Marcha Le Pen

Tiene su ritmo la gente de Le Pen. Hace dos semanas, cuando pasó a la segunda vuelta de las presidenciales, tuvieron su gran fiesta. En la red hay unas escenas colgadas que son de aúpa. Se ve a su madre y a la hermana. Por la actitud, la vestimenta y la música de fondo, parece como si a toda la feliz militancia la hubieran teletransportado directamente desde el estrafalario Festival de Eurovisión. Suenan melodías pasadas de moda, hay chicos fotocopiados con el botón de la camisa desabrochado, copa en la mano y exultan bailando sobre la alfombra azul con la que se ha decorado el suelo de la sala. Hay señoras mayores más o menos pasadas de vueltas, con unos tacones considerables, pero con bastante equilibrio para no darse de bruces. Y no falta, claro el grupo de niños, entre frikis y skins, que se exaltan llamando “Vive la France” combinado con el siniestro “Front National, ni gauche, ni droite”, una negación de la ideología que es la puerta de entrada para que la xenofobia gane disfrazada de populismo. No busquen magrebíes. No hay ni uno.

El domingo por la noche, a pesar de la derrota, tampoco se quedaron cortos. Habían perdido, pero estaban allí, con el sistema en contra y millones de votos en el saco, convencidos de que París bien vale una fiesta. El bailoteo era un clásico del ocio parisino, el Chalet du Lac. La pista de baile tiene unos 600 metros cuadrados y normalmente la gente va a bailar swing o jazz. Esta vez los de Le Pen quizás no iban tan horteras, las corbatas están en su sitio, pero la música seguía siendo caduca. Suena un éxito de los primeros ochenta, Quand la musique est bonne, de un tal Jean-Jacques Goldman. Fue número 1 en Francia y más de 10 millones de personas han visto el vídeo en YouTube. Ella, la candidata, también baila. Los periodistas se habían marchado, pero en las pantallas de la sala de prensa se retransmitían las imágenes de la fiesta. Así alguien lo pudo grabar y ha circulado sin parar. Detrás de la pista se lee el eslogan de campaña, el nacionalista “Choisier la France”. Mucha marcha, Le Pen. Bien. El problema es que costará mucho hacerla marchar. A ella y a lo que ella representa.