La Vanguardia

El PNV ultima su acuerdo más ventajoso con Rajoy

Los nacionalis­tas eluden los escándalos de corrupción en aras del pragmatism­o

- JOKIN LECUMBERRI Pamplona TONI BATLLORI

Los peneuvista­s centran su reclamació­n en la cifra de liquidació­n del cupo

El objetivo es presentar el pacto en el País Vasco como una gran victoria

Urkullu deja de lado la corrupción del PP y aboga por el pragmatism­o

¿CAMBIO DE CROMOS? El PP vasco permitió la aprobación de las cuentas de Urkullu el pasado 10 de abril

CAPACIDAD NEGOCIADOR­A Los peneuvista­s hacen valer su condición de imprescind­ibles para los números de Rajoy

CONTRARRES­TAR CRÍTICAS El partido necesita un acuerdo que pueda ser presentado como una gran victoria en Euskadi

El PNV está apurando al máximo su poder negociador en Madrid. En un escenario sin el tradiciona­l apoyo catalán, los cinco diputados jeltzales son imprescind­ibles para que Rajoy apruebe los presupuest­os y el partido nacionalis­ta vasco va a jugar su baza hasta el final. Consciente­s del riesgo de aparecer en la foto junto a un PP muy poco valorado por la sociedad vasca y salpicado por la corrupción, en Sabin Etxea quieren apretar para conseguir un pacto sustancios­o que pueda ser presentado en Euskadi como una gran victoria. El límite es hasta el jueves.

Sobre la bocina, los peneuvista­s decidieron el viernes no presentar la enmienda a la totalidad que tenían preparada contra los presupuest­os del Ejecutivo de Rajoy del 2017, una decisión con gran carga simbólica de cara a la negociació­n abierta y la votación de esta semana. Aunque desde el partido aseguran que el movimiento no supone que vayan a ayudar al PP a aprobar las cuentas, en el País Vasco se da por hecho. EH Bildu y Podemos han puesto en marcha una campaña en la que acusan a los jeltzales de “perpetuar” la corrupción con su apoyo, asunto que el PNV desvincula de la negociació­n apelando al pragmatism­o. “Debemos diferencia­r las relaciones entre institucio­nes y la situación propia del PP”, dijo el portavoz del Ejecutivo vasco, Josu Erkoreka.

El cupo destaca sobre los demás temas en las conversaci­ones, una herramient­a que para los nacionalis­tas ejemplific­a las relaciones de bilaterali­dad que reclaman con el Estado. Gobierno central y vasco negocian desde hace meses su liquidació­n, un asunto espinoso en el que las diferencia­s son amplias. Las institucio­nes vascas reclaman 1.600 millones al considerar que es la cifra que han pagado de más desde 2011. El pago por las competenci­as no transferid­as tiene muchas aristas, y el Ejecutivo de Rajoy es consciente de que, de producirse un acuerdo ventajoso para el País Vasco, podría abrirse la caja de Pandora de la financiaci­ón autonómica con otros territorio­s.

Otro asunto clave para Sabin Etxea es su método de cálculo, la ley quinquenal. La actual norma data del 2007, y el PNV quiere cerrar una nueva que establezca una metodologí­a clara que rija el periodo 2017-2021. “La ley quinquenal tiene unas normas técnicas y se debe hacer con las leyes que están en vigor y no en base a los criterios técnicos que le vienen a la cabeza al gobierno de Madrid”, censuró Erkoreka.

El jueves tendrá lugar la votación de las enmiendas a la totalidad en el Congreso, y es ahí donde los votos del PNV tienen una importanci­a vital. A pesar de que las conversaci­ones entre partidos están encarrilad­as, los nacionalis­tas pueden esperar hasta el último minuto para sellar el pacto y exprimir así una oportunida­d histórica con un Gobierno en minoría. “Los cinco diputados nos permiten poner sobre la mesa asuntos que igual en otras circunstan­cias no sacaríamos, tenemos la expectativ­a de un acuerdo muy benefi- cioso”, explican desde el partido.

El PNV se juega mucho apoyando las cuentas de Rajoy, un movimiento que en Sabin Etxea saben que, de no ser presentado a la sociedad vasca como algo muy beneficios­o, puede pasar factura en Euskadi, donde el PP es la formación peor valorada, según las encuestas. Además, a ello se suma la ola de casos de corrupción que afectan al partido de Rajoy, que ha llevado a la izquierda abertzale a acusar a los peneuvista­s de blanquearl­a. Desde el partido de Urkullu se defienden argumentan­do que el pacto se basa en la defensa de los intereses vascos y subrayando su corte institucio­nal. No quieren dejar escapar un poder negociador que podría no repetirse en el futuro. “Queremos contrapart­idas contantes y sonantes –resumió el presidente del PNV, Andoni Ortuzar–, de una foto con el PP uno puede salir quemado”.

La necesidad de apoyos de Rajoy y la posición negociador­a central del PNV han provocado un deshielo obligado entre ambos partidos en los últimos meses después de un desencuent­ro de varios años. Dicho acercamien­to ya ha tenido consecuenc­ias en Euskadi, como la agilizació­n de las obras de la alta velocidad vasca –con el acuerdo para desarrolla­r los accesos a las capitales y las nuevas estaciones–, el desbloqueo de la ley municipal y las oposicione­s de la Ertzaintza y, en último término, la aprobación de las cuentas vascas, que el PP permitió con la abstención de sus nueve parlamenta­rios en Vitoria, un movimiento que tanto EH Bildu como Podemos calificaro­n de “cambio de cromos” con respecto a los presupuest­os generales que se debaten esta semana.

Los nacionalis­tas vascos también han tenido que renunciar a sus demandas sobre política penitencia­ria. “Está totalmente fuera –explican fuentes del partido–, siempre que Urkullu se ha reunido con Rajoy le ha trasladado nuestras reclamacio­nes al respecto, pero en cuanto a la negociació­n presupuest­aria es un tema descartado”.

 ?? MIGUEL TOÑA / EFE ?? El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, y el lehendakar­i, Iñigo Urkullu, buscan el mejor acuerdo con el PP
MIGUEL TOÑA / EFE El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, y el lehendakar­i, Iñigo Urkullu, buscan el mejor acuerdo con el PP
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