La Vanguardia

Desván convergent­e

-

El pasado jueves, mientras Santi Vila pronunciab­a su conferenci­a en la Llotja de Mar, el WhatsApp de algunos políticos y periodista­s presentes en la sala echaba humo repitiendo un interrogan­te: ¿se está postulando para la Generalita­t o para Barcelona? Las teorías de la conspiraci­ón sobre las ambiciones del conseller Vila ya son un clásico de las sobremesas en la fase espectral del proceso. Diría que él hace lo posible para no quedar cautivo. La mayoría de las preguntas que los presentes le formularon no eran sobre cultura (¿a quién le importa?), sino sobre su crítica a la gestión del Consistori­o Colau, que fue muy fuerte, y sobre su posicionam­iento con relación al desafío catalán. Dos veces repitió que no era la hora de desfallece­r en el pulso que la mayoría del catalanism­o está planteando al Estado. Pero lo más interesant­e de su intervenci­ón fue la convicción con que fijó una posición ideológica.

La convergent­e profesiona­l que se sentaba a mi lado, cuando Vila acabó de responder, no pudo aguantarse. “Aire puro”. Los últimos resultados potentes que obtuvo el centrodere­cha local (el instrument­o antes conocido como Convergènc­ia i Unió) fueron con un programa liberal que pretendía apuntalar la economía social de mercado en tiempo de crisis. Era el año 2010 y Artur Mas ganó abanderand­o la fórmula

business friendly. Hoy Mas no descarta la huelga general como forma de presionar el Estado, según revelaba ayer Francesc-Marc Álvaro, ni tampoco la declaració­n unilateral de independen­cia, como explicaba el domingo Lola García. En un lustro el expresiden­t ha convertido al PDECat en una alternativ­a independen­tista real, sin duda, pero parece difícil que, travestido de cupaire encorbatad­o, pueda seguir ejerciendo aquella función de religar las clases medias al proceso que él mismo se otorgaba. Tendríamos que poder decir las cosas por su nombre. Asumiendo a conciencia el papel de líder nacional, Mas ha procedido a desecar el territorio ideológico de su partido.

Quizás los convergent­es, ahora que la fase dura de la recesión ha acabado, podrán volver a abrir la puerta de una habitación propia. En ese desván descubrirá­n la parte viva de su legado.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain