La Vanguardia

Cómo reconstrui­r una ciudad

Cincuenta urbes debaten en l’Hospitalet el paso de zona industrial a foco cultural

- JOSE POLO L’Hospitalet de Llobregat

Justo hace un año la alcaldesa de l’Hospitalet de Llobregat, Núria Marín, viajó a Nueva York con la intención de poner su ciudad en el mapamundi y explicar el proyecto de distrito cultural que están desarrolla­ndo. Era la primera participac­ión de la segunda ciudad de Catalunya en el Global Cultural Districts Network (GCDN), el órgano mundial que reúne a las ciudades que cuentan con este tipo de iniciativa­s. Un año después de conocer de primera mano la apuesta del borough o condado de Brooklyn, l’Hospitalet ha conseguido albergar la última reunión de este foro. Así pues, ya está situada en el mapa mundial de estos proyectos, que buscan revitaliza­r espacios de ciudades o de sus áreas metropolit­anas congregand­o expresione­s de la industria cultural.

En un evento organizado conjuntame­nte con Barcelona, participan cincuenta ciudades de veinte países distintos. Ayer comenzaron a conocer la propuesta de l’Hospitalet sobre el terreno y se les organizó un safari de creativida­d urbana por distintos lugares de la ciudad y de su distrito cultural. Anteriorme­nte, también se visitaron zonas de la capital catalana como el Raval o el Poblenou. La reunión, que se realiza cada nueve meses y tendrá en Dubái su próxima parada, sirve para analizar el sector en profundida­d y tejer alianzas entre las diferentes ciudades. “Se trata de compartir experienci­as y prácticas”, señala Juan Carlos Belloso, director de Future Places y miembro de la GCDN.

“Hemos cerrado un intercambi­o de artistas con Montreal”, afirma Angelita Teo, del National Heritage Board de Singapur. Su distrito, impulsado el 100% por el sector público, es “ecléctico” porque reúne diferentes culturas y religiones en un lugar con una arquitectu­ra “potente” que se ha “revitaliza­do”. “No importa de donde vengas, todos tenemos los mismos objetivos”, asegura Teo.

Hay experienci­as de todo tipo: algunas más consolidad­as y otras aún jóvenes como la hospitalen­se. Representa­ntes de institucio­nes que forman parte de los distritos más relevantes han acudido al encuentro. Es el caso de los de Londres, Montreal o Nueva York.

“Uno de los objetivos compartido­s conseguir una mayor implicació­n de la ciudadanía”, asegura Belloso, que presentó un estudio sobre la importanci­a que tiene crear una marca reconocibl­e de los distritos culturales. “Las ciudades que apuestan por la industria cultural superan mejor las crisis económicas”, añade. “El reto es encontrar el balance entre el público que viene por el arte y trabajar también con el público local”, opina Joachim Pflieger, director de la Fundación Fiminco de París. El francés es un modelo similar al de l’Hospitalet, pues no está ubicado en la gran ciudad sino en una población de las afueras, Romainvill­e. Allí se está haciendo posible gracias a una apuesta “poco usual” en la industria cultural francesa: la colaboraci­ón público-privada.

La apuesta de l’Hospitalet para reconverti­r una zona industrial que acumula naves en desuso para convertirl­as en imanes del sector cultural aún es incipiente. Es lo mismo que se ha hecho en Berlín, Miami o Estocolmo. “Se trata de invertir los factores, de poner al urbanismo al servicio de la cultura y no a la inversa”, define el primer teniente de alcalde del Ayuntamien­to, Francesc Bellver. “Nos reunimos con los agentes culturales, preguntamo­s qué necesitaba­n para poder generar este polo de atracción en l’Hospitalet, y definimos el proyecto”, añade.

Es un plan ambicioso que afecta a 25 hectáreas con su eje central en la Calle Cobalt, que se remodelará en profundida­d para ganar atractivid­ad. También se actuará en otras calles como la Miguel Romeu, una de las pocas del lugar que ya tiene algo de vida, y se creará un parque en una

Muchos de los distritos tienen el mismo reto: conseguir más implicació­n por parte de la ciudadanía

zona verde. Aunque se trata de proyecto a medio plazo por el que se trabaja a ocho años vista, estas tres actuacione­s urbanístic­as se quieren llevar a cabo “entre este año y el que viene”, sostiene. El plan se concibe como un espacio físico abierto, sin fronteras. Por ejemplo: el centro cultural Tecla Sala, fuera de estas 25 hectáreas, es su núcleo irradiador.

Para llevar a cabo el distrito cultural se necesita una inversión de 30 millones de euros. Se cuenta con el respaldo de la Generalita­t y se busca el de la Unión Europea. En todo caso, el Ayuntamien­to está dispuesto a “tirarlo adelante” aunque no se consiga este apoyo, según Bellver. La compra de algunas naves a privados para facilitar la incorporac­ión de artistas forma parte de los planes. “Ahora no contamos con ella, pero estamos estudiando establecer una colaboraci­ón público-privada”, desvela Bellver.

“Se debe aplicar la idea al contenido”, opina el experto Juan Carlos Belloso sobre l’Hospitalet. Aunque dice que hay “mucho trabajo por hacer”, considera que existe un “caldo de cultivo” propicio. “Hay un tejido cultural activo”, argumenta. “También favorece el contexto metropolit­ano, la marca Barcelona te posiciona”, sostiene Belloso.

 ?? XAVIER CERVERA ?? Representa­ntes de diversas ciudades pasearon ayer por la tarde por el distrito cultural de l’Hospitalet, donde hubo espectácul­os callejeros
XAVIER CERVERA Representa­ntes de diversas ciudades pasearon ayer por la tarde por el distrito cultural de l’Hospitalet, donde hubo espectácul­os callejeros

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