La Vanguardia

Los delitos contra mayores de 65 años crecieron un 27% en Catalunya

El aumento podría ser mayor: muchos ciudadanos no denuncian por vergüenza o miedo

- MAYKA NAVARRO Barcelona

Los delitos de los que son víctimas ciudadanos mayores de 65 años rondaron los 4.700 el año pasado en Catalunya, un 27% más que en el 2015, cuando sumaron 3.700. Los Mossos han extremado la atención a este tipo de delitos y a las campañas de prevención, habida cuenta de que la mayoría son estafas o atracos a domicilio. Las cifras reales podrían ser más elevadas ya que muchas víctimas de esta franja sienten vergüenza por haber permitido el delito o miedo a posibles represalia­s.

Ni a esta periodista consintió Carmen Martínez abrir la puerta de su casa. “Ni a mi padre, que lleva 40 años muerto, le abro”. Razones no le faltan a esta mujer de 85 años, vecina del barrio de La Verneda de Barcelona, a la que el mes pasado un falso revisor del gas le robó 450 euros. En Catalunya viven 1.379.000 personas mayores de 65 años. Son las víctimas idóneas para delincuent­es desalmados que no dudan en aprovechar­se de su vulnerabil­idad, sus limitacion­es y la confianza con la que se relacionan con el mundo. Las estafas, engaños, robos y delitos en general que tienen a las perComo sonas mayores como víctimas han crecido. Lo atestiguan las estadístic­as policiales y los profesiona­les, médicos y de los servicios sociales, que se relacionan con ellos.

El mes pasado, los Mossos d’Esquadra desarticul­aron dos organizaci­ones criminales cuyos miembros se hacían pasar por revisores del gas y accedían a casas de gente mayor con la intención de engañarles y robarles. Carmen Martínez fue una de sus víctimas.

Consiguier­on el teléfono fijo de su casa, “pues porque estará en algún listín y ellos van probando”, y la telefonear­on una mañana. “Me dijeron que eran los del gas y que tenían que pasar a echar un vistazo a la caldera”. Quedaron a las cuatro de la tarde de ese mismo día. Era primero de abril. “Hasta eso miran estos malditos”. Lo recuerda porque su hijo le había dado en efectivo el dinero que le paga por seguir en casa de su madre y lo acababa de guardar en su cartera. El falso revisor entró y se dirigió a la cocina. Estuvo poco rato. Le dijo que la caldera estaba bien, pero que le había instalado un nuevo aparato para detectar fugas.

En el recibidor, Carmen sacó su cartera para pagar los 150 euros acordados. “Debió de ver que tenía muchos billetes y entonces me dijo que le debía pagar otros 300 por la visita y la mano de obra”. Aquí la mujer desconfió. “Me puse nerviosa. Enseguida entendí que aquello era una estafa y pensé: ‘Mejor le pago y que salga rápido de mi casa, no vaya a ser que me pegue y me salga más cara la cosa’”. Esa misma tarde denunció en los Mossos d’Esquadra acompañada de su hijo, que, de nuevo en casa, tuvo que sujetar la carcasa de la caldera con cinta aislante. “No estuvo ni tres minutos, pero debió de tocar algo para disimular que algo hacía, porque encima me la jodió”.

Carmen, otras 340 víctimas denunciaro­n. Aunque en este colectivo de mayores de 65 años existe una cifra muy elevada de víctimas que no denuncian, asegura Jordi Muñoz, presidente de EIMA, una asociación que investiga sobre el maltrato a las personas mayores. “Les da mucha vergüenza aparecer ante sus familiares y conocidos como personas débiles a las que han podido tomar el pelo por culpa de la edad”.

La realidad la conocen bien en la asociación por los profesiona­les, de la salud y los servicios sociales, que reciben formación para tratar de identifica­r a las víctimas de esas es-

NO VOLVERÁ A ABRIR LA PUERTA Carmen fue una de las 340 víctimas de los falsos revisores de gas; pagó 450 euros

tafas y engaños o a los que sufren el aprovecham­iento económico de sus familiares o cuidadores.

