Suárez contra el ‘tamudazo’
Cornellà celebra el 25.º aniversario de los JJ.OO. pero no consigue reeditar el episodio de hace 10 años
El derbi conmemoró el vigésimo quinto aniversario de los Juegos Olímpicos de Barcelona. Los equipos salieron al campo con pancartas alusivas al acontecimiento, la megafonía rescató el Amigos para siempre y Josep Miquel Abad, consejero delegado del comité organizador, efectuó el saque de honor. Amigos para siempre no sería la banda sonora más apropiada para acompañar un partido de máxima rivalidad que volvió a ser candente, peleado y continuó decantándose de parte del Barcelona, que no ha perdido en los últimos 18 derbis oficiales.
Pero más que los fastos de Cobi (ha pasado tanto tiempo que el Espanyol todavía jugaba en el desaparecido Sarrià) la afición blanquiazul ansiaba recordar, y rememorar en la medida de lo posible, otro aniversario. Dentro de un mes, el 9 de junio, el tamudazo cumplirá diez años. A falta de dos jornadas el Espanyol arruinó un título de Liga al Barcelona en el Camp Nou al empatar 2-2 con dos goles de Tamudo, el segundo en el minuto 90. Aquella jornada, que comenzó con empate a 72 puntos entre Barça y Madrid en la cabeza del campeonato, el conjunto blanco adquirió una ventaja decisiva. Con 19 años Messi sufrió sobre el césped el inesperado descalabro.
Teniendo en cuenta que el Barcelona no consiguió disparar sobre el marco de Diego López en toda la primera parte, cierto aroma de tamudazo recorrió ayer las gradas de Cornellà. Bastaba un empate y en el intermedio el objetivo estaba cumplido. Pero en la reanudación Jurado arruinó las aspiraciones locales con un pase atrás imprudente y sin destinatario desde el centro del campo. Luis Suárez recogió el regalo y avanzó hacia el área para batir a Diego López en el mano a mano de manera inapelable. Fue el primer gol del uruguayo en su tercera visita a Cornellà, un registro discreto, tan extraño como los cinco partidos sin ver portería que acumulaba (la eliminatoria contra el Juventus y en la Liga contra la Real Sociedad, el Málaga y el Real Madrid). Suárez recobró el instinto en el momento más necesario y consolidó una cualidad de incalculable valor: ha conseguido lo más difícil, abrir el marcador, en nueve partidos del campeonato. En este capítulo es líder, pero sus 26 goles en el torneo están todavía a distancia de los 33 de Messi, que volvió a regalar una actuación soberbia, como si tuviera estampado el tamudazo que recibió aquel adolescente de larga melena el día en que batió a Carlos Kameni con la mano.
Más que en el campo, el gol blaugrana fue contestado en la grada. “Shakira es una puta”, gritó persistentemente el gol de Cornellà, aunque el gran éxito de la noche, por la cifra de intérpretes y la reiteración desde el calentamiento, fue el tradicional “puta, Barça”. En el minuto 77 cesaron los insultos coincidiendo con el gol de Rakitic originado en una destrucción masiva de la defensa españolista a cargo de Messi. Y no sólo se declaró el estadio en huelga de cuerdas vocales sino que comenzó un éxodo anticipado hasta el punto de que al final del derbi podía leerse el nombre del club local formado en las butacas del lateral. El tercer gol, también a cargo de Suárez y producto de otro escandaloso regalo, fue acogido con un silencio tan frío que dio la impresión que no había ocurrido nada. Enemigos para siempre, pero el Barcelona no ha recibido ni un gol en sus últimas cinco visitas a Cornellà.
TERMINA LA SEQUÍA El uruguayo aprovecha los regalos del rival para marcar por primera vez en Cornellà y por partida doble EL AMBIENTE “Shakira es una puta”, cantó la grada tras el primer gol, pero el éxito de la noche fue el clásico“puta, Barça”