La marcha de Madrid se convierte en un clamor contra la corrupción
Las dos centrales se centran en la recuperación de los derechos tras la crisis
Todos unidos contra “la lacra de la corrupción”. Bajo el lema “No hay excusas. A la calle”, UGT y CC.OO., convocaron 73 manifestaciones en todas las capitales de provincia y ciudades españolas. Unas 12.000 personas, según la delegación de Gobierno y 50.000, según los organizadores, tomaron ayer el centro de Madrid para exigir a la oposición parlamentaria unión con el objetivo de luchar contra la corrupción en la política española.
“Mientras nos estaban robando a manos llenas nos decían que había que apretarse el cinturón, que había que hacer políticas de austeridad”, dijo ayer el secretario general de UGT, Pepe Álvarez. “La corrupción que se vive en España es “pornográfica” y “la separación de poderes es una quimera y más propia de un país bananero”, añadió.
Los sindicatos recordaron también a la patronal que, ahora que las empresas están recuperando beneficios, es el momento de pactar alzas salariales y confiaron en que el Primero de Mayo sea “un punto de inflexión” en la negociación colectiva. También advirtieron de que, de no pactar, “el conflicto está servido”. En este sentido, Álvarez amenazó con convertir la negociación colectiva en un “calvario” para los empresarios, aumentando la conflictividad e, incluso, “parando las fábricas del país”.
Por su parte, el líder de CC.OO., Ignacio Fernández Toxo, no dudó en afirmar que “frente a las fanfarrias oficiales del Gobierno” que asumen que se ha dejado de lado la recesión, la realidad es otra “muy diferente”, ya que la recuperación no se está trasladando a la ciudadanía. “Saldremos de la crisis cuando la mayoría social recupere los niveles de calidad de vida y de derechos que tenían antes de su inicio”, subrayó, tras insistir en que en España hay “paro, pobreza, desigualdad y –el tema central de este año–un tufo de corrupción”.
Toxo, –que vivió ayer su último Primero de Mayo al dejar el cargo a finales de junio al dirigente vasco Unai Sordo–, no quiso entrar a valorar la iniciativa de la moción de censura presentada por Podemos, pero hizo un llamamiento a la unidad de la oposición. “La izquierda española debe entender que sólo un frente unido va a permitir que este país avance por la senda de la justicia social y de la solidaridad”, apuntó, tras subrayar que es necesario que el reparto de la riqueza se haga de manera ordenada, recuperando derechos perdidos “por la gestión neoliberal de la crisis”.
Entre los manifestantes, lemas pancartas y gritos se centraron en los recientes escándalos que ha protagonizado la clase política. “El PP no es partido, es una mafia”, “Menos chorizos, más huevos”, fueron algunos de los mensajes que transmitieron los asistentes, que llamaron también a la “huelga general”.
La respuesta oficial del Gobierno llegó desde la plataforma de Twitter, donde el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, agradeció a los trabajadores su “contribución a la recuperación económica” y aseguró que trabajarán “para lograr más y mejor empleo”, mientras que el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, el otro partido que apoya al Ejecutivo, defendió que su organización va a “impulsar un nuevo modelo laboral, justo, moderno y flexible”.
Entre los dirigentes políticos que acudieron a la manifestación, cabe señalar el secretario general de Unidos Podemos, Pablo Iglesias; el coordinador federal de IU, Alberto Garzón, y el ex secretario general del PSOE y candidato a la reelección, Pedro Sánchez, que participó en un acto en Lleida. Sánchez alertó de que hay “más de un 40% de empleos en riesgo de perderse en un horizonte de medio y largo plazo” debido a la digitalización de la economía.
Tanto UGT como CC.OO. han sufrido un importante desgaste en sus filas en los últimos años. Entre el 2011 y el 2016, ambas han perdido más de 500.000 afiliados. En la actualidad ninguna de las dos centrales supera el millón de cotizantes.