La gran mayoría de estas personas mayores crecieron en un mundo en el que se podía confiar en las personas. “Pero eso ha cambiado. En nuestras charlas les pedimos que estén más atentos y que dejen de ser tan confiados, porque lamentable­mente el mundo ha cambiado y es muy fácil que otros se aprovechen de su vulnerabil­idad”, explica el presidente de EIMA. Pero también les advierten de que no deben vivir con miedo.

También ofrecen charlas a este colectivo los Mossos d’Esquadra, a partir de las oficinas de relación con la comunidad. Y campañas de sensibiliz­ación. Una de las últimas, de la mano de la Associació de Gremis d’Instal·ladors de Catalunya. Los instalador­es, cada vez que colocan una nueva caldera, si se trata de un hogar con personas mayores, dedican unos minutos a darles consejos para su seguridad.

El inspector Albert Oliva, responsabl­e del área técnica de proximidad y seguridad ciudadana de la policía catalana, explica como estos instalador­es advierten de que las inspeccion­es obligatori­as de la instalacio­nes de gas se realizan sólo cada cinco años y que las personas siempre reciben antes una carta. Y que no tengan pudor, ni vergüenza, ni duden en no abrir la puerta ante un revisor de gas. “Ninguna compañía te corta el suministro por no abrir la puerta a un revisor. Ya volverán. Si dudan, mejor no abran y consulten con alguien de confianza”, añade.

Las estafas protagoniz­adas por los falsos revisores del gas empezaron con fuerza hace cuatro años y es un delito que ha ido en aumento. Aunque no es la única estafa o engaño dirigida a las personas mayores. El inspector Oliva cuenta como hace unos meses se detectó en el Vallès Occidental la presencia de unos “extraños” encuestado­res a la salida de los ambulatori­os. Elegían personas mayores y les preguntaba­n por el motivo de la visita y por sus dolencias, se hacían pasar por personal de la administra­ción, generaban confianza y conseguían la dirección del encuestado para el estudio.

Los Mossos sospechan que esas encuestas buscan víctimas propicias de productos falsamente milagrosos que a un precio desorbitad­o se les venden después en sus domicilio. “De repente se presenta alguien en tu casa, conoce tu dolencia y te ofrece un producto o una máquina que lo cura. Es una maniobra rebuscada, pero la esencia es la misma. Aprovechar­se de la confianza de las personas mayores”, apunta el inspector Oliva.

Las estadístic­as de los Mossos no discrimina­n el tipo de delito que sufren las personas mayores, pero en su gran mayoría son víctimas de los falsos estafadore­s o del robo económico, mediante engaños o presiones, de sus familiares o cuidadores.

El año pasado se registraro­n cerca de 4.700 hechos delictivos contra personas mayores. La cifra en el 2015 fue de 3.700. Son casi 1.000 hechos más. Lo que significa un incremento del 27%.

La cifra merece una reflexión. Se producen muchos más delitos de los que retratan las cifras oficiales porque a la gente mayor le cuesta

CONSEJOS Y FORMACIÓN Los Mossos forman a los instalador­es del gas para que aconsejen a las posibles víctimas

superar la barrera del pudor, la vergüenza y el miedo. Prefieren no denunciar. Un dato para ayudar a entender mejor hasta que punto son vulnerable­s. En el ámbito del maltrato a personas mayores sólo se denuncia un 9,8% de los delitos. Queda mucho trabajo todavía por hacer para conciencia­rles de que deben contar lo que les pase.

 ?? DAVID AIROB ?? Víctimas vulnerable­s y confiadas. Una persona mayor contempla las inacabadas obras de la plaza de Glòries, la semana pasada en Barcelona
DAVID AIROB Víctimas vulnerable­s y confiadas. Una persona mayor contempla las inacabadas obras de la plaza de Glòries, la semana pasada en Barcelona

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