EE.UU. y China exhiben unidad frente a la provocación de Corea
Fracaso del régimen de Kim Jong Un al intentar lanzar un nuevo misil balístico
Las provocaciones militares del régimen norcoreano favorecieron ayer una exhibición de unidad entre Estados Unidos y China. Desde la Casa Blanca señalan que Trump apurará antes de ordenar una acción militar.
La Casa Blanca señala que Trump apurará al máximo antes de optar por una acción militar
El régimen norcoreano intentó proseguir ayer su demostración de músculo militar, pero le falló la tecnología. Fuentes del Ministerio de Defensa de Corea del Sur señalaron que su vecino del norte había intentado lanzar en la mañana de ayer un misil balístico desde la base situada cercana a la localidad de Sinpo, en la costa este del país, pero la operación fracasó y el cohete estalló casi inmediatamente después de ser disparado.
Ni Washington ni Seúl dieron indicio alguno acerca de qué tipo de cohete había intentado lanzar el ejército norcoreano. No obstante, los analistas surcoreanos indicaron que se podía tratar del mismo tipo de misil que Pyongyang disparó el pasado 5 de abril. Este día, también desde Sinpo, Corea del Norte lanzó un misil balístico de alcance intermedio KN-15, que voló unos 60 kilómetros antes de caer sin causar daños al mar del Este o de Japón.
A pesar de su fracaso, la idea de disparar ayer un proyectil estaba perfectamente calculada por parte de los dirigentes norcoreanos. Era una fecha perfecta. Se producía al día siguiente de la conmemoración del 105.º aniversario del nacimiento de Kim Il Sung, el fundador de la patria y abuelo del actual líder, Kim Jong Un, que se celebró con un gran desfile militar, y coincidía con la llegada a Corea del Sur del vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, que empieza por Seúl una gira de diez días por Asia. En su segundo viaje desde que ostenta el cargo –ya estuvo en Alemania y Bélgica en febrero con representantes de la UE y la OTAN–, Pence visitará Corea del Sur, Japón, Indonesia y Australia para reunirse con sus líderes y las tropas militares que Estados Unidos tiene desplegadas en una región en escalada militar.
El tiro del misil le salió por la culata al régimen de Pyongyang, y la acción fue aprovechada por EE.UU. para señalar que trabaja estrechamente con China para poner fin a este tipo de provocaciones. El presidente estadounidense, Donald Trump, se encargó de subrayar este consenso a través de su cuenta de Twitter al afirmar que los dirigentes chinos “trabajan con nosotros sobre el problema norcoreano”.
Una opinión que se encargó de precisar su consejero de Seguridad Nacional, el general H.R. Master, quien declaró a una cadena de televisión norteamericana que hay un sentimiento generalizado de que ha llegado la hora de resolver el problema norcoreano, aunque sin recurrir a la acción militar. “Hay un consenso real entre el presidente (Donald Trump), nuestros aliados clave en la región (Corea del Sur y Japón), pero también con los dirigentes chinos en considerar que se ha llegado ya a un punto crítico y hay que impulsar todas las acciones posibles, antes de la opción militar, para intentar resolverlo pacíficamente”.
Ayer, tras localizar el disparo, las autoridades estadounidenses evitaron pronunciarse sobre posibles acciones de represalia. No obstante, Mike Pence, que acababa de despegar de una escala en Alaska en dirección a Seúl, advirtió: “Esta provocación del Norte es el último recordatorio del riesgo al que se enfrenta la gente de Corea del Sur y de América en esta parte del mundo”. Unas declaraciones que sugieren que Washington no se quedará con los brazos cruzados tras esta acción.
No obstante, un consejero del número dos de la Casa Blanca dio a entender ayer que la Administración Trump apurará al máximo antes de optar por una acción militar. Además de señalar que Washington había asumido que Pyongyang intentaría llevar a cabo alguna acción de este tipo precisó: “Si esto hubiera sido un ensayo nuclear, Estados Unidos habría emprendido otro tipo de acciones”.
La tensión permanece alta en la región. Nadie descarta que Corea del Norte realice su sexta prueba atómica y que entonces la flota estadounidense, con el portaaviones nuclear Carl Vinson al frente, se aproxime a la península para lanzar una acción de castigo.