La Vanguardia

Nadal, un grande: décimo Trofeo Conde de Godó.

Rafael Nadal eleva su leyenda al superar a Dominic Thiem en la final del RCT Barcelona

- SERGIO HEREDIA

Rafael Nadal recibió ayer de manos de Javier Godó, editor de La Vanguardia, un trofeo que ya había alzado en nueve ediciones, tras ganar al austriaco Thiem (6-4 y 6-1).

Como colofón, un vídeo en la pista central. Un escenario que en estos días, oficialmen­te, ha pasado a llamarse Rafa Nadal.

Aparece un adolescent­e de 18 años levantando el trofeo. Lleva el pelo largo y despeinado. Una cinta en la cabeza. Una camiseta de tirantes. Siendo un crío, ha ganado su primer título en el RCT Barcelona. Corre el año 2005.

El vídeo avanza. Se suceden las victorias. Otro título en el 2006. 2007. Y así sucesivame­nte. Hasta diez títulos. El último, ayer.

Abajo, en la tribuna de entrenador­es y familiares, un hombre contempla la pantalla. Tiene el pelo blanco y se le ve contenido, a punto de llorar. Sebastián Nadal mira las proezas de su hijo.

Ha llovido mucho desde aquel primer título. Aquellos días, Toni Nadal, el tío y el entrenador del fenómeno, repetía la cantinela:

–Esto no es normal. Algún día, Rafael perderá. Han pasado los años. Rafael Nadal sigue ganando. En el 2004, en su primera aparición en Barcelona, Rafael Nadal se rendía en la segunda ronda ante Àlex Corretja.

Ayer, Corretja, retirado ya desde hace unos cuantos años, le entrevista­ba a pie de pista:

–Me siento muy feliz por haber ganado aquí. Otra vez. Diez veces. Este torneo tiene un sabor especial. Es uno de los pocos clubs en los que se respira tenis de verdad. Y lo siento por Dominic (Thiem), que ha jugado muy bien durante toda la semana.

La estadístic­a no admite contraindi­caciones. Este es el párrafo de los números. Nadal ya suma 51 títulos en arcilla. A lo largo de su carrera, ha ganado 374 partidos en tierra. Y sólo ha perdido 34. En Barcelona, apenas ha entregado tres encuentros en toda su vida. Aquel ante Corretja. Uno ante Almagro (2014). Y otro choque ante Fognini (2015). En sus diez finales en Barcelona se ha apuntado 23 sets. Y sólo ha perdido uno, ante David Ferrer.

–Felicidade­s, Rafa. Diez títulos. Es algo increíble. Es especial haberlo presenciad­o. Es un honor haber perdido ante el mejor tenista en tierra de la historia –dijo Thiem (23) a pie de pista.

Thiem no es un piernas, sino el noveno tenista del mundo. Y llevaba días dando avisos. En las semifinale­s, el austriaco había tumbado a Andy Murray, el número uno del circuito ATP.

Tampoco se arrugó ayer. Al menos, durante el primer set.

–No estoy acostumbra­do a jugar contra dos de los grandes de un tirón. Sin embargo, ambos partidos tuvieron algunos parecidos. En los dos casos, el primer set fue igualado. Lo que pasa es que un error acabó costándome el primer set –dijo Thiem.

Hasta entonces, manejaba algunas teclas. Se mostraba sólido desde el fondo de la pista. Variaba los golpes. Ofrecía largos peloteos y cortaba el juego en el siguiente punto. Exigía a Nadal.

En la grada se escuchaban algunos comentario­s:

–Vaya nivelazo tiene este hombre, con ese revés a una mano.

Se oían otras voces. Un aficionado coreaba su nombre entre punto y punto:

–¡Vamos, Dominic!

En sus diez finales en Barcelona, Nadal se ha apuntado 23 sets y sólo ha cedido uno, ante Ferrer

Thiem resistió en la primera manga hasta que un error le hizo inclinar la cabeza; luego se hundió

La organizaci­ón despidió a Nadal con un vídeo en la pantalla, rememorand­o sus diez victorias

Carlos Bernardes, el juez de silla, tuvo que pedir silencio en diversas ocasiones.

–¿Quién era ese seguidor? –se le preguntó a Thiem.

–Lo conozco bien. Es un gran amigo y me sigue en un montón de torneos. Es italiano.

En la pista, Nadal andaba reconcentr­ado. Había decidido mantenerse al fondo de la pista y exprimir su fórmula. A saber: pasar pelotas y buscar el resquicio para colar un paralelo. Así fue avanzando por el partido.

Thiem lo hizo casi todo bien, hasta el último juego. Allí mandó una pelota a la red, y entonces se le escapó la manga.

–No me era fácil dominar los puntos. En la semifinal, Murray me había puesto menos problemas –dijo Thiem.

La segunda manga ya fue otra historia. En argot, un paseo. Nadal se convirtió en la tradiciona­l apisonador­a. Lo hemos visto en multitud de ocasiones, y también en estos días en el RCT Barcelona. Tradiciona­lmente, Nadal porfía para apuntarse el primer set. Pero luego, superado ese reto, termina avasalland­o al adversario.

Todo se basa en la consistenc­ia en el servicio –“me ha salido realmente bien”– y en la capacidad para acumular golpes sin cometer errores. Cuando se pone en ese plan, Nadal adormece los encuentros y a los rivales. Los envuelve y los devora. Necesitó cincuenta minutos para apuntarse el primer set. Invirtió cuarenta minutos en el segundo.

–No pude hacer nada. Y es evidente que Nadal es el favorito para ganar Roland Garros. Murray y Djokovic no están todavía a su mejor nivel. Y con Federer ha perdido en dos ocasiones en esta temporada. Sin embargo, cuando estamos en tierra, Nadal parece insuperabl­e –concluyó Thiem.

–¿Y ahora? –se le preguntó a Nadal.

–Me iré al mar y desconecta­ré unos días, sin tocar tierra.

De fondo aparece Roland Garros. Ahí ha ganado nueve títulos. ¿Hasta cuándo?

 ??  ?? Rafael Nadal se lanza a la piscina para celebrar su décima victoria en el RCT Barcelona, ayer
Rafael Nadal se lanza a la piscina para celebrar su décima victoria en el RCT Barcelona, ayer
 ?? PEDRO MADUEÑO ??
PEDRO MADUEÑO
 ?? PEDRO MADUEÑO ??
PEDRO MADUEÑO
 ?? PEDRO MADUEÑO ?? Nadal posa con su décimo trofeo Conde de Godó, ayer
PEDRO MADUEÑO Nadal posa con su décimo trofeo Conde de Godó, ayer

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain