“La tecnología abre una brecha de salud entre quien quiere cuidarse y quien no”
Jordi Serrano, fundador de UniversalDoctor y cofundador de Healthio más rápido que por separado. ¿Qué encontrarán quienes acudan a Healthio?
Es una arena de la innovación en salud; no lo queremos llamar conferencia, congreso o feria porque queremos que sea algo diferente”. Así define Jordi Serrano Healthio, el evento en el que ha logrado reunir a pacientes, profesionales sanitarios, ingenieros y empresas vinculadas a la innovación en el ámbito de la salud para que compartan sus conocimientos del 3 al 5 de mayo en el palacio de Congresos del recinto de Montjuïc de Fira Barcelona. Asegura que no ha sido fácil y ha tenido que sortear no sólo críticas sino incluso trabas legales para reunir en un mismo espacio avances médicos, experiencias de pacientes, demostraciones de apps y de otros dispositivos tecnológicos o intervenciones quirúrgicas en streaming. Lo ha logrado con un formato inédito en el que ha conseguido implicar a multinacionales como Microsoft o Abbott, hospitales como Vall d’Hebron, Clínic, Sant Joan de Déu, Can Ruti y el Instituto Guttmann, e instituciones como el Col·legi de Metges de Barcelona, la Obra Social La Caixa, diversas asociaciones de pacientes y empresas tecnológicas como Psious, hasta reunir más de 70 expositores y 300 conferenciantes.
¿Cuál es el objetivo de tanto esfuerzo?
Queremos movilizar la innovación para democratizar la salud; llevamos años hablando de empoderamiento del paciente y del desempoderamiento del sanitario y ahora, aprovechando la innovación tecnológica, tenemos una gran oportunidad de impulsarlo. No puede ser que las innovaciones en el ámbito de la sanidad tarden 17 años de media en implementarse y en llegar a los ciudadanos, y pensamos que si ponemos a pacientes, sanitarios e industria en la misma arena seguro que avanzan
Hemos creado un formato que quiere ser una mezcla entre el museo de la ciencia, el salón de la educación y un ikea de la salud, pero sin comprar. La gente llegará y encontrará un coordinador que les explicará que hay veinticinco itinerarios posibles relacionados con la salud mental, la salud de la mujer, el envejecimiento saludable, la hipertensión, la diabetes, la genómica, la realidad virtual... Y podrá elegir qué itinerario desea seguir, porque cada pocos minutos saldrá un tour guiado, o moverse por su cuenta.
¿En qué consisten los itinerarios?
Cada uno tiene distintas paradas. En el de diabetes, por ejemplo, hay cinco. Al inicio el coordinador explica brevemente qué es la diabetes. Luego la primera parada se hace en la empresa SocialDiabetes, que es una app creada por un diabético que ha tenido tanto éxito que las grandes farmacéuticas han abandonado sus aplicaciones para vincular sus productos a esta La segunda parada es en las asociaciones de pacientes diabéticos. La tercera, en la empresa Abbott,quedisponedeunosparches para medir la glucosa sin pinchazos. La cuarta es ante el stand del Clínic y Vall d’Hebron, y la final consistirá en una explicación con ideas para mejorar la salud de los pacientes. Además, en el recinto hay cuatro ágoras donde más de 300 ponentes darán charlas cortas, de 15 minutos, sobre cuestiones relacionadas con la salud y el bienestar. En otros itinerarios los participantes saldrán a pasear por los jardines de Montjuïc con pulseras que registrarán su actividad y luego los médicos les explicarán la importancia de la actividad física; en otros conocerán qué terapias se pueden seguir mediante realidad virtual, por citar algunos ejemplos.
¿Qué aporta la tecnología a la salud?
Durante un tiempo parecía que con la tecnología empeoraba la atención sanitaria porque el médico estaba tecleando en el ordenador en lugar de mirar al paciente. Pero ahora que los sistemas de reconocimiento de voz parece que ya funcionan, vamos a notar mejoras. Y en la medida en que cada vez hay más aplicaciones, sensores y dispositivos relacionados con la salud, habrá más facilidades para apostar por la prevención, así que creemos que se abrirá una brecha y veremos diferencias de salud entre quien se interese por el bienestar y por el envejecimiento saludable apoyándose en la tecnología y quien no, entre aquel que se preocupe de cuidarse y el que no. Por otra parte, la proliferación de sensores, apps y el
big data permitirán acelerar los estudios clínicos y beneficiarse antes de los avances científicos y de las aplicaciones de la genómica.
¿Y no es arriesgado ofrecer a terceros tantos datos sobre la salud personal?
Se puede tener recelos en compartirlos, pero a través de Facebook y según cómo tengas configurado el móvil ya dejamos rastro e información de nuestro estilo de vida. Y cuanta más información disponible se tenga en común más se avanzará. De hecho, las plataformas de pacientes ya están compartiendo muchos datos porque saben que es la mejor manera de que progresen los tratamientos. Si los datos se anonimizan bien, no debería haber impedimentos a que se usen para investigar.
Los ciudadanos oyen hablar de todo tipo de artilugios y de una revolución tecnológica que van a mejorar su salud pero luego no encuentran esa realidad en las consultas médicas. ¿Por qué no llegan esos avances al cuidado?
A menudo cuesta implantar las mejoras tecnológicas porque nadie quiere perder su nicho de mercado o de control. Eso pasa por ejemplo a la hora de unificar y conectar las historias clínicas. Por otra parte, muchas de estas innovaciones tecnológicas necesitan un rodaje para ajustarse y para demostrar su eficacia, así que necesitan ensayos y tiempo. Aún hay mucha especulación sobre los beneficios reales de algunas innovaciones, pero cuando las personas podamos llevar sin esfuerzo nuestra historia clínica en el móvil, cuando en vez de pulseras llevemos sensores que capten nuestros indicadores de salud y los compartan con los médicos, y cuando estos puedan hacer diagnósticos rápidos mediante análisis y pruebas desde su propio móvil y adoptar decisiones preventivas, la persona que quiera cuidarse va a ganar mucho, y su bienestar y su salud diferirán del que no se preocupe. Y en zonas donde no hay apenas recursos, estos medios supondrán una revolución para la atención sanitaria.
Si ponemos a pacientes, sanitarios e industria en la misma arena, seguro que avanzan más rápido