La Vanguardia

El principio de todo

Adigsa, la primera investigac­ión sobre el 3%, llega hoy a juicio

- SANTIAGO TARÍN

Era como un espectro: se hablaba de él, pero nadie le daba cuerpo. Hasta que en el año 2005 un pequeño empresario de la construcci­ón admitió que lo conocía. Es el famoso 3%. En aquel momento, la Fiscalía abrió una investigac­ión que hoy, doce años después, llega a juicio. Es el caso Adigsa: el principio de todos los cientos.

En verdad, quien abrió la caja de Pandora fue Pasqual Maragall, presidente de la Generalita­t. El 24 de febrero del 2004, en un pleno del Parlament de Catalunya sobre el hundimient­o del túnel del metro del Carmel, protagoniz­ó una dura controvers­ia con el jefe de la oposición, Artur Mas, a quien le espetó: “Ustedes de las cosas que le dieron pie fue una auditoría sobre los anteriores gobiernos autonómico­s, de CDC, encargada por el tripartito. Este documento no se hizo público, pero ya contenía algunas afirmacion­es llamativas, como la existencia de una “separación creciente entre la estructura decisoria y la estructura administra­tiva”, o la falta de controles, o fraccionam­iento en varios contratos menores que así no precisaban concurso. Tras las palabras de Maragall, el entonces fiscal jefe de Catalunya, José María Mena, abrió una investigac­ión para dilucidar si existía el pago de comisiones, y ofreció la posibilida­d de presentar denuncias.

El caso se inició con grandes expectativ­as, pero lo cierto es que no alcanzó el nivel de lo visto posteriorm­ente. La única persona que habló en la Fiscalía fue un pequeño constructo­r, José Antonio Salguero, quien dijo que la Generalita­t le había contratado para rehabilita­r 24 viviendas en Artesa de Segre y que no le había pagado. Pero él sí que abonó dinero para conseguir el contrato.

En el centro de la trama se situó un personaje llamado Josep Maria Penin, un contratado por la empresa pública Adigsa, donde realizaba tareas relacionad­as con viviendas de segunda mano que eran rehabilita­das y puestas en el mercado. Era el cobrador. Y se daba la circunstan­cia de que era familiar lejano de Felip Puig, conseller de Política Territoria­l del que dependía la sociedad, y que había sido chófer de CDC.

El caso ha tenido un largo recorrido entre el juzgado y el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya. Finalmente, en el banquillo se sentarán el exconsejer­o delegado de Adigsa, Josep Antoni Fontdevila; dos personas más de la compañía, Jordi Huguet y Xavier Sala; el citado Penin; el denunciant­e Salguero, y dos empresario­s más, Jordi Honrubia y Ángel Egido. Bajo sospecha hay 29 obras de rehabilita­ción en viviendas de segunda mano, y la Fiscalía solicita penas que van desde un año y un mes a los diez años de cárcel, aunque es posible que las sesiones no se completen porque se llegue a un pacto antes del inicio.

Pasqual Maragall habló del 3%, la cifra que luego ha salido a relucir en el caso que se indaga en El Vendrell. En el Palau de la Música se asegura que fue un 4%. Y Salguero afirma que pagó un 20% para hacerse con los contratos. Aquel 24 de febrero del 2004, Artur Mas respondió a Maragall que había perdido los papeles. Visto lo visto, con los años alguien los ha encontrado.

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XAVIER CERVERA / ARCHIVO Jordi Huguet, uno de los acusados en el caso Adigsa

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