La cuarta de Gilbert
Valverde, pillado en falso, no entra en el corte decisivo para pelear por la Amstel
Philippe Gilbert ya tiene cuatro victorias en la Amstel Gold Race, la prueba holandesa que abre la semana de las Ardenas. El campeón de Bélgica, 34 años, vencedor este año también en Flandes, se impuso en el recorrido modificado de la Amstel, como lo había hecho en la versión precedente, en el 2010, el 2011 y el 2014, cuando el paso por el Cauberg marcaba el desenlace.
La fuga decisiva la formaron primero seis y poco después siete corredores. Gilbert estuvo en la jugada, como el campeón colombiano Sergio Henao. Y con ellos iban el suizo Albasini, el australiano Haas y los españoles Rojas y Jon Izagirre. Entre los pillados en falso estaban Van Avermaet y Valverde, pero aún tuvieron una segunda oportunidad: un contragolpe del polaco Kwiatkowski que saltó desde atrás y se unió al sexteto de cabeza. Lo consiguió el corredor del Sky, pero no el murciano del Movistar, que quedó así descabalgado de la batalla final. Le quedan ahora dos oportunidades: la Flecha Valona el miércoles y la decana de las clásicas, la Lieja, el domingo. Dos carreras que siempre se le han dado bien. Mientras, la clásica neerlandesa seguirá sin conocer un vencedor español. Son ya 52 ediciones y como mucho tres medallas de plata: Valverde en el 2013 y el 2015, Purito Rodríguez en el 2011. En la última ascensión de la Amstel 2017, la que hacía 35 en este recorrido de sube y baja constante, a seis kilómetros del final, se fueron Kwiatkowski y Gilbert. Eran los más fuertes y lo demostraron. Ni Rojas ni Izagirre pudieron replicar. Pero entre los más fuertes suele haber uno que aún lo es un poquito más, y este fue Gilbert. A unos 250 metros de la meta demarró el polaco, ganador de la Milán-Sanremo el pasado marzo. Pero Gilbert no se inmutó. Reaccionó con potencia, avanzó a Kwiatkowski, vio que la victoria era suya y tuvo tiempo de cruzar la línea sonriente y mostrando cuatro dedos de la mano derecha. Era su cuarta Amstel. Sólo el neerlandés Jan Raas le supera, con cinco victorias en la clásica cervecera entre 1977 y 1982.
“Me sorprendió un poco que lanzara el sprint, pero no perdí la calma y pude reaccionar”, explicó Gilbert. “Ha sido un final muy duro. Creo que cualquiera de los dos merecía ganar, hemos colaborado muy bien”, opinó. Por su parte Kwiatkowski fue conciso: “Qué voy a decir, estoy decepcionado. Pero me ha batido un gran campeón”.
Gilbert pudo perderlo todo en la primera fase de la carrera, cuando fue víctima de un accidente. “Acabé en el suelo con un buen golpe y la bici rota”, explicó. “Pensé que era el final de mis ilusiones. Pero Schachmann me ha esperado y me ha ayudado. He recuperado la moral y luego ya no he dejado los puestos de cabeza”.
Ahora la temporada de clásicas apunta a Bélgica.
El campeón de Bélgica, que ya ganó en Flandes, bate a Kwiatkowski, el vencedor en Sanremo