La Vanguardia

Las mismas caras

Pese a los 122 millones en fichajes, el Barça sigue sin suplentes de garantías

- CARLES RUIPÉREZ Barcelona

Después de gastarse 122 millones en fichajes en verano, más 49 el anterior en Arda Turan y Aleix Vidal, Luis Enrique lleva tres partidos consecutiv­os realizando una única sustitució­n. En el Bernabeu sólo entró André Gomes por Alcácer. Contra el Osasuna, Aleñá dio descanso a Messi. Y en el derbi Gomes dejó su sitio a Mascherano. El banquillo ya no se movió más.

No es algo anecdótico, sino que se trata de la demostraci­ón de que, dos años después del triplete de Berlín, el Barcelona abordará el intento de volver conquistar el doblete Liga-Copa prácticame­nte con las mismas caras que en el 2015 y el 2016. De entonces a ahora sólo Umtiti y Sergi Roberto, por el adiós de Alves –y no podrá jugar la final contra el Alavés por sanción– se han hecho con un lugar en el once de gala.

Durante toda la temporada ha sido una constante que el técnico asturiano no agotase las tres sustitucio­nes permitidas, señal de que entre los reservas no veía mimbres para mejorar, o como mínimo igualar, lo que había en el campo. Prácticame­nte en la mitad de los encuentros del curso (26 de los 55 disputados), el Barcelona se ha quedado con, al menos, un cambio por hacer.

En 20 duelos el técnico hizo dos cambios, en cinco sólo introdujo una sustitució­n y en uno, en la vuelta de los dieciseisa­vos de la Copa contra el Hércules, equipo de Segunda B, ni siquiera movió el banquillo para dar la alternativ­a a gente del filial.

No es sólo una cuestión numérica porque cuanto más aumentó la exigencia de los rivales, menos posibilida­des veía el técnico de sacar rendimient­o a los suplentes. La Champions es el mejor ejemplo. En siete de los diez duelos europeos no completó los cambios, entre ellos los dos ante el Juventus. Lo mismo ocurrió en el clásico del Bernabeu, en los dos derbis y en dos de los cuatro enfrentami­entos contra el Atlético.

Ese déficit en el fondo de armario ya se detectó la temporada pasada. Uno de los deberes para la secretaria técnica este verano era subir el nivel de la plantilla y que el abismo abierto entre los titulares y los menos habituales se redujera. Para ello se hicieron seis fichajes.

–Esta es, sobre el papel, la mejor plantilla que he tenido. Nos hemos reforzado de forma brillante –declaró Lucho en agosto. Pero la realidad ha sido otra. O no se dio con la tecla adecuada en el remedio o, como mínimo –porque todas las incorporac­iones fueron jugadores jóvenes y muchos aún pueden tener recorrido–, no han sido de rendimient­o inmediato. De hecho, tres de esos refuerzos son los que más partidos han jugado como suplentes. Son Denis Suárez (con 17), André Gomes (16) y Paco Alcácer (14), como si Luis Enrique hubiese decidido que la mejor forma de hacerlos entrar en el estilo propio del Barça era introducié­ndoles en pequeñas dosis.

Mientras explotan, el Barça añora tener relevos de la categoría y garantías de Pedro, Xavi o el Mathieu de hace dos años. Ellos tres fueron los cambios en la final de la Champions ganada en Berlín. Los dos primeros se fueron, el tercero ya no está para grandes trotes. Así que Luis Enrique se la jugará hasta el final con las mismas caras.

EN LOS DUELOS DE MÁS EXIGENCIA Luis Enrique no agotó los cambios en siete partidos de Champions, en el Bernabeu ni en los dos derbis

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LLUIS GENE / AFP André Gomes ha salido 16 veces como suplente en su primera temporada en el Barcelona

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