana, se conocieron en Viena. Durante años he intentado unir ambos mundos, creo. Puedo decir que en Nueva York es donde más feliz me siento, pero ahora con Trump... ya no reconozco ese país. Pero ya sea con Trump u Obama, por lo general me alegro de ser tan europeo como americano.

 ?? MOLINA VISUALS ?? Mehta ha triunfado con Rodelinda en el Real, la ópera de Händel que vendrá al Liceu en el 2019
MOLINA VISUALS Mehta ha triunfado con Rodelinda en el Real, la ópera de Händel que vendrá al Liceu en el 2019

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain