¿Dónde está Millo?
Inspirada por estos tiempos trumpistas en que las explicaciones políticas se dan en la red, repaso el timeline del señor Millo, pomposo delegado del Gobierno español, otrora llamado virrey. Dado que el hombre sobresale en locuacidad, me esperaba encontrar una retahíla de tuits sobre el grave caos en el aeropuerto de El Prat durante el puente. Al fin y al cabo, dado que el Estado no nos permite gestionar los aeropuertos ni muestra interés en potenciar Barcelona como gran centro aeroportuario, e incluso ha impedido vuelos directos desde la capital catalana, es decir, dado que es la autoridad impuesta, cabía imaginar que su hombre en colonias nos daría alguna explicación.
Pues no. Veamos lo que ha pasado: durante el puente, miles de personas se han visto afectadas por las medidas de seguridad a causa de la alerta terrorista, sin que la Delegación del Gobierno hubiera previsto ningún operativo extra. Y eso, a pesar del aviso de las compañías aéreas, que ya anunciaban una situación muy complicada. El caos ha sido el previsible: centenares de personas metidas en colas caóticas debían pasar por los dos únicos policías de pasaportes, y era tal el desbarajuste que muchos pasajeros han hecho más de tres horas de cola. Los vuelos han salido con largos retrasos y se cuentan por centenares las personas que han perdido enlaces con otros vuelos. Las redes han hervido de indignación e incluso se ha vivido una sorprendente
pelea entre la Policía Nacional y Aena, que se han lanzado mutuamente las culpas. Pero mientras pasaba esto, ¿qué hacía Millo?, ¿a qué dedicaba el tiempo libre? La respuesta es bonita. Repasado su
timeline, el responsable máximo de haber previsto el operativo con el fin de evitar el caos ha tenido tiempo de informarnos de su estancia en Tarragona con Soraya, de la Virgen de Montserrat, del encendido de luces en la Fecac, del juego espléndido de Rafa Nadal y, en oportuna entrevista, de decirnos que los indepes son unos extraterrestres y que nunca se permitirá una consulta ilegal. Lo mejor han sido las declaraciones a Salvador Cot en las que asegura que ellos quieren “tratar las necesidades reales de los ciudadanos, las infraestructuras y la financiación, pero no hablar de cómo vulnerar las leyes”. Y todo eso lo dice mientras hay un caos en El Prat y él está viendo el tenis. Ni una palabra, todo un mutis desvergonzado hasta las tres de la tarde del lunes, cuando ha colgado un tuit con medidas para “agilizar y mejorar” el enredo. Es decir, después del caos plantea medidas para evitar el caos. Queda todo muy claro: el señor que siempre asegura que somos unos tarambanas y que ellos se preocupan de las cosas reales se pasa tres días felizmente desaparecido mientras el aeropuerto entra en caos en un puente largo. Si hubiera sido un conseller, lo habríamos colgado en la plaza pública. Pero se trata de un virrey, y estos tienen bula.