El PDECat supedita el sí a Podemos al apoyo al referéndum no pactado
La dirección pone duras condiciones para respaldar la moción de censura de Iglesias
El PDECat no se cierra a brindar su apoyo a la moción de censura anunciada por Pablo Iglesias contra el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, pero si realmente quiere contar con él, el líder de Podemos tendrá que pagar un alto precio para conseguirlo. Esto es, cuando menos, lo que se desprende de las condiciones que le puso ayer la dirección de la antigua CDC para dar luz verde a la iniciativa y que, en función de cómo se interpreten, más bien parecen pensadas para justificar un eventual no cuando llegue el momento de pronunciarse.
El nivel de exigencia del PDECat es, de hecho, muy elevado. La cúpula del partido, después de analizar la cuestión en su habitual reunión de los lunes, planteó una doble condición para dar el paso adelante, según detalló la coordinadora general, Marta Pascal. Por una lado, exigió al espacio político que representan Pablo Iglesias y sus confluencias en Catalunya un “compromiso firme e inequívoco, explícito y claro”, en apoyo no sólo de un referéndum pactado con el Estado, sino especialmente de una consulta unilateral, y de la legitimidad del Govern de la Generalitat a convocarla, cuando se demuestre que el acuerdo con el Gobierno español es inviable. Y, por otro, reclamó que desde el ámbito de los comunes se trate con respeto, y “no con tono de insulto” como hace a su entender Xavier Domènech, al PDECat, porque “ésta no es la manera de generar buenas condiciones de negociación”.
Marta Pascal especificó que una buena oportunidad para concretar este compromiso de Podemos con un referéndum vinculante aunque no sea pactado sería, por ejemplo, la tribuna del Congreso, pero también el Parlament, “con más hechos y menos gesticulaciones”, e incluso el Ayuntamiento de Barcelona, sobre el que aprovechó para reprochar a Ada Colau que por dos veces haya impedido la adhesión a la Associació de Municipis per a la Independència (AMI), como muestra de las actitudes que entiende que dificultan el entendimiento. “Si tan convencidos están de que la solución es el referéndum, que lo demuestren con contundencia política y actitud”, remarcó la número dos del PDECat, que subrayó que “estas condiciones de juego son básicas” y que, en consecuencia, “ahora la pelota está en su tejado”.
Más allá de estas exigencias que serían irrenunciables en caso de negociación, la dirección de la antigua CDC no deja de mostrarse escéptica en relación a la moción de censura anunciada por Pablo Iglesias, sobre todo porque, a excepción del anuncio en si, de momento no se ha concretado nada más en referencia al candidato, al programa alternativo o al tipo de gobierno, y éstos serán también elementos determinantes para el PDECat a la hora de tomar una decisión. Porque, al margen del componente estrictamente soberanista, para un partido que acaba de definirse, en la conferencia ideológica del sábado, como social liberal no ha de resultar fácil coincidir con una formación escorada a la extrema izquierda. De ahí que Marta Pascal advirtiera que falta todavía tiempo antes de tener que pronunciarse y quedara a la espera de acontecimientos, después de tratar la cuestión, en todo caso, con los diputados en el Congreso, que comparten la idea de que la iniciativa del líder de Podemos tiene por ahora poca solidez y son igualmente partidarios de estar atentos a los movimientos que se vayan produciendo antes de tomar una decisión definitiva.
La prudente distancia con que la cúpula del PDECat afronta la moción de censura de Pablo Iglesias se produce después de que trascendiera que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, había contactado con el líder de Podemos para comunicarle que intentaría convencer a su partido de la conveniencia de respaldarla. Algo de lo que seguramente tendrán ocasión de hablar con motivo de la conferencia del jefe del Govern el próximo lunes en Madrid para presentar la última oferta de referéndum pactado, porque a la vista está que, al menos de momento, el intento no ha cristalizado.
Pascal reclama un compromiso claro en el Congreso, el Parlament y el Ayuntamiento de Barcelona