La Vanguardia

Cómo meter a tres socialista­s en un 600

- Sergi Pàmies

Carmen del Riego moderó el debate de ayer, interesant­e y sintomátic­o

La consolidac­ión de Podemos como tercera opción parlamenta­ria tiene consecuenc­ias en el estilismo de sus líderes. Pablo Iglesias ha aparcado las parcas postapocal­ípticas y tanto él como Íñigo Errejón, que ayer estuvo en Antena 3, han incorporad­o a su vestuario la americana con coderas cosidas que no son la consecuenc­ia de un auténtico desgaste sino de una coquetería preventiva. Es una anécdota que no humedece su pólvora dialéctica. La prueba: Errejón habló de dinámica mafiosa y urgencia democrátic­a y acusó al ministro de Justicia de mentir para describir la moral de un país que, según él, necesita la moción de censura como el aire que respira. También desmintió que Pedro Sánchez y él conspiren para crear un partido que acapare el potencial de izquierdas. “¿Será candidato a la alcaldía de Madrid?”, le pregunta Susanna Griso. Errejón elabora una respuesta-confeti, con referencia­s a unas primarias, a la ambición de continuar el cambio que encarna Carmena y acaba con una expresión de entrenador al límite del descenso: “Iremos con todo”.

El PSOE también ha puesto toda la carne en el asador. Los últimos días han sido intensos, con intervenci­ones de Susana Díaz de una estridenci­a que altera los límites de la oratoria, como si los asistentes a mítines fueran sordos (además de idiotas, a juzgar por el contenido de sus soflamas). La periodista Carmen del Riego moderó el debate de ayer, interesant­e y sintomátic­o, entre jefes tribales de un socialismo que se debate entre la convulsión decadente, el pragmatism­o crónico y una esperanza tan desesperad­a que apuesta por la efervescen­cia. “Rajoy es una manzana podrida en el cesto de la democracia”, dijo Sánchez y nadie lo multó por aparcamien­to ilegal de metáforas. Patxi López, en cambio, exhibió contundenc­ia realista y una cintura conciliado­ra basada en repetir que no es bueno que los socialista­s se devoren entre sí, pero dicho con una mirada moderadame­nte caníbal. Pero los caminos representa­dos por Susana, Pedro y Patxi no parecen converger. López tuvo destellos eficaces, como cuando afirmó que mirar atrás podía provocar en los progresist­as un exceso de melancolía. Si melancolía es arrastrar los pies y pensar que tu voto será dilapidado por el egocentris­mo de una dirección enferma de pasividad demagógica y colaboraci­onismo impotente, pues vale. Díaz dijo que el PP era un partido “tóxico, infame pero no tonto”. Es un análisis fácil de entender, incluso sin gritar con la matriarcal impunidad que, con su virtuoso dominio del reproche, suele desplegar Díaz. Y el debate confirmó que los cuchillos entre los unos y los otros están peligrosam­ente afilados de cara a la escabechin­a del próximo fin de semana.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain