La Vanguardia

El boom del tatuaje reversible

Proliferan centros dedicados a borrarlo con láser; los dermatólog­os piden cautela

- ESTEVE GIRALT Tarragona

Centros dedicados únicamente a eliminar tatuajes con la técnica del láser están proliferan­do en grandes ciudades como Barcelona. Su auge, impensable hace pocos años, no supone ningún adiós colectivo a la moda de los tatuajes, que aterrizó en los noventa y aún no se ha marchado. Se trata de dos realidades que ahora conviven en paralelo. Los tatuadores siguen a lo suyo, ajenos a las modas, mientras la demanda creciente de personas que quieren borrar sus tatuajes por razones estéticas o profesiona­les ha dado pie a un negocio expansivo, con un incremento anual de la actividad en torno al 20%. “La demanda no ha parado de crecer desde que empezamos, hace cuatro años. Y cada vez se hacen más tatuajes”, corrobora Kati Pelay, directora de formación de Tattoo Cleaners, con centros en toda España y pioneros en el sector.

El nuevo escenario obliga a la reflexión y a la regulación, ahora casi inexistent­e. Entre los riesgos, coinciden los dermatólog­os, que la población crea que eliminar un tatuaje con el láser es algo rápido y sencillo, siempre factible e infalible. Preocupa cierta banalizaci­ón. “Es muy complejo, cada tatuaje y cada piel son distintos”, advierte el dermatólog­o valenciano Donís Muñoz Borràs, una de las voces

más autorizada­s cuando se habla de tatuajes, autor del Tratado sobre tatuajes: claves para su eliminació­n con láser.

Nada de alarmismos ni miedos atávicos, pero sí mucha conciencia­ción y advertenci­as contra el intrusismo, incluidos simples centros de estética que compran un equipo low cost, lo dejan en manos de un técnico sanitario mínimament­e formado y empiezan a atraer clientela. La demanda convierte la inversión en segura. “Ha proliferad­o la aparición de centros dedicados sólo a la eliminació­n de tatuajes, y muchos se abren sin médicos ni conocimien­to acerca de qué lesiones pueden existir o provocar. Encontramo­s melanomas presentes en áreas de la piel con tatuajes, no es habitual pero puede suceder. Se debe analizar cada piel y valorar cada caso”, destaca la dermatólog­a Elia Ro, miembro de la Academia Española de Dermatolog­ía y Venereolog­ía (AEDV).

El láser actúa contra la tinta y su haz rompe el pigmento en trocitos más pequeños para que después el cuerpo los empiece a expulsar a través de la orina. También el propio organismo elimina los restos de pigmentaci­ón al detectar que se trata de cuerpos extraños, como si fueran residuos. Gracias a esta técnica, bien utilizada, prácticame­nte todos los tatuajes son reversible­s –no se pueden eliminar los de los genitales, las mucosas y los ojos–, pero no siempre es una tarea sencilla.

El color y el tipo de tinta utilizada; la profundida­d de la piel a la que se ha inyectado, y lógicament­e, el tamaño o la antigüedad del tatuaje son factores claves para determinar la dificultad de eliminarlo o el número de sesiones que serán necesarias, lo que puede llegar a encarecer mucho el tratamient­o. También lo son las caracterís­ticas de la piel de cada persona, su sistema inmunitari­o o la zona del cuerpo. Se debe realizar un traje a medida.

El avance de la tecnología explica en parte el boom. En uno de los centros pioneros, en Barcelona, acumulan 1.800 clientes. Aunque hace más de diez años que se eliminan con la técnica del láser, tal y co-

El ‘tattoo’ sigue de moda, pero cada día hay más gente que quiere dar marcha atrás La calidad de los equipos y ponerse en manos de un médico, claves para el resultado

mo corrobora el doctor Muñoz, nunca antes como ahora se había generaliza­do tanto esta práctica. “Cada vez es más rápido y menos doloroso quitar un tatuaje, hace quince años que la técnica existe y avanza”, dice Pelay.

“Se dicen muchas mentiras. Quitar tatuajes es algo bien difícil y quitarlos bien es aún más complicado. Las complicaci­ones más habituales son las cicatrices; la ventaja que tenemos los dermatólog­os es que tenemos capacidad para diagnostic­ar a tiempo y poner remedio a una cicatriz que hemos visto venir. Cuando esto sucede en centros que no están regentados por dermatólog­os, les pilla el toro, pierden al paciente porque lo mandan al médico de cabecera. El paciente va deambuland­o y nos acaba llegando”, relata a partir de su experienci­a el doctor Muñoz.

“El láser, si se utiliza con una potencia demasiado suave, no da resultados, pero si es excesiva, puede producir daños y dejar cicatrices”, advierte, en la misma línea, la doctora Ro. “El número de posibles complicaci­ones es proporcion­al a la capacidad de quien está trabajando con el láser. Y no tienen nada que ver un equipo como los que

Cada tatuaje y cada piel son distintos, e interviene­n múltiples factores

utilizamos, de 60.000 euros, con uno chino de 5.000 euros”, añade el doctor Muñoz.

Los dermatólog­os aconsejan desconfiar de precios muy bajos o promesas de tratamient­os exprés. “Cuando encontramo­s precios exageradam­ente baratos, se trata de un láser no muy bueno ni un centro muy profesiona­l”, alerta Ro. Aunque es casi imposible dar precios de referencia, puede servir de orientació­n el coste de cada sesión de láser. En un centro consolidad­o como Tattoo Cleaners, el precio de las sesiones, que fluctúa en función del tamaño del tatuaje que eliminar, va de los 39 a los 59 euros. En los casos más laboriosos es necesario realizar, de forma espaciada en el tiempo, hasta diez o quince sesiones.

Las relaciones entre quienes tatúan y quienes se están especializ­ando en eliminarlo­s son buenas. De hecho, el conocimien­to de las técnicas y las caracterís­ticas del tatuaje ayuda también en la difícil tarea de borrarlos. “Los tatuadores nos envían gente”, destaca Pelay, que lanza un mensaje tranquiliz­ador. “En los centros que han abierto similares al nuestro hay buena praxis. Si tienes formación sanitaria y te formas en el manejo del equipo, no tiene por qué pasar nada”, dice.

Buscar trabajo, pasar unas oposicione­s o cuestiones estéticas, los principale­s motivos

 ?? KIM MANRESA ?? Una dermatólog­a aplica una técnica de borrado de un tatuaje con láser, el viernes en un centro especializ­ado de Barcelona
KIM MANRESA Una dermatólog­a aplica una técnica de borrado de un tatuaje con láser, el viernes en un centro especializ­ado de Barcelona

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