Allá donde va, triunfa
Carlo Ancelotti ha conquistado ligas en cuatro países, y grandes trofeos, en cinco
En un libro Carlo Ancelotti resume su filosofía futbolística y su carrera. Se titula Mi árbol de Navidad e incluye el que fue un tiempo su sistema de juego favorito: el 4-3-2-1. De ahí el nombre de árbol. Pero el italiano nunca se ha cerrado a nada y su pragmatismo le ha llevado a triunfar en cada país en el que ha trabajado. La Navidad se celebra en casi todas partes y Ancelotti celebra en todos los clubs que le contratan. El sábado, al conquistar la Bundesliga con el Bayern, el transalpino se convirtió en el primer entrenador en ganar el campeonato de la regularidad en Italia (Milan), Inglaterra (Chelsea), Francia (PSG) y Alemania (el conjunto bávaro). En España no pudo con el Atlético y el Barça en la Liga pero sí llevó al Madrid a triunfar en la Champions y en la Copa del Rey.
Acumula 19 títulos en su carrera en los banquillos, entre ellos tres Ligas de Campeones. Y, sin embargo, nunca ha tenido el predicamento de otros técnicos más ideológicos como Josep Guardiola y Arrigo Sacchi o más irascibles, como José Mourinho.
Desde un carácter accesible y socarrón Ancelotti suele vestir mejor el traje de apagafuegos que el de motivador y, sin embargo, su conocimiento detallado de los vestuarios consigue convencer a los jugadores de las virtudes de trabajar para él. Aunque es verdad que en su manual de diplomacia entra como capítulo destacado el de tener contentos a los veteranos en detrimento de los jugadores en progresión, como bien han sabido esta campaña en el Bayern Douglas Costa o Coman, que se han visto relegados en partidos importantes ante los ilustres Ribéry y Robben. Carletto siempre ha pensado que la trayectoria es un grado y que no gana nada peleándose con los primeros espada.
Es verdad que un título de liga con el Bayern no tiene un valor supremo porque los bávaros suman campeonatos en su país como el Barcelona de balonmano en la Asobal. De hecho la de esta campaña es la quinta Bundesliga seguida para los del Allianz Arena. Pero algún mérito atesora Ancelotti para adaptarse a las particularidades de los grandes equipos que entrena.
Y aun así nunca se libra de las críticas. Son su compañera de viaje. El viernes el influyente, por su gran tirada, Bild publicaba una doble página haciendo hincapié en todos los defectos del italiano, resumidos en tres puntos: la mala calidad de los entrenamientos, entregarse a los veteranos y no haber sabido hacer los cambios contra el Real Madrid. “No es verdad que los jugadores estén descontentos con mi manera de trabajar y aunque lo fuera no la cambiaría. Es mi filosofía”, se defiende Ancelotti, aunque los ataques no le vienen al italiano sólo desde fuera. Conocido es que el Bayern es uno de los clubs más autoexigentes y orgullosos del mundo. “A largo plazo un solo título en una temporada no es suficiente para nosotros. Debemos aceptar las cosas como vienen, reunirnos, reflexionar y pensar en cómo lo podemos hacer mejor”, argumenta el presidente de la entidad, Uli Hoeness.
Palabras con todo el sentido porque antes de certificar la Bundesliga el Bayern quedó fuera en unos días tanto de la Champions como de la Copa. Particularmente dolorosa fue la caída en Europa en la prórroga ante el Real Madrid. Ni el hecho de que los bávaros se vieran perjudicados por algunas decisiones arbitrales ha atenuado el revés. A pesar de esto lo más probable es que Ancelotti continúe al frente del Bayern la próxima temporada.
Lo que se espera ahora del campeón alemán es que emprenda un rejuvenecimiento de su plantilla. Hay dos clásicos que seguro que no siguen porque se retiran: el capitán Philipp Lahm y Xabi Alonso. A partir de ahí los Ribéry, Robben, Javi Martínez y compañía tendrán que ir cediendo protagonismo. Ancelotti no tendrá margen de error y se le exigirá más porque está lejos del balance de Guardiola. En tres temporadas Pep llevó a su equipo siempre al título de liga, levantó dos Copas y alcanzó tres semifinales de la Champions.