Alonso medita irse
El proyecto de McLaren no levanta cabeza y Alonso ya insinúa el final de sus días en la escudería
Parece que el cuarto fracaso consecutivo en el Mundial de fórmula 1 ha acabado con la paciencia de Fernando Alonso, que puede que ya esté buscando equipo para la próxima temporada después de comprobar que los motores Honda que monta su Mclaren funcionan incluso peor que el año pasado.
Corren malos tiempos para la lírica en el alonsismo. Cuarta carrera del tercer curso, parte II, en McLaren-Honda, y cuarto fiasco consecutivo. Esto no mejora. Fernando Alonso está atrapado en una matrioska interminable de frustración. A cada muñeca que abre esperando dejar atrás una avería de la suspensión, se encuentra con otro problema de motor, y luego otro más de la transmisión, y otro más de la batería... Y así en bucle hasta el infinito. Se le acaba la paciencia al asturiano, que bastante ha contenido su enfado y su hastío en el fin de semana ruso. Aunque a cada nueva decepción va dejando mensajes más nítidos de que sus días en la escudería de Woking están contados.
Si la carrera de Rusia tenía que ser, según el propio Fernando Alonso, la que iba a apuntar “las primeras señales” de que volverían “las cosas a su sitio”, la realidad ha sido bien distinta: McLaren está hundidísimo en el barro. Mucho más, mucho peor que el primer año y que el curso pasado, cuando su bólido empezó a carburar mejor y el asturiano logró acabar en los puntos en 6 de las 9 carreras de la segunda parte del Mundial –incluso con un meritorio quinto puesto y tres séptimos–.
Sin embargo, en Sochi han tocado fondo. McLaren, Honda, Alonso y Vandoorne. Un desastre. El belga ya el viernes rompió el quinto motor (15 puestos de penalización en la parrilla le costó), el asturiano sólo pudo dar 16 vueltas –¡a 3,5 segundos del Ferrari!–; el sábado en la calificación caricaturizaba de nuevo al motor Honda con un “es increíble lo que perdemos en las rectas, 2,5 o 3 segundos”, y llegaba sólo al 15.º puesto de la parrilla; y el domingo, el consabido abandono antes de empezar, cuando apenas había dado dos vueltas –la de instalación y la de formación–, a causa de la avería del ERS.
UN FRACASO EN TODA REGLA En su segunda etapa en McLaren, Alonso abandona un tercio de veces por avería y puntúa en 1 de cada 4
LA PUERTA DE SALIDA “Estoy abierto a cualquier opción, lo que salga; quiero disfrutar y eso significa ganar, y lo antes posible”
De ahí que estallase el asturiano en el comunicado oficial del equipo, habitualmente mesurado. “Es duro, es frustrante; cada fin de semana es lo mismo”.
La situación comienza a ser insostenible. El proyecto no levanta cabeza, se obstina en demostrarle a Alonso que ha hecho un mal negocio. Los datos son abrumadores: en los 42 grandes premios disputados en su segunda parte con McLaren (desde el 2015), ha abandonado por avería en 14, una de cada tres carreras (el 33%). Este curso, el 100%. Y sólo ha puntuado en 11, una cuarta parte (26%). Muy lejos de lo que soñaba cuando se propuso reeditar los éxitos de la mítica sociedad de la escudería inglesa y el fabricante nipón de los tiempos de Senna y Prost.
Cada fin de semana es un suplicio. Como dice Éric Boullier, el director deportivo, “no puedes esconderte detrás de un resultado como este”. Alonso tiene que salir a dar la cara y encajar los golpes en cada rueda de prensa internacional, sin paños calientes. En Sochi le han preguntado si estaba desperdiciando su talento en McLaren, si no se arrepentía de haber dejado Ferrari, y, la cuestión del millón: cuánto tiempo estaría dispuesto a esperar a que el proyecto McLaren-Honda despegue. “Pues no mucho, no mucho”, respondió a la CNN.
La argumentación que añadió deja claras sus intenciones: “Quizás estoy en el final de mi carrera de F-1. Tengo 35 años, llevo 16 compitiendo, y cada año intentas que no sea el último de perderte la lucha por los títulos, las victorias, los podios... Así que veremos qué posibilidades hay el año que viene, la mejora de McLaren, sus perspectivas para el 2018... Yo acabo contrato este año y tengo la libertad que no tenía los anteriores de poder cambiar de equipo. Estoy muy abierto a cualquier posibilidad, salga lo que salga, porque disfrutar es lo más importante en este momento de mi carrera, ser feliz. Para mí eso significa ganar, e intentaré hacerlo lo antes posible”. De lo que se infiere que difícilmente será en McLaren.
Para ser feliz tendrá que cambiar de matrioska... y que le salgan siete. Cada número de muñecas tiene un significado, según los campesinos rusos que las empezaron a regalar. Cuatro, ten un hijo; cinco, que tengas suerte; seis, cuida de tus padres; siete, deberías cambiar algo en tu vida... ¿De coche o de competición...? ¿de motor? A ver en Barcelona.