Grecia hará más ajustes y así recibirá dinero para pagar deudas
El Gobierno heleno deberá rebajar de nuevo las pensiones y subir impuestos
El Gobierno griego asumió ayer una dosis más de austeridad a cambio de desbloquear la entrega de un tramo más del rescate financiero acordado en el 2015 y abrir, al fin, conversaciones para el alivio de parte de su deuda.
“Hay fumata blanca, la negociación ha terminado con acuerdo en todos los temas”, anunció ayer de madrugada el ministro de Finanzas, Euclid Tsakalotos, en un hotel de la capital griega frente al que miles de personas se habían manifestado la víspera. Una vez aprobadas las medidas por el Parlamento griego y respaldadas por el Eurogrupo en la reunión del 22 de mayo, Atenas recibirá una nueva entrega del rescate, 2.800 millones de euros de los 86.000 prometidos (hasta ahora, sólo se han desembolsado 31.700 millones).
El Gobierno griego no necesita ese dinero para sus gastos corrientes (tiene superávit primario), sino para saldar deudas con sus acreedores. El pago del dinero europeo se destinará a saldar, en julio, los vencimientos de deuda que tiene con el Banco Central Europeo.
El compromiso alcanzado es “doloroso”, admite Atenas. El acuerdo incluye nuevos recortes en las pensiones equivalentes al 1% del PIB griego en el 2019, el compromiso de seguir teniendo superávit presupuestario y eliminar en el 2020 el umbral de ingresos libres de impuestos, más allá por tanto del final del actual programa, previsto teóricamente para agosto del 2018, además de la venta del equivalente al 40% de la capacidad del operador público de energía Corp.
Atenas logró, no obstante, bloquear otras medidas más dolorosas y tiene permiso para activar algunas medidas de corte social en caso de que supere sus objetivos presupuestarios. Las elecciones presidenciales francesas y las legislativas alemanas de otoño explican también el deseo de los gobiernos de apaciguar las conversaciones sobre este tramo del rescate griego, que deberían haberse cerrado ya el año pasado. “Es hora de pasar página a este largo y duro capítulo de la austeridad para el pueblo griego. Con este acuerdo debemos escribir una nueva historia de estabilidad, empleo y crecimiento”, celebró el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.
El Gobierno griego se ha comprometido a “aplicar rápidamente estas medidas”, lo que permitirá “abrir discusiones en las próximas semanas para pactar una estrategia creíble que asegure que la deuda griega es sostenible”, afirmaron en un comunicado las “instituciones antes conocidas como la troika”, como llamó el ministro Luis de Guindos a la Comisión Europea, el BCE y el Fondo Monetario Internacional cuando en el 2015 el Gobierno de Tsipras intentó cambiar el lenguaje del rescate (y, con él, los términos de la relación con los acreedores). La promesa estaba sobre la mesa desde el 2012, pero sólo ahora se considera que Atenas cumple las condiciones para dar el paso.
El FMI decidirá si se implica en este tercer rescate griego (y desembolsa por tanto más dinero) en función del acuerdo de alivio de la deuda que Atenas pacte con las instituciones europeas. El organismo discrepa del criterio de la zona euro y considera que una deuda equivalente al 179% del PIB no es sostenible en el caso de Grecia y viene reclamando una reestructuración más profunda de lo que, hasta ahora, se han avenido a aceptar. Los gobiernos europeos consideran ampliar de nuevo el plazo de los vencimientos y rebajar los tipos de interés, pero rechazan asumir quitas nominales de la deuda.
El Ejecutivo de Tsipras (Syriza) confía en lograr la aprobación de las medidas, aunque tiene una mayoría de apenas tres escaños en el Parlamento y el principal partido de la oposición, Nueva Democracia, ha anunciado que no las apoyará.
Moscovici: “Es hora de pasar página al duro capítulo de la austeridad en Grecia” La eurozona rechaza hacer quitas a la deuda griega, pero acepta facilitar el pago