El templo okupa
Los tribunales han revertido la Kasa de la Muntanya de Barcelona a sus primeros propietarios, la familia Güell, que hace más de 100 años la había cedido para que se instalara en ella un cuartel de la Guardia Civil. En 1992, la Benemérita abandonó esta finca catalogada, que rápidamente pasó a convertirse en uno de los templos del movimiento okupa en la capital catalana. Escenario de incidentes en diversos momentos de su historia más reciente, este inmueble se ha convertido en un icono de los grupos antisistema y, a juicio de las autoridades municipales, también del distrito de Gràcia, que la incluyó en una guía turística de los edificios más emblemáticos de aquella zona de la ciudad. Es muy probable que a medio plazo los okupas tengan que abandonar la Kasa de la Muntanya, una situación que puede poner en apuros al Ayuntamiento, tolerante cuando no connivente con estos grupos, como se ha demostrado sobradamente en Can Vies o el Hort de la Vila.