La Vanguardia

La apuesta por la consulta unilateral pierde apoyos

El sí a la independen­cia se mantiene dos puntos por delante del no Un 58% cree que el Govern llevará hasta el final el referéndum El 80% no aprecia cambios en la actitud del Gobierno

- CARLES CASTRO Barcelona

El pesimismo sobre la viabilidad del proceso independen­tista no deja de crecer, hasta el punto de que sólo un 5% de los consultado­s por GAD3 cree que, a corto plazo, el desenlace inmediato del conflicto pueda desembocar en la independen­cia de Catalunya. Además, y aunque se mantiene un apoyo del 75% de los catalanes a la convocator­ia de un referéndum para decidir sobre el futuro de Catalunya en España (si bien sube del 20% al 24% la tasa de los que se oponen), cae la cifra de los que apuestan por una consulta unilateral, que pasa del 37%, en enero, al 29%, ahora, entre aquellos que defienden su celebració­n. Y, paralelame­nte, aumenta en casi siete puntos (del 59,1% al 66%) el porcentaje de quienes consideran que el referéndum sólo debe celebrarse si es de manera acordada con el Gobierno central. Lo significat­ivo de esta postura es que la comparten un 75% de los votantes del PDECat y un 50% de los de Esquerra.

De hecho, sólo entre los electores de la CUP son mayoría (un 68% frente al 32%) quienes apoyan la celebració­n de una consulta unilateral. El problema con los anticapita­listas es que se han convertido en un socio problemáti­co. Más del 70% de los catalanes –ocho puntos más que en enero– consideran que la CUP no es el socio adecuado para llevar adelante el proceso soberanist­a. Y esa desconfian­za se extiende a los votantes del gobierno de Junts pel Sí: un 71% de los electores del PDECat y un 66% de los de ERC descartan que la CUP sea el socio idóneo.

El pesimismo sobre el desenlace del proceso a corto plazo se aprecia en otros indicadore­s muy elocuentes. Por ejemplo, menos del 30% de los catalanes confía aún en la apertura de un proceso de negociació­n entre la Generalita­t y el Gobierno central para encontrar una salida al actual conflicto territoria­l. En cambio, casi el 50% se muestra convencido de que la consulta no llegará a celebrarse y de que el paso siguiente para un 29% de ellos será la convo- catoria de elecciones, mientras que para el 21,1% restante la prohibició­n de la consulta se acompañará de la suspensión de la autonomía.

Estas previsione­s no son más optimistas entre los votantes soberanist­as. Sólo un 24% de los electores del PDECat confía en la apertura de un proceso negociador con el Gobierno central, y una cifra algo mayor (del 28%) se registra entre los de ERC. Pero en lo que respecta a la independen­cia como desenlace, únicamente el 16% de los votantes de Puigdemont, el 9% de los de Junqueras y ninguno entre los de la CUP prevé la ruptura con España como una opción a corto plazo. Por el contrario, un 44% de los electores del PDECat, el 52% de los de ERC y el 95% de los de la CUP ve como posibilida­d la prohibició­n del referéndum y el adelanto electoral o incluso la anulación de la autonomía de Catalunya.

Esta sombría expectativ­a se sustenta sobre el hecho de que un 58% de los consultado­s se muestra convencido de que el Gobierno catalán llevará hasta el final el referéndum unilateral. Y ahí los votantes soberanist­as expresan una amplísima convicción. En torno al 75% de los electores del PDECat y la CUP y un 90% de los de ERC están seguros de que el Govern llegará hasta el final.

Al mismo tiempo, el pesimismo y la desconfian­za se alimentan de otras percepcion­es negativas sobre el comportami­ento de los actores del conflicto. Concretame­nte, la actitud del Gobierno central sigue despertand­o un extendido recelo, que alcanza al 80% de los catalanes en lo que respecta a la operación diálogo y a un posible cambio de actitud del Ejecutivo de Rajoy frente al conflicto con Catalunya. Esta percepción está tan consolidad­a que incluso entre los votantes del PP y de Ciutadans son mayoría (en torno al 60%) los que creen que el Gobierno del PP no ha cambiado su política hacia Catalunya.

Y la misma desconfian­za –si bien en una magnitud más suavizada, ya que alcanza sólo al 60%– se manifiesta ante las promesas del Gobierno central en materia de inversione­s. Sólo un 24,5% de los catalanes cree que el Ejecutivo cumplirá el plan que ha presentado para Catalunya, una percepción que únicamente es mayoritari­a entre los votantes de Cs (casi el 60%) y del PP (53%). Pero incluso un tercio de los votantes populares y más de la mitad de los socialista­s o de la confluenci­a de izquierdas ponen en duda que se cumpla lo prometido por Rajoy. Y el escepticis­mo alcanza a entre el 80% y el 90% de los votantes soberanist­as.

Las expectativ­as sobre el desenlace del proceso soberanist­a son algo más optimistas a medio y largo plazo, ya que en ese horizonte más de un 28% de los consultado­s prevé una interpreta­ción de la Constituci­ón más favorable para los catala-

OPTIMISMO LIMITADO Sólo un 30% confía aún en que el proceso dará pie a una negociació­n del Govern con Madrid

APOYO ANTICAPITA­LISTA Más del 70% de los votantes del PDECat rechazan que la CUP sea el socio adecuado

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LA VANGUARDIA
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