Plutocracia cuestionada
Batalla campal en Berkeley entre partidarios y detractores del presidente
Las movilizaciones populares convocadas en Estados Unidos para exigir que Donald Trump haga pública su declaración fiscal se convierten en otra demostración multitudinaria en su contra.
Trump reclama una investigación sobre la financiación de las manifestaciones en su contra
La sociedad estadounidense sigue polarizada respecto a Donald Trump y ayer volvió a quedar parente en la calle. Las movilizaciones populares convocadas a lo largo de todo el país para exigir que el presidente haga pública su declaración fiscal se convirtieron en otra demostración multitudinaria en su contra. En Berkeley, California, se convirtió en una batalla campal. La policía acabó deteniendo a una veintena de personas, además de requisar cuchillos y otras armas blancas.
Trump fue el primer candidato a la presidencia respaldado por uno de los grandes partidos que no hizo pública su declaración patrimonial, y ya en su momento renegó de sus propios correligionarios republicanos que le exigían que respetara una tradición de más de cuarenta años.
El presidente Trump se defendió diciendo que sus cuentas estaban siendo auditadas y no podía hacerlas públicas aún. El tema se ha mantenido candente todos estos meses, y ahora que se cierra el periodo de presentación de impuestos, la petición de transparencia ha vuelto a las calles.
Donald Trump se defendió ayer –como siempre vía Twitter– buscando conspiraciones. “Alguien tendría que mirar quién paga por organizar estas pequeñas manifestaciones. Las elecciones se han acabado”, decía.
Por pequeñas, Trump se refería a las decenas de miles de personas que marcharon el sábado y ayer en ciudades de todo el país. Los manifestantes portaban pancartas donde se ponía en evidencia la opacidad de Trump por lo que se refiere a sus negocios. Algunos abiertamente hacían referencia a los lazos entre sus empresas y compañías extranjeras, lo que puede interferir en su política internacional.
La campaña para la presentación de declaraciones se cierra este martes. De ahí que los organizadores eligieran estas fechas para volver a plantear el tema.
La mayoría de las concentraciones fueron pacíficas y sin incidentes. Aunque sí hubo brotes violentos cuando grupos minoritarios se enfrentaban con simpatizantes de Trump, en algunos casos citándose expresamente a una hora para saldar sus diferencias a golpes.
Ese fue el caso de Berkeley, en una refriega en la que se vieron envueltas unas 200 personas. La policía tuvo que intervenir con contundencia también para separarlos y detuvo a una veintena.
Cuando se negó a presentar sus cuentas, Donald Trump sostuvo que a los votantes les daban igual sus impuestos. Pero los miles de manifestantes que salieron a las calles ayer le gritaban que rectificara. “Sí nos importa lo que paga y por qué lo paga”, explicaba a la agencia Ap Ann Demerlis, una de las que acudieron a la manifestación de Filadelfia.
En Nueva York o Raleigh (Carolina del Norte) la crítica era unánime. “Sospechamos que puede estar en deuda con Rusia, China u otros países extranjeros, y su declaración puede aclararlo”, argumentaba un profesor jubilado en Washington.