La valentía de Luis Enrique
clave para el tercer gol, nace de la valentía que demostró el entrenador del Barcelona.
La preparación del partido. Los deportistas de élite han de tener la capacidad tomar la decisión acertada en pocas décimas de segundo. A los entrenadores les pasa algo parecido, pero ellos tienen dos ámbitos de acción. Uno que se desarrolla durante la semana cuando se tiene tiempo para decidir la táctica y otro durante el desarrollo del partido, donde el tiempo queda limitado. Ayer me sorprendió que teniendo el tiempo que tuvo Zidane para preparar el encuentro tácticamente tuviera errores. Como si creyera que sólo con el buen juego de su equipo sería suficiente. ¿Cómo puede ser que Busquets y Messi durante los primeros 45 minutos camparan a sus anchas? Es evidente que estos jugadores tienen una categoría para hacer muchas cosas en un campo de fútbol, pero lo que no puede ser es que tú los liberes de sufrimientos cuando son la sala de máquinas de tu rival. Podríamos decir que Zidane tuvo un comportamiento en este sentido totalmente contrario al de Allegri, que supo durante la semana decidir sobre el futuro del partido. Pero este hombre, que tácticamente me parece estar situado un par de escalones por debajo de lo que merece ese banquillo, es capaz de gestionar un buen banquillo para aprovechar prácticamente a todos sus suplentes.
La preparación de Luis Enrique. El entrenador azulgrana no fue muy valiente, sino lo siguiente. Decidir jugar con la defensa tan avanzada fue un acierto extraordinario. Pero asumió unos riesgos estratosféricos. Si el Madrid se hubiese aprovechado de ello, seguramente ahora sería un hombre crucificado. Pero no fue así porque podríamos decir que esa decisión llevaba consigo dos aspectos enriquecedores. Por un lado, el táctico, que dejaba al Madrid sin espacio para proyectarse. Y además era difícil de aprovechar, ya que el centrocampista del Madrid que podía realizar el pase tenía demasiados jugadores azulgrana cerca para tener tiempo de precisar la acción. Y por otro, el mensaje que lanzaba a sus jugadores es que creía en ellos. Un mensaje que se convirtió junto a la despedida agradecida de la afición después de la eliminación europea en la fórmula mágica para que los culés creyeran en ganar en Madrid. Ese mensaje caló hondo en los azulgrana y estoy convencido de que el cambio de ritmo de Sergi Roberto, otra vez
¡Dios mío! Estas fueron mis palabras tras el último gol de Messi. Jamás hubiera pensado que vería a un jugador que no sólo juega muy bien en el Bernabeu, sino que lo acaba poniendo patas arriba. Quizás habría que jugar en ese estadio para darse cuenta de lo que estoy diciendo. Es imposible que alguien sea capaz de hacer lo mismo que hizo ayer Messi. Jamás en mi vida hubiera pensado que alguien puede saltar a ese estadio como lo hace el mejor jugador del colegio cuando se inicia el patio. Hay muchas cosas a analizar, pero no tengo espacio y sólo puedo mostrar mi admiración.
Es imposible que alguien sea capaz de hacer lo mismo que hizo ayer Messi en el Bernabeu