Nueva Canarias pone la pelota en el tejado del PP
Quevedo pide sosiego y la reforma del Estatuto de las islas
Pedro Quevedo sostiene que él no es el diputado 176. En todo caso, explica, ese papel será de Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda. La responsabilidad de deshacer el empate parlamentario a 175 votos visto la semana pasada en la votación de las enmiendas a la totalidad de los presupuestos generales del Estado es del Gobierno. Eso daba a entender el diputado de Nueva Canarias, partido coaligado con el PSOE, cuyo voto podría servir para evitar la temida prórroga presupuestaria. “Quien tiene la responsabilidad de elaborar los presupuestos y llegar a acuerdos es el Gobierno”, dijo el diputado ayer en una entrevista radiofónica.
El pasado viernes Pedro Quevedo presentó enmiendas al presupuesto elaborado por Montoro con un coste de 500 millones de euros –440 millones en el ejercicio en curso– entre inversiones y subvenciones, una cantidad que ha de sumarse a los 1.300 millones que Ana Oramas, diputada de Coalición Canaria, asegura haber arrancado del Ejecutivo central para apoyar sus presupuestos.
La delicada aritmética parlamentaria ha colocado al archipiélago ultraperiférico en una posición de fuerza en la que, además, son dos los partidos y los diputados rivales que compiten por ser el principal heraldo de los intereses insulares en el Congreso. Canarias es el otro País Vasco de estos presupuestos generales del Estado.
Quevedo pedía ayer sosiego, anunciaba una negociación larga –hay tiempo de sobra, asegura– y añadía dos exigencias estratégicas para dar su plácet a las cuentas del PP: el desarrollo de un nuevo Estatuto de Autonomía para Canarias, y la reforma del sistema electoral. Son asuntos en los que el acuerdo alcanza a todos los partidos con representación en las islas, pero que siguen en el cesto de las tareas pendientes. De momento, indicó, el PP ya ha aceptado impulsar la reforma del Estatuto canario.
Quevedo informó ayer de que Nueva Canarias y el PP formarán una comisión negociadora bilateral y expresó su convencimiento de que, en su opinión, la tarea es de la suficiente trascendencia como para abordarla sin prisas. En su papel de dejarse querer, este diputado, además de poner la pelota en el tejado del PP, pide calma para contrarrestar la muy extendida interpretación que da por descontado su apoyo a los presupuestos. Tampoco siente que su alianza estratégica con el PSOE tenga que resentirse de un eventual voto favorable a las cuentas, pero exige que se ponga en valor “el esfuerzo”, usando sus palabras, que para una formación de izquierdas como es Nueva Canarias supone sentarse a negociar con el PP, del que lo separa, explica, una gran distancia ideológica.
Las exigencias en inversiones y subvenciones responden, asegura Quevedo, a la circunstancia, reconocida por el propio Ejecutivo, dice, de que Canarias ha sido maltratada presupuestariamente durante los últimos cinco años. Quevedo no ve nada reprochable en que los presupuestos dependan hoy de un solo diputado, toda vez que responde a una “insólita correlación de fuerzas en el Congreso”, expresión a su vez de la voluntad de los votantes. Y en todo caso, se quita presión: no dependerá de él a título individual llegar a un acuerdo con los populares para que haya presupuestos, ya que cualquier pacto será sometido a la dirección de su formación política antes de convertirse en un voto afirmativo en la Cámara.