La Vanguardia

Francesc Casadesús

DIRECTOR DEL FESTIVAL GREC

- Francesc Casadesús, director del festival Grec JUSTO BARRANCO

El director del Grec, Francesc Casadesús, dice que no quiere hacer un festival internacio­nal a golpe de talonario y que tenga las salas vacías. Su apuesta para los próximos años es un Grec que crezca junto al público y los artistas locales.

Francesc Casadesús (l’Esquirol, 1964) es el responsabl­e de la nueva etapa del Grec tras poner en marcha y dirigir con enorme éxito durante una década el Mercat de les Flors, el gran espacio de la danza en Barcelona. Su Grec va a dar una vuelta al mundo durante los próximos años comenzando en Grecia y acabando en África. Casadesús quiere un festival que crezca junto al público y los artistas locales y que no se haga a golpe de talonario. Que no lo hay.

Los que en esta última década hayan visto los Grec de Ricardo Szwarcer y Ramon Simó, ¿qué diferencia­s hallarán con el suyo? El de Ricardo tenía ambición internacio­nal. Estaba conectado con festivales internacio­nales potentes y trajo nombres que quizás a veces no conectaban tanto con la sensibilid­ad de Barcelona porque miraba más a las corrientes globales. Ramon ha trabajado mucho más la conexión con el territorio creativo de Barcelona. Si pudiera encontrar el punto medio entre los dos, bien conectado con el territorio pero con cierta ambición internacio­nal, estaría satisfecho. Cada proyecto responde a unas circunstan­cias. El de Ricardo respondía a un cierto momento y presupuest­o, y el de Ramon, a una situación de crisis en la cual optó por apoyar proyectos de compañías locales por la dificultad que tenían para sobrevivir.

Al Grec se le pide ser un festival de verano, un festival internacio­nal, la previa de la temporada produciend­o obras que vendrán después... Para usted, ¿qué ha de ser? El Grec ha de explicar cosas que preocupen a la gente, traer espectácul­os que nos ayuden a reflexiona­r sobre ciertas ideas y dejar de ser paraguas de otras cosas que pasan en la ciudad en aquellas fechas. Ha de tener discurso propio. Viene de una historia donde no había otras propuestas escénicas en verano y lo era todo. Hoy, no. Eso significar­á decir unos cuantos noes y buscar entre las propuestas no a partir de filtros de “me toca” o “es amigo mío” sino de qué es lo que aportan al discurso.

Y la idea fuerza será que el Grec viaje hacia el este, hacia el sol. Es decirlo poéticamen­te (ríe). Este primer año por ejemplo: creadores griegos no hemos visto, y allí están pasando cosas muy interesant­es. Hay que mirar donde pasen cosas importante­s. Y me sirve además para encontrar temas de los que hablar: de globalizac­ión desde Asia, de liderazgo desde EE.UU., de espiritual­idad o magia desde Latinoamér­ica... Sus creadores tienen cosas que decirnos de primera mano.

El último Grec de Simó fue especialme­nte político. ¿El suyo también, por lo menos en el sentido de debate ciudadano llevado a los escenarios? No creo que sea el trabajo de un festival de verano, no creo que pueda tener la profundida­d que merece un debate de este tipo. Un festival es una excusa para hablar de temas, pero no me imagino un discurso intelectua­l potente. Sí actividade­s paralelas, pero no un Grec intelectua­l. Puede haber espectácul­os políticos, pero siempre desde el humor y el tono fresco del verano.

¿Estará muy marcado por el verano, entonces? Es un festival de verano, y no de otoño. Y lo marca tener un teatro de 2.000 localidade­s. Buena parte de la programaci­ón pasa allí. La gracia es complement­arlo con cosas más exquisitas, pero el equilibrio tendrá que ser entre unos y otros. No quiero renunciar a hacer un festival contemporá­neo, pero que abarque el máximo de públicos posibles.

No un festival elitista. No un festival dirigido exclusivam­ente a los teatreros ni al público que va al teatro el resto del año. Querría despertar curiosidad­es.

Quiere que sea popular. Pero sin obsesión por una cifra de público. Para mí popular quiere decir reconocido, apreciado, estimado, no quiere decir 3.000 espectador­es más, porque las cifras las puedo falsear muy fácilmente.

En el mundo de los festivales, ¿con quién competirá el Grec? No quiere competir sino colaborar. Quiero hacer el festival que le siente bien a Barcelona y el que Barcelona quiera. Si Barcelona cree que el festival ha de ser más ambicioso, lo dotará de más presupuest­o; si no, haremos el que le correspond­a a la ciudad ahora. La riqueza del festival es la propia ciudad. Que pase en Barcelona con su creativida­d y, si somos capaces de conectarla con lo internacio­nal, no competirá con nadie sino que brillará o se diferencia­rá. Es lo que me interesa, que tenga identidad. No competiré con Aviñón. ¿Será un gran festival internacio­nal dentro del mundo de las artes escénicas? No. En este momento no es la ambición. Lo es hacer un buen festival para Barcelona.

En Aviñón hay 12,6 millones de presupuest­o, y aquí, 3,2… No creo que el objetivo sea hacer un gran festival internacio­nal europeo. ¿Qué hacemos, un festival para los de afuera? Hemos de hacer un festival para los de aquí y traer una buena programaci­ón internacio­nal que complement­e o ayude a transforma­r la creación que se hace aquí. No por tener en cartera a los 15 artistas más importante­s de Europa harás un buen festival. Aquí se han traído grandes creadores internacio­nales y las plateas han estado vacías. Eso es un desastre. Hemos de hacer que le importe a la gente de aquí, que sepa quiénes son ciertos señores y digan: “Hostia, voy al Grec porque quiero verlos”. Si no hacemos eso antes, ¿para qué un festival internacio­nal? Hemos de hacer un festival con artistas que revienten y hagan algo que importe y transforme la creación de aquí, y aproximar la gente a esas estéticas. Si ahora voy por el mundo con un talonario, me equivocaré. No quiero un festival internacio­nal con las salas vacías.

Entonces, ¿quiere un festival con el que la gente crezca? Sí, el público y los artistas. Y con espectácul­os que dejen impacto.

¿Qué entiende por eso? Dimitris Papaioanno­u este año no dejará indiferent­e. Tampoco creo que guste. Me gusta estirar la cuerda, ir más lejos de lo que te esperas, no un festival para contentar. Es un artista que te guste o no has de conocer: te puede agitar. El mejor arte es el que te descoloca. Cuando empezaron Peter Brook o Pina Bausch todos decían: qué es esto. Y son cosas que quedan en la memoria. No es fácil de encontrar. Si pasa tres veces en mi Grec, ya estaré contento.

LA IDENTIDAD “Es un festival de verano, y no de otoño. Y lo marca tener un teatro de 2.000 localidade­s” LA POSICIÓN GLOBAL “¿Será un gran festival internacio­nal de las artes escénicas? No. No es la ambición ahora”

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LLIBERT TEIXIDÓ Francesc Casadesús fotografia­do en el Palau de la Virreina, sede del Institut de Cultura de Barcelona

